Autorretrarse es algo que el hombre lleva haciendo desde hace siglos. Conocidos pintores como Alberto Durero, Vincent Van Gogh o incluso el español Francisco de Goya plasmaron la expresión de su rostro sobre un lienzo antes de que hacerse una foto a uno mismo se convirtiera en una auténtica fiebre.
De hecho, el fenómeno ha evolucionado tanto que hoy a esos autorretratos los llamamos selfies, un término acuñado en 2002 que se convirtió en la palabra del año 2014 y que normalmente hace referencia a fotos hechas con un móvil o tableta para subirlas a redes sociales. La obsesión por tomar selfies ha hecho que el espíritu de artistas como Vivian Maier, Man Ray o Jean Davis esté perdiéndose poco a poco.
Hoy no concebimos hacer uno de estos autorretratos sin tirar de palo selfie o estirar bien el brazo. Sin embargo existen otras formas de salir en nuestras fotos y esas con las mismas que usaban estos artistas a mediados del siglo XX. Jugar con la luz, perfilar sombras o reflejarse en cristales y espejos son solo algunos consejos para conseguir los retratos más originales y, de paso, evitar los selfies convencionales e incluso los selfiefeet. Aquí tienes algunas claves y ejemplos para inspirarte:
1. APROVECHA LOS CRISTALES
Un escaparate, un espejo o el reflejo de un portal son buenos aliados en estos casos.
2. BUSCA TU SOMBRA PROYECTADA
Hay veces que la luz te permite entrar en la composición proyectando la sombra en una pared, el suelo o unas escaleras.
3. REFLÉJATE EN EL AGUA
Un charco también puede ser un buen aliado a la hora de reflejar tu rostro o tu cuerpo dentro de una foto.
4. MÉTETE DENTRO DE UNA ESCENA
Hay autorretratos en los que no eres el protagonista de la toma, pero puedes buscar una composición para ser partícipe de ella.
5. ENTRA EN LOS ELEMENTOS QUE TE RODEAN
Fíjate en el detalle, cada día te puedes encontrar con elementos del día a día que pueden ser partícipes de un buen autorretrato, hay que saber observar para introducirse dentro.
6. SI PUEDES, USA TRÍPODE
En un autorretrato no es obligatorio salir en reflejos. Si tienes un trípode a mano puedes protagonizar la toma. Usa el temporizador y posa de la manera que te guste. De otro modo, si no lo tienes improvisa apoyando la cámara en cualquier soporte que tengas a mano.
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