Teresa Perales: "Muchas personas me dan por terminada y eso me da rabia, porque yo terminaré cuando yo quiera"

Teresa Perales: "Muchas personas me dan por terminada y eso me da rabia, porque yo terminaré cuando yo quiera"

Entrevista con la nadadora y estrella paralímpica, que suma 27 medallas en Juegos y apunta a Paris 2024. Allí espera competir en una nueva categoría a raíz de una grave lesión que le ha obligado, prácticamente, a "tener que aprender a nadar" otra vez.

Teresa Perales, durante su intervención en el WOBIDavid Vega / MEDIA SIESTA vía WOBI

Ella insiste en que su zona de confort es el agua, pero se mueve con igual comodidad en grandes escenarios, delante de cientos, miles de personas pendientes de sus palabras. Quizás porque, a estas alturas, a Teresa Perales (Zaragoza, 1975) nada le da miedo. Ni siquiera, afrontar una nueva lesión que le impide mover el brazo izquierdo y que multiplica una discapacidad que ya le impedía mover sus piernas.

Recién terminada una conferencia en el World Business Forum (WOBI), celebrado estos días en Madrid, la 27 veces medallista paralímpica y Premio Princesa de Asturias atiende a El HuffPost. No quita su perenne sonrisa ni cuando confiesa que ahora mismo su mente y su cuerpo van a ritmos distintos y que le está tocando "enseñar a mi cuerpo que sólo puede nadar con un brazo... que es como volver a aprender".

Después de tres décadas en la élite, en Paris 2024 quiere más. Lo hace adaptándose a una nueva categoría competitiva, esfuerzo que a sus 47 años "no es lo más fácil del mundo". Porque su optimismo a tiempo completo no le aparta de la realidad ni de reconocer todas esas "partes negativas" de la vida que ella misma vive en su cuerpo.

Dificultades que le motivan aún más, matiza. Tiene tanta natación como rabia, la que le generan aquellos que le quieren retirar "antes de tiempo". Aclara que eso aún no va a pasar; antes tiene que resolver el 'pique' con Michael Phelps, máximo medallista olímpico de la historia. Ambos han compartido confesiones y fotos esta semana en el WOBI y sólo les separa un metal. Para Teresa Perales sería la 28ª, un palmarés único en España y uno de los mayores en toda la historia del deporte paralímpico. 

Suena a cliché, pero en tu situación toca iniciar la entrevista con una pregunta no tan simple: ¿Cómo estás?

Pues sí, porque a pesar de que la salud no me termina de respetar del todo, estoy con muchas ganas. Ya tenemos toda la temporada organizada, viendo la fecha para los clasificatorios. Digo con muchas ganas, pero también con mucha cabezonería, porque son muchas dificultades, pero pienso que estas dificultades me hacen más fuerte.

Después de toda una vida nadando en categoría S5 ahora pasas a S2 por la lesión en tu brazo izquierdo. Esto te obliga a una doble adaptación, física y mental. ¿Cómo es iniciar una nueva rutina de entrenamientos, hacerse a una nueva velocidad en el agua...?

Das en las dos claves. Nadar con un brazo es como volver a aprender a nadar, es enseñar a mi cuerpo que sólo puedes nadar con uno y eso es un trabajo físico muy fuerte. Y a nivel mental el ciclo se ralentiza porque en mi cabeza sí hago el movimiento completo, pero luego no puedo. Estoy en esa fase de adaptación. No es lo más fácil del mundo.

Me han dado muchos premios a la superación, pero ¿cuándo vamos a superar que los deportistas paralímpicos ya lo hemos 'superado'?

Echo mucho de menos la velocidad de S5 en relación a la de ahora, no tiene nada que ver [en la prueba de 50 metros espalda, hay más de 20 segundos de diferencia], pero sigo pudiendo estar en el agua, que es mi zona de confort y seguridad.

Intento huir de las frases hechas, que me queda claro que aún tienes ganas, pero ¿de qué? ¿Qué objetivos te marcas en París 2024? 

(Risas) Pues sí, aún tengo muchas ganas. Muchas personas me dan por terminada y eso me da rabia, porque yo terminaré cuando yo quiera. Pienso en Rafa Nadal, que se lo preguntaban mucho y un día terminó diciendo que respeten cuando él decida cuándo se retirará. Es muy importante que se entienda que los deportistas somos los dueños de nuestras carreras.

De cara a los Juegos, primero tengo que pasar la clasificación médica. Hasta febrero no me confirman mi categoría. Si soy S2, quiero competir en 50 metros espalda, 100 metros espalda y en los 100 metros libres de categoría S3. 

Qué espero, no sé; qué me gustaría, una medalla. Hace poco conocí a Michael Phelps y le dije que ha sido mi motivación todo este tiempo. Íbamos empatados a 26, pero se me escapó por dos medallas en Rio... y yo en Tokio recorté una... Al menos, empatar (risas).

Tú, como máxima medallista española y como habitual conferenciante y cara mediática eres el gran estandarte del deportista adaptado ¿En tus tres décadas de carrera cuánto ha cambiado la percepción del paralímpico?

Básicamente, un giro de 180º. En la percepción de la sociedad, de las instituciones y de los deportistas. Si ya éramos dedicados, ahora es mucho más. Podemos entrenar en centros de alto rendimiento, disponemos de más medios, hay un plan ADOP firme, a diferencia del ADO, que ha ido variando. Aquí los patrocinadores se mantienen. 

Y te digo una cosa, que molamos mucho, vaya. Los paralímpicos conseguimos resultados es un mundo sorprendente, con historias humanas tremendas, la experiencia puede ser más inmersiva. 

Teresa Perales celebra su plata en l0s 50 m. espalda categoría S5 en Tokio 2020, su 27ª medalla paralímpicaSam Barnes vía GETTY IMAGES

¿Seguimos incurriendo en el 'paternalismo' con los deportistas paralímpicos? Aquello del 'mérito', de la 'superación', de la 'fuerza de voluntad'...

Depende a quién le preguntes. Yo personalmente a las palabras les doy poca relevancia, pero a veces uno se cansa... Me han dado muchos premios a la superación, pero ¿cuándo vamos a superar que los deportistas paralímpicos ya lo hemos 'superado'? Agradezco de corazón cada premio, que no se moleste nadie, pero tenemos que ir más allá.

El deporte paralímpico tenemos un leit motiv diferente al "Altius, citius, fortius" ("Más rápido, más alto, más fuerte") olímpico. Hemos pasado del "Mente, cuerpo y espíritu" al actual "Espíritu en movimiento". Nuestro símbolo no son los cinco aros, sino los agitos, las alas de águila, como metáfora de la capacidad de reponerte a todo y volar. 

El deporte español olímpico afronta un nuevo modelo estructural como modernización del histórico Plan ADO. ¿Cómo afecta esa evolución al deporte paralímpico?

Para muy bien y te pongo mi ejemplo. Este es el primer año en el que los paralímpicos se han incorporado al Team España. En mi caso me ha supuesto por participar por primera vez, salvo una vez suelta hace años, en las World Series. El año pasado hice cuatro pruebas, este año otras tres. Esos fondos me permiten competir mejor y esto supone rendir mejor.

Aún queda mucho de esa España que tiraba para adelante costara lo que costara y no concebía que a veces hay que parar

¿Cómo es el camino de iniciación para un deportista que empieza su carrera en deporte adaptado?

Es muy diferente dependiendo de la dirección que aparezca en tu DNI. Muchos sitios no tienen clubes de deporte adaptado. Pero conste que yo creo que no sólo tenemos que entrenar ahí. Confío y espero que muchos clubes abran secciones adaptadas. Es la gran puerta que abrir.

Cuando empiezas hay que informarse, porque contamos con asociaciones, federaciones, somos muchos los deportistas con trayectoria que podemos ayudar. Por ejemplo, mi fundación trabaja esa faceta del deporte inclusivo. 

Cuento mi caso. Yo he entrenado muchas veces con deportistas sin discapacidad. Yo iba más lenta que los senior, obviamente, y por eso me iba con alevines. Hay que quitar los miedos y los complejos.

Recién salida de otra de tus muchas charlas motivacionales, siempre dices que son muchos los valores deportivos que proyectas a tu faceta de conferenciante. ¿Y al revés?, ¿qué has aprendido como conferenciante que te ayude en tu carrera deportiva?

Es una gran pregunta y te digo que mucho. Yo en la conferencia hablo de corazón, no llevo un guion fijo. Miro al público. Y lo que me sale, me sale de la pasión, y esa pasión la proyecto a todo, también al deporte. Como conferenciante consigo reafirmar aquello en lo que creo, porque cuando verbalizas lo haces propio y más fuerte.

Crisis tras crisis, pandemia, un futuro muchas veces incierto... En esa faceta de motivadora que desarrollas cada vez más, ¿qué armas dirías que tenemos para no dejarnos consumir por el pesimismo?

Todas las del mundo. Primero entender que somos supervivientes y tenemos capacidades para salir adelante. Crisis ha habido mucho peores y se ha salido adelante siempre. Ahora tenemos herramientas, información, el conocimiento de la experiencia previa.

Yo he entrenado muchas veces con deportistas sin discapacidad. Yo iba más lenta que los senior, obviamente, y por eso me iba con alevines. Hay que quitar los miedos y los complejos

Con todo, reconozco que es difícil no ver la parte negativa y eso obliga a enfocarse más en lo positivo, también por higiene mental. Conozco y vivo en mi cuerpo las partes negativas, pero soy más feliz transmitiendo lo positivo. 

Por ejemplo, si todos hiciéramos un poquito por alguien que no conocemos, que a priori no nos importa tanto, el mundo iría mucho mejor. Yo con la guerra de Ucrania me di cuenta de que tener amigos es muy importante. Si afrontas algo grande, necesitas gente a tu lado y en mi caso, gracias a ese círculo conseguimos ayudar a zonas y a personas de Ucrania.

Entre tus proyectos siempre has defendido la necesidad de desarrollar una 'escuela de inteligencia emocional itinerante' para adolescentes. ¿Como sociedad no le damos importancia a la salud mental de los jóvenes o es que directamente no sabemos cómo tratarla?

Las dos cosas, tampoco nadie nos enseñó a hacerlo. Aún queda mucho de esa España que tiraba para adelante costara lo que costara y no concebía que a veces hay que parar. 

Con los niños tenemos una deuda y deberíamos dedicar esfuerzos y tiempo para trabajar la inteligencia emocional. Pero bien hecha, porque con ese nombre hay mucha paja inútil. Soy madre de un adolescente y sé lo importante que es dar tiempo presencial y tiempo de calidad.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos.