IRPF: ¿cómo afecta a las pensiones?

IRPF: ¿cómo afecta a las pensiones?

La reciente subida del 8,5% tiene implicaciones en cuanto a la retención que se efectúa cada mes.

Varios billetes de euroEUROPA PRESS

El año 2023 ha traído una revalorización del 8,5% en las pensiones a raíz del incremento generalizado de los precios. En concreto, la subida responde a la media de las cifras de IPC desde diciembre de 2021 a noviembre de 2022.

Este aumento porcentual de la cuantía tendrá sus implicaciones en la retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que se aplica en la pensión que se recibe cada mes.

Cabe recordar que, al igual que los trabajadores, los pensionistas también deben tributar por IRPF, ya que las pensiones tienen la consideración de rentas del trabajo. Así lo señala el artículo 17 de la Ley del IRPF: “tendrán consideración de rendimientos del trabajo las pensiones y haberes pasivos percibidos de los regímenes públicos de la Seguridad Social y clases pasivas y demás prestaciones públicas por situaciones de incapacidad, jubilación, accidente, enfermedad, viudedad, o similares”.

En ese sentido, a expensas de las pequeñas variaciones que pueda llevar a cabo cada comunidad autónoma, las retenciones de IRPF establecidas para las pensiones en este año 2023 son las siguientes:

- Pensiones de hasta 12.000 euros anuales: 1% de retención.

- Pensiones entre 12.001 y 18.000 euros: 2,61% de retención.

- Pensiones entre 18.001 y 24.000 euros: 8,69% de retención

- Pensiones entre 24.001 y 30.000 euros: 11,83% de retención.

- Pensiones a partir de 30.001 euros: 15,59% de retención.

Esa retención se trata de un importe que se ‘adelanta’ cada mes a la Agencia Tributaria con el objetivo de que, a la hora de efectuar la Declaración de la Renta, no existan grandes desequilibrios entre lo que se ha pagado y lo que se debería pagar por el impuesto.

No obstante, cabe destacar que aquellas personas cuyo único ingreso sea una pensión de menos de 22.000 euros anuales, no estarán obligadas a realizar la Declaración de la Renta. En el caso de existir dos pagadores (percibir la pensión y otro tipo de ingreso), el límite para no tener que presentar la declaración desciende hasta los 15.000 euros anuales.