La 'profecía' del hombre que está detrás de la vacuna de Pfizer: se ha cumplido a rajatabla dos años después

La 'profecía' del hombre que está detrás de la vacuna de Pfizer: se ha cumplido a rajatabla dos años después

Impresiona leer ahora lo que dijo entonces.

Ugur Sahin, en noviembre de 2019.GETTY

El investigador alemán Ugur Sahin es uno de los nombres del momento y, si todo va bien, podría incluso pasar a la Historia. El científico de 55 años, llegado a Alemania a los cuatro años junto a sus padres turcos, se ha convertido a través de su farmacéutica BioNTech en el rostro de la “esperanza global” en la lucha contra el Sars-CoV2.

Hace pocos días que se anunció que la vacuna de BioNTech y Pfizer, desarrollada por Sahin y su equipo, es más del 90% efectiva en la prevención de la enfermedad entre los voluntarios del ensayo que no tenían evidencia de haber sido infectados previamente.

Desde entonces, a Sahin le han llamado de todo: “El padre de la vacuna milagro”,  “un visionario modesto” o “una historia de éxito nacida en Colonia”. Pero lo cierto es que el trabajo del investigador no es flor de un día. Viene de muy atrás.

The New York Times explica que el investigador lanzó una auténtica profecía en octubre de 2018 en una conferencia en Berlín. Allí, en medio de una sala llena de expertos en enfermedades infecciosas, aseguró que su compañía podría ser capaz de utilizar su llamada tecnología de ARN mensajero para desarrollar rápidamente una vacuna en caso de una pandemia mundial. Dos años después, impresiona leer esas palabras porque se han convertido en una auténtica profecía.

De hecho, en esas fechas ni Sahin ni BioNTech eran conocidos fuera del pequeño mundillo de las empresas de biotecnología europeas emergentes y se centraba principalmente en los tratamientos contra el cáncer.

La empresa empezó a trabajar en la vacuna en enero porque Sahin leyó un artículo en la revista The Lancet que lo dejó convencido de que el coronavirus provocaría una pandemia mundial. De hecho, los científicos de la compañía cancelaron sus vacaciones y se pusieron a trabajar.

A Sahin le acompaña su esposa y colega Özlem Türeci, dos años más joven, igualmente de raíces turcas, aunque nacida en Alemania -en Lastrup, en el centro del país-.

La empresa empezó a trabajar en la vacuna en enero porque Sahin leyó un artículo en la revista 'The Lancet'

Juntos fundaron Ganymed Pharmaceuticals y BioNTech, una farmacéutica con sede en la calle “An der Goldgrube” -literalmente, “Junto a la mina de oro”-, en Maguncia, capital del “Land” de Hesse y ciudad vecina a la metrópolis financiera y banquera de Fráncfort.

Este matrimonio de científicos germano-turcos fundó BioNTech en 2008, con apoyo de varios socios. Presiden su junta directiva, de la que asimismo forman parte los estadounidenses Sean Marett y Sierk Poetting.

Es una empresa relativamente joven, con una plantilla de 1.320 empleados, hasta ahora concentrada en la investigación de terapias inmunológicas para pacientes de cáncer. El mayor éxito de Sahin, hasta ahora, fue el Premio Alemán contra el Cáncer, en 2019.

De la búsqueda de respuestas inmunológicas en el ámbito oncológico pasaron a desarrollar la vacuna que debe rescatar  al mundo de la covid-19. Sólo la Comisión Europea cuenta con cerrar un contrato con BioNTech y Pfizer para adquirir 300 millones de dosis destinadas a los 27 países miembros del bloque comunitario.

El matrimonio propietario de BioNTech está ya entre los 100 alemanes más ricos

A Sahin y Türeci les corresponde el papel de “inventores” de la tecnología con que se ha desarrollado la vacuna. A sus socios estadounidenses, el de producirla y distribuirla a escala global en el más corto tiempo posible. El objetivo es alcanzar los 1.300 millones de dosis para el próximo año, lo que la farmacéutica de “la mina de oro” no lograría por sus propios recursos.

La farmacéutica alemana era, hasta ahora, modesta. Pero con los primeros indicios de éxito sus acciones se dispararon. Según el dominical del diario Welt, ahora mismo el matrimonio propietario de BioNTech está ya entre los 100 alemanes más ricos. Ocupan la posición 93 en esa lista, con un patrimonio estimado en 2.400 millones de euros.