Líderes sin sentido común

Líderes sin sentido común

PSOE y Vox se frotan las manos, mientras el PP busca la identidad perdida y Cs evita deshacerse como un azucarillo dada la marcha masiva de votantes.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del PP, Pablo Casado, en un desayuno informativo.Borja B. Hojas / Getty

Se dice que cuando alguien entra en competencia demuestra su incompetencia. Y viendo cómo se está quedando el tablero político en España, el gobernado tiene licencia para pensar que la ausencia de liderazgo lleva a los gobernantes a tomar decisiones inverosímiles, que rozan el esperpento. Lo sucedido en Murcia entra dentro de la lógica, ya que no es la primera moción de censura que sufre esta joven democracia, pero el desenlace posterior en otras comunidades deja en entredicho la buena praxis y la responsabilidad de nuestros cargos públicos.

Acostumbrados a la gresca, los tres frentes abiertos: Murcia, Madrid, y Castilla y León abren un carril al término del consultor Antonio Sola politictainemt, es decir, la política del espectáculo donde el metro cuadrado de los ciudadanos desaparece del mapa para ser sustituido por el posicionamiento personal y la lucha de egos. La culpa la tiene la ausencia de líderes capaces de guiar un sistema que llega agotado, estrecho y desfasado para los tiempos que corren.

Además, en todos los casos se da una misma circunstancia. Ciudadanos se convierte en protagonista cuando su debate interno aún no ha cesado. La formación naranja provoca un tsunami nacional en plena crisis interna. La dirección del partido de Inés Arrimadas vive inmersa en una lucha por decidir a quién debe contentar: a los que aconsejan que no debe hacer cambios a pesar de la debacle en Cataluña y las encuestas, que advierten de la pérdida de hasta dos tercios de sus votantes; a los que quieren que Arrimadas siga como primera espada del partido, pero con cambios en su estructura interna; o quienes desean controlar el partido para ofrecérselo al Partido Popular como salida de escape y sobrevivir así unos años más en política.

Dentro de este panorama incierto, vemos cómo dos activos del partido naranja, como son Toni Cantó y Begoña Villacís, se miran atónitos e impotentes dado que podrían ser la solución para sacar a su partido de esta espiral peligrosa. De la reacción de estos dependerá seguramente el futuro naranja. El votante y el espacio de centro existe y, además, los ciudadanos apolíticos son mayoría. Sin embargo, su estructura invita a hacer las maletas. Y eso es lo que están haciendo sus militantes y simpatizantes. Al final, el voto prestado se va por donde vino aunque desayunemos cambios de criterios como los vividos en las últimas horas.

PSOE y Vox se frotan las manos, esperan la desintegración gradual de sus rivales

Ante este panorama, el PSOE y Vox se frotan las manos, esperan la desintegración gradual de sus rivales y cuentan los días para unos nuevos comicios que a todas luces les van a beneficiar. Son los que ganan en toda esta historia, aunque es el PSOE el que más puede crecer a nivel territorial. Gobernar en Murcia o tener una nueva oportunidad en Madrid es dar un paso de gigante para posicionar estrategias de futuro. El tiempo corre a su favor mientras el PP busca la identidad perdida y Cs evita deshacerse como un azucarillo dada la marcha masiva de votantes a otras formaciones más estables.

En cualquier caso, siempre nos quedará oír a los protagonistas defendiendo el argumento de que la culpa siempre es del otro, que todo lo que se hace beneficia o perjudica al ciudadano, dependiendo de quien lo diga, al margen de las ya mencionadas traiciones. De lo que no se han percatado es que si existieran listas abiertas posiblemente estos líos no se producirían tan a menudo al dar oportunidad a nuevas hornadas de políticos.

Los españoles no están para más jugadas de dominó

Los españoles no están para más jugadas de dominó. Desean que sus representantes hagan su trabajo, que piensen en los verdaderos problemas de la mayoría, que hagan algo, pero que lo hagan. Sin sentido común, esta clase política no se merece la confianza de los gobernados. Que a nadie les extrañe si un día, en este loco mundo de la politictainment, los ciudadanos sean quienes impulsen una moción de censura a estos políticos para que se queden en sus casas y las estructuras de sus partidos recapaciten, ya que peor no se puede hacer y, máxime, cuando estamos inmersos en el dolor de una pandemia.

Estas cinco mociones de censura y el adelanto de elecciones, supone un terremoto que tendrá unas consecuencias para los partidos implicados y para sus liderazgos, si es que en algún momento los tuvieron. Liderar no está al alcance de todos y en estos tiempos de incertidumbre, “liderar” se hace de rogar.