Sánchez viaja hoy a Moldavia para apoyar la acogida de refugiados ucranianos
En la primera visita de un jefe del Ejecutivo español a Moldavia, el socialista quiere respaldar al país que, por proporción, más personas ha acogido, 2,6 millones.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, viaja hoy a Moldavia para analizar con las principales autoridades del país la situación que vive ante la guerra en la vecina Ucrania y apoyar la respuesta que está dando en la acogida a refugiados que huyen de la invasión rusa.
Será la primera visita de un jefe del Ejecutivo español a Moldavia, y con ella, según fuentes del Gobierno, pretende mostrar el respaldo y la solidaridad de España en un momento muy difícil como consecuencia de la guerra.
Así lo expresará en las reuniones que mantendrá en la capital moldava, Chisinau, con la presidenta del país, Maia Sandu, y con la primera ministra, Natalia Gavrilita.
El Gobierno subraya que España está comprometida con el apoyo a Ucrania y a los países vecinos que están sufriendo las consecuencias de la invasión.
Por ello ha aprobado un paquete de ayuda humanitaria por valor de 31 millones de euros, de los que 8 millones se destinan a atender las necesidades de los refugiados en los países fronterizos con Ucrania, entre ellos Moldavia.
Este país, de unos 2,6 millones de habitantes, es el que más refugiados ucranianos ha recibido en proporción a su población.
Por la frontera que divide a ambos países han entrado algo más de 425.000 refugiados, de los que unos 80.000 permanecen aún en Moldavia.
Además de abordar la situación de los refugiados con la presidenta y con la primera ministra moldava, Sánchez visitará uno de los centros en los que se acoge a los refugiados ucranianos.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania ha habido una preocupación internacional por la hipótesis de que el conflicto se extendiera a Moldavia, que vivió hace semanas un momento de especial tensión ya que se habían perpetrado una serie de ataques terroristas en la autoproclamada república moldava de Transnistria, de mayoría rusohablante y fronteriza con Ucrania.
Transnistria, territorio de apenas medio millón de habitantes y en su mayoría eslavos, rompió los lazos con Moldavia tras un conflicto armado (1992-1993) en el que contó con ayuda rusa.
Sánchez, según fuentes del Ejecutivo, expresará su pleno respaldo a la integridad territorial de Moldavia, incluida Transnistria, así como al Gobierno encabezado por Gavrilita después de que el pasado fin de semana miles de moldavos prorrusos participaran en una protesta para exigir su dimisión.
La manifestación en Chisinau se celebró tras el arresto domiciliario de 30 días por acusaciones de corrupción del exlíder del Partido Socialista y antiguo presidente moldavo Igor Dodon.
El presidente del Gobierno español respaldará también los esfuerzos de Moldavia para adherirse a la UE después de que el país presentara en marzo, pocos días después del inicio de la invasión de Ucrania, su solicitud formal para ello
Las relaciones bilaterales serán otro asunto que aborde Sánchez con Sandu y Gavrilita, justo en un año en el que se cumple el 30 aniversario del inicio de las relaciones diplomáticas entre España y Moldavia.
Con el objetivo de profundizar en ellas, España, que no posee embajada en Moldavia y los asuntos se llevan desde la legación de Bucarest, ha abierto esta misma semana lo que se denomina una antena diplomática en Chisinau.
Se trata de una persona adscrita a la embajada encargada de la relación y que se dedica a gestionar los asuntos corrientes.
Un niño espera el turno para subirse a un autobús que le traslade a su nuevo destino en un país europeo.
A la espera para salir de la localidad rumana de Siret, rumbo a una nueva esperanza.
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El paso fronterizo de Siret se ha convertido en la alternativa para huir de Ucrania a otras fronteras masificadas como la polaca.
Distintas oenegés les dan comida caliente a los refugiados a su llegada a Siret (Rumanía).
El flujo de refugiados que llegan a Siret (Rumanía) no se detiene ni por las noches.
La angustia y el temor son visibles en los rostros de los refugiados que llegan a Siret (Rumanía).
