El antisemitismo en el mundo: el problema alarmante que subyace a la leve bajada de casos

El antisemitismo en el mundo: el problema alarmante que subyace a la leve bajada de casos

"El judío es el enemigo", lo que gritaba la neonazi Peralta, es una visión más replicada de lo esperado en el siglo XXI. Agresiones, insultos y persecución están a la orden del día. 

Un hombre con kipá, el 18 de junio de 2022, en una protesta contra el antisemitismo en Hesse-Kassel, Alemania.DPA / Picture Alliance via Getty Images

"El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto". Así explica el concepto la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto. Los Gobiernos y expertos que la forman pactaron la definición hace nada, en 2016. Siglo XXI y todavía es necesario usarla para describir acciones, actitudes, palabras de hoy en día. Parece mentira, pero hay cosas en las que no evolucionamos nada. 

El odio atávico hacia la comunidad judía por el simple pecado de su fe se mantiene vivo, aunque los datos de incidentes de esta naturaleza mejoran, según el informe anual sobre antisemitismo de la Organización Sionista Mundial (OSM), difundido con ocasión del Día Internacional en Memoria del Holocausto, conmemorado el 27 de enero. No pasaba algo así desde hace diez años. Sin embargo, hay pocos motivos para festejar, porque los casos aumentan en países tan punteros como Estados Unidos y porque la estadística, indica la OSM, no será completa mientras pese el miedo, que lleva al silencio, a no denunciar. 

En concreto, los eventos antisemitas registrados en 2022 fueron unos diez diarios, llevados a cabo a través de la propaganda (39 %), vandalismo (28 %), violencia física (14 %), verbal (11 %) y deslegitimación (7 %). Los incidentes antisemitas originarios de Europa y América del Norte ocuparon una cantidad significativa del total, aproximadamente el 46% y el 39% respectivamente, en comparación con 48% y 33% del año pasado.

Pone el foco especialmente en EEUU, donde se observó "un alarmante aumento del antisemitismo, que se manifiesta en tendencias inquietantes en vista del fortalecimiento de las organizaciones supremacistas blancas junto con el aumento de declaraciones antisemitas de la izquierda progresista estadounidense", indica el dossier. Y también la invasión rusa de Ucrania ha azuzado este rechazo, "va acompañada de declaraciones antisemitas hacia las comunidades judías de ambos países, junto con conspiraciones en las redes sociales sobre la participación de Israel en la guerra", un fenómeno que se extiende a la vecina Polonia. Ahí está el supuesto proceso de "desnazificación" enarbolado por Vladimir Putin o las denuncias a Volodimir Zelenski, judío él mismo. 

"El antisemitismo en las redes sociales está aumentando a un ritmo alarmante y, por desgracia, como la historia nos ha enseñado, también conducirá a actos físicos. Hacemos un llamamiento a los jefes de Estado para que sitúen la lucha contra el antisemitismo en lo más alto de la lista de prioridades", dijo en Jerusalén presidente de la OSM, Ya'akov Hagoel, informa EFE.

Una situación "grave" que lleva a emigrar

Jacqueline Hellman, profesora de Derecho Internacional de la Universidad Europea, confirma que la situación es "un tanto alarmante" en nuestro contexto más cercano, en europeo. Hay, denuncia, un "incesante número de ataques de carácter antisemita" sobre los judíos de la Unión Europea, aproximadamente un millón y medio de personas, el 0,1% de la población del continente, el 9% del total de personas que profesan esta religión en el mundo. 

"Basta ver los datos que da en este sentido la Unión Europea, se indica alrededor de nueve de cada diez judíos piensan que hay una situación antisemita grave y que, para gran parte de ellos, constituye un problema prioritario. Además, alrededor del 40% de la población judía está considerando emigrar, porque es la única solución de encontrarse seguros como judíos", ahonda. De hecho, la población judía de Europa ha decaído en un 60% en los últimos 50 años, según un estudio del Instituto de Investigación de Políticas Judías.

¿Los ciudadanos judíos europeos no están siendo tratados como otros ciudadanos europeos? De acuerdo con los datos, dice, "da la sensación de que hay una situación de inseguridad" que duele en la comunidad. La idea de la marcha da que pensar. "Yo, que formo parte de la UE y no formo parte de la población judía, es algo que no me planteo y que no sufro. Y esa diferenciación se está produciendo, en cambio, en ellos. La idea es tratar de revertirlo, lograr una UE en la que no entren este tipo de actitudes y de políticas", remarca.

La analista aporta otro detalle "particularmente grave": en la actualidad, uno de cada 20 ciudadanos europeos no ha oído hablar jamás del Holocausto, el exterminio sistemático de judíos -además otros grupos humanos- llevado a cabo por el régimen de la Alemania nazi. 

Ante los datos que se están barajando, la Comisión Europea presentó en octubre de 2021 su primera estrategia para luchar frontalmente contra ese antisemitismo que se está produciendo en los últimos años de manera acusada. Busca proteger y fomentar también la forma de vida judía y ahondar en la pedagogía y la investigación. "La idea es encaminarnos hacia una UE sin antisemitismo y para ello ha buscado esta herramienta, que se aplicará durante toda esta década, para ver si finalmente se consigue este objetivo tam ambicioso pero tan necesario, al mismo tiempo", indica Hellman. 

Las instituciones empiezan a tomar nota de la gravedad del problema, pero queda esa laguna popular por cubrir. La profesora se detiene en la necesidad de insistir en ello para que todo el mundo sepa y, en consecuencia, actúe, de ahí que destaque especialmente, junto a la prevención y la conmemoración, la parte de "dar a conocer la historia y cultura de los judíos y la situación que vivió la población judía en el pasado y hoy, lo los judíos están padeciendo, que tiene también aspectos muy negativos, sin duda".

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la celebración de Hanuka, dijo el mes pasado que estaos ante una "plaga", un "veneno". Palabras muy duras para definir la situación, más allá de los famosos lazos de la comunidad judía del país con sus Gobierno o el papel de mejor aliado del mundo de Israel. Para la profesora esos términos "quizá no son muy rigurosos", pero se enmarcan en en esa subida de ataques, en esa diana que es el judaísmo para determinados grupos de ultraderecha. Un aldabonazo. 

"Hay que tener muy presente que cuando Biden pronunció esas palabras trataba de poner el foco de atención en este aumento de antisemitismo que se está produciendo en EEUU y que a su juicio, cosa que yo también comparto, se está produciendo a nivel mundial. Decía que había silencio y complicidad, y por lo tanto era necesario actuar. Pretendía remarcar la situación alarmante que estamos viviendo y la necesidad de contraacatar de algún modo", indica. Que su antecesor en la Casa Blanca, Donald Trump, acabase de invitar a su casa de Florida a un supremacista blanco negacionista del Holocausto fue otro motivo para que el demócrata de "diferenciase". 

¿Y en España?

Eso es lo que pasa en el contexto occidental en el que nos movemos, de Washington a Bruselas. ¿Pero y en España? El Observatorio de Antisemitismo de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) apunta en su informe más reciente (2020-2021), detecta distintos tipos de agresiones: contra las personas, contra los bienes, pintadas, en los medios de comunicación, en el ámbito político e institucional, en el discurso público... Constata una evolución a peor: si en 2019 se registraron cinco casos y en 2020 tres, en 2021 subieron a 11. "La escasez de no implica ausencia del problema", sostienen.

"En España los actos antisemitas se mantienen mayoritariamente en el entorno de internet y las redes sociales, donde se encuentran innumerables ejemplos de discurso antisemita. Sin embargo, durante 2020-2021 hubo varios incidentes de de vandalismo, muchos de los cuales fueron remitidos a los tribunales", añade el informe. La profesora Hellman insiste en que "si se lee la prensa con atención" no dejan de verse casos susceptibles de ser catalogados de antisemitas: un día, apareció en la fachada de la embajada de Israel en Madrid una estrella de David ahorcada; otro día, en un monumento que se erigió en memoria de las víctimas del campo de concentración de Mauthausen, en Almería, se leía una especie de pintada que decía “Almería libre de judíos”, por ejemplo. El Observatorio añade pintadas en las sinagogas de Villanueva de la Cañada (Madrid) o Ceuta y esvásticas en el cementerio judío de la capital española, y hasta grafitis acusando a los judíos de la covid-19 en las calles de Barcelona. Sin olvidar intervenciones como la de la neonazi Isabel Peralta, que decía aquello de que "el judío es el enemigo".

"Este tipo de ataques se están produciendo, aquí y más allá de España. Cuando se producen las protestas de los chalecos amarillos en Francia, entre los gritos que se lanzan estaba el de “sucios judíos”. Hay que ver con atención lo que sucede. Hay que estar alerta y no minusvalorar que la pandemia, que fue un caldo de cultivo general para la desinformación y la intoxicación, se usó también por los antisemitas, se llegó a decir que la población judía había provocado el virus y había creado la vacuna para su propio beneficio. Esas cosas calan, están presentes", indica la docente de la Europea. "Es verdad que hay quien puede decir que son aislados pero son más constantes de lo que deberían", zanja. 

Las razones de la supervivencia

La desinformación, coinciden los expertos, es una clave para entender por qué  el antisemitismo se mantiene vivo. ¿Tiene que ver con el ascenso de la ultraderecha, también, que se suma a lugares comunes y viejas diferencias históricas, en casos como el español? Jacqueline Hellman afirma que todo lo anterior pesa, y que las protestas sociales o por el coronavirus han servido de "excusa" para remover de nuevo ese odio, pero avisa de que no nos podemos quedar en esa lectura, más evidente. 

"El auge de partidos extremistas está actuando como un fuerte catalizador de antisemitismo. Hungría, por ejemplo, un país miembro de a UE con un líder ultraconservador, está lanzando constantemente mensajes que denotan una clara actitud antisemita. Pero es que, y esto es aún más preocupante, ya no hay que relacionar un partido de extrema derecha para pronunciar discursos antisemitas, sino que se puede advertir ese relato en otros partidos y en otros Gobiernos nacionalistas, de distinto espectro político. Hasta ha habido comentarios de este tipo en el Partido Laborista del Reino Unido. El antisemitismo no necesariamente tiene que estar ligado a estos partidos ultraconservadores, lo que denota la gravedad de la situación", advierte.

La experta, pese a todo, es "optimista" y cree que estamos ante unos primero buenos pasos, como los de la Estrategia comunitaria, "en pleno proceso, incipiente, de su aplicación". Se van a destinar fondos de los Estados miembros a evitar situaciones antisemitas, dinero de la UE para proteger espacios públicos y lugares de culto, para crear un red de sitios para contar la ralidad del Holocausto, una red de embajadores europeos que tiene como objetivo promover la conmemoración de la Shoa… "Es verdad que todo eso quizá llega tarde, porque ya hemos pasado un tiempo en el que se venía barruntando este aumento de ataques antisemitas, pero también es verdad que (las medidas) están recién aplicándose, y esperemos que los resultados sean satisfactorios, que aunque haya que ahondar más, el planteamiento sea el adecuado".

Por último, la profesora aborda un flanco espinoso de este problema: si criticar las acciones concretas del Gobierno de Israel es también antisemitismo, como dicen muchos de los defensores a ultranza de Tel Aviv. Ella diferencia las cosas. "Hay que partir de la base de la definición del propio concepto. Semitismo es un movimiento político a favor del pueblo hebreo y de su constitución como nación. Por lo tanto, no vamos a tener a Israel -porque sería una paradoja- perpetrando una actitud antisemita, va en contra de sus propios intereses. Tenemos que no solamente se están produciendo estos ataques antisemitas, esta ola, sino que además, es indudable, hay que tener en cuenta la propia situación de Israel. A nadie se le escapa que está ocupando con violencia y brutalmente los Territorios Palestinos y está la percepción de que los judíos ocupan una posición privilegiada en Gobiernos como el de EEUU o Reino Unido y otras potencias occidentales Todo ello, desde luego, no contribuye a dar una buena imagen de Israel. Y si se observa que Benjamin Netanyahu (el primer ministro) se está acercando en algunos momentos a líderes controvertidos como los polacos y los húngaros, para diferenciarse de otros líderes europeos que muestran una mayor empatía o solidaridad con el Estado palestino, esto no ayuda ni mucho menos a generar una buena imagen, a que se le entienda quizá de otra manera al estado de Israel. Estos datos, cruzándose, al final generan mucha confusión", concluye.