La creciente tensión entre Rusia y la OTAN ha llevado a destacados expertos militares a analizar los posibles escenarios de un conflicto abierto entre ambas partes. Figuras como Carlo Masala, profesor de política internacional en la Universidad Bundeswehr de Múnich, alertan sobre las probabilidades de una confrontación directa.

A lo largo de este análisis, los expertos destacan a Onet Wiadomosci las distintas estrategias de Rusia para probar la cohesión de la Alianza del Atlántico Norte mediante acciones limitadas que podrían desencadenar una guerra a gran escala.

Escenario uno: ataque militar a los países bálticos

Una de las mayores amenazas para Europa podría surgir si Rusia logra un desenlace favorable en la guerra en Ucrania, subrayan los expertos. En este contexto, Moscú podría dirigir su atención a los países bálticos, específicamente a Estonia, y atacar ciudades como Narva o incluso la isla de Hiiumaa. 

Este tipo de ofensiva, pondría a la OTAN en una encrucijada, ya que debería considerar la posibilidad de activar el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, el mecanismo de defensa mutua. Masala prevé que este escenario podría ocurrir en torno al 27 de marzo de 2028, en caso de que Rusia ataque por sorpresa al aprovecharse de la resistencia de EEUU y los países europeos a arriesgarse en una guerra nuclear por un territorio relativamente pequeño.

Escenario dos: ataque al istmo de Suwalki

Otro escenario clave es un ataque ruso al istmo de Suwalki, un corredor terrestre que conecta Polonia con Lituania. Marcel Berni, experto militar de la Academia Militar de Zúrich, explica que un ataque desde Königsberg (actual Kaliningrado) podría aislar a los países bálticos de Polonia, dividiendo así a la OTAN. 

Este tipo de acción tendría un impacto estratégico significativo, y muchos expertos observan con inquietud las maniobras militares rusas Zapad, que se celebrarán en septiembre de 2025 cerca de la frontera polaca. "Un ataque ruso desde Königsberg podría causar conmoción y aislar a los estados bálticos de Polonia, y así dividir a la OTAN", señala Berni.

Sonke Neitzel, historiador militar alemán, destaca que los países bálticos temen que Rusia cruce la frontera durante estas maniobras, lo que podría ser un preludio a un ataque más grande: "Vemos un gran temor de los estados bálticos de que los rusos crucen la frontera durante estas maniobras".

Escenario tres: desestabilización en Spitsbergen

Rusia también ha intensificado sus provocaciones en torno al archipiélago noruego de Svalbard, un territorio que tiene una población de unos 3.000 habitantes que forma parte de la OTAN. 

Elisabeth Braw, experta en seguridad sueca, advierte que este tipo de maniobras podrían poner a prueba la determinación de la Alianza, ya que Svalbard es un territorio remoto y su defensa podría no ser tan clara. 

Escenario cuatro: guerra híbrida con actos de sabotaje

Por último, los expertos también contemplan la posibilidad de una guerra híbrida, en la que Rusia utilice tácticas no convencionales como ciberataques, desinformación y sabotajes contra infraestructuras críticas, como los cables submarinos que conectan a Europa con el resto del mundo. 

Margarete Klein, politóloga alemana, alerta sobre el riesgo de que Rusia instrumentalice las minorías rusoparlantes en los países bálticos, como Estonia y Letonia, para fomentar la desestabilización y crear tensiones internas dentro de la OTAN. Estos actos de sabotaje podrían erosionar la unidad de la Alianza, alimentando la incertidumbre y las divisiones entre sus miembros.

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