Rusia utiliza la 'guerra del hambre' para lograr sus objetivos según la Inteligencia británica

Rusia utiliza la 'guerra del hambre' para lograr sus objetivos según la Inteligencia británica

Las maniobras rusas ponen en peligro los acuerdos para la exportación del grano.

Vladímir Putin, presidente de Rusia, y Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia.Contributor/Getty Images

Los servicios de inteligencia de Reino Unido han comunicado este viernes cuáles pueden ser las pretensiones rusas respecto al acuerdo del grano, destacando que está "ralentizando de forma deliberada las inspecciones de los barcos" con el objetivo de "forzar concesiones" respecto a la reapertura de una tubería usada para la exportación de amoniaco.

Han explicado que la iniciativa de Grano del Mar Negro "fue extendida 60 días el pasado 17 de mayo", aunque desde Moscú están "casi con total certeza" retrasando las exportaciones "mediante la ralentización deliberada de las inspecciones y el bloqueo de algunos buques", han añadido.

Según los datos aportados por Reino Unido, "en estos momentos solo se inspecciona uno o dos barcos al día", una cifra muy inferior a los entre seis y ocho que se inspeccionaban el pasado otoño.

El objetivo de Rusia: reabrir la tubería de amoniaco

Esto lleva al país anglosajón a considerar que la postura de Rusia es totalmente deliberada y cuyo objetivo es reabrir la tubería Togliatti-Odesa, que exporta amoniaco de Rusia a través de Ucrania.

Por si fuera poco, apuntan que "durante los últimos días la tubería ha sido dañada y no está operativa", han destacado después de que Moscú denunciara sabotajes por parte de un grupo ucraniano, lo que provocó una fuga de amoniaco.

Finalmente, la inteligencia británica ha destacado que "es probable que haya más retórica y obstrucción rusa de la Iniciativa del Grano del Mar Negro en las semanas previas a la fecha límite del 16 de julio", según ha publicado el Ministerio de Defensa británico a través de Twitter.

Todo esto tiene su origen en el acuerdo alcanzado por Rusia y Ucrania, con la mediación de las Naciones Unidas y Turquía, en junio del pasado año, donde se acordó el transporte de estas mercancías, en lo que fue uno de los pocos acuerdos a los que ambos países beligerantes han llegado desde que estallase la guerra.

Pero este acuerdo puede peligrar -una vez más-, ya que Rusia se mostró muy contundente cuando aceptó el trato, asegurando que tan solo lo ampliaría durante 60 días, y advirtió que no volvería a extenderlo si no se cumplían sus demandas, como es la ya mencionada, reapertura de la tubería que transporta amoniaco -la más grande del mundo-.