estilos de vida

10 cosas que no haría una persona emocionalmente inteligente

10 cosas que no haría una persona emocionalmente inteligente

Hay muchos que piensan que lo más inteligente es suprimir las emociones, que para ser efectivo hay que ser como una máquina, pero la experiencia nos dice que esta forma de pensar ha traído al ser humano más sufrimiento que éxito. Las personas que dominan la inteligencia emocional saben filtrar, redefinir y expresar sus emociones; viven una vida más auténtica, más plena y consciente.
He vivido 34 años con VIH

He vivido 34 años con VIH

Sé que el virus VIH está estigmatizado, pero no tiene por qué ser así y mi objetivo es cambiar esa percepción negativa. El VIH y el sida son tratables y se puede vivir una vida normal. Soy la prueba viviente de ello. Mi vida es un milagro, pero no soy el único con una historia que contar.
No tienes por qué interactuar con todo el mundo

No tienes por qué interactuar con todo el mundo

Hemos sido condicionados en la creencia de que la amabilidad significa estar disponible las veinticuatro horas del día, pero eres dueño de tu propio tiempo y energías para decidir cómo gastarlos. No puedes pretender gestionar las emociones de los demás y al mismo tiempo silenciar las tuyas.
Desaparición del teléfono fijo

Desaparición del teléfono fijo

Los teléfonos fijos desaparecerán de las empresas, sustituidos por una red de terminales móviles de empleados y, por supuesto, ordenadores personales que son los que, de momento, fijan el puesto de trabajo del empleado. En una sociedad del movimiento, el teléfono fijo es una especie de ancla para inadaptados.
Contra el café para todos

Contra el café para todos

La lógica del café para todos es entender que ser iguales va mucho más allá de que la ley debe ser igual para todos y debemos gozar de similares oportunidades. Entiende que la igualdad es un fin en sí mismo y siempre preferible a la libertad.
Todo lo sólido se disuelve en el consumo

Todo lo sólido se disuelve en el consumo

Nuestra vida queda resumida en la experiencia como consumidor. Todo lo que hemos hecho es leído como experiencia de consumo: juventud, el amor, los viajes iniciáticos... Hasta el trabajo aparece como consumo de empleo. Sin embargo, hay actividades o categorías sociales que son condenadas a la exclusión.