50 pensamientos desde que me levanto hasta que me acuesto

50 pensamientos desde que me levanto hasta que me acuesto

No hay botón de apagado. Seguimos adelante y ya está, como el conejito de Duracell hasta las cejas de coca. Día sí y otro también. Estoy segura de que a veces te sientes igual que yo. Por eso me quito el sombrero y aplaudo tus esfuerzos por aguantar desde el amanecer al atardecer.

Soy mujer. Soy esposa. Soy madre. Mi cerebro nunca para. Incluso mientras duermo, por mi cabeza discurren ideas desenfrenadas. Es. Algo. Agotador. Quiero a mi marido. Quiero a mis hijos. Pero querría dormir también. Esa criatura fantástica conocida como Sueño me lleva eludiendo hace bastante tiempo. Estoy segura de que yo misma soy la causante de mi propia privación de sueño. Aquí tienes una lista de cincuenta pensamientos que recorren mi cabeza desde el amanecer al anochecer.

1. ¿Tengo un pie en mi cara?

2. ¿Por qué mi pelo huele a pis?

3. ¿Qué día es hoy?

4. ¿Anoche puse la comida en las fiambreras?

5. ¿Dónde está el papel higiénico? Sé que compré papel. Debería estar en este armario. ¡Pero si justo ayer fui a comprar! Ah, no, espera, eso fue la semana pasada. No esta semana. Igual no compré papel higiénico.

6. Tengo que despertar y preparar al personal. Pero ahora todo está tan tranquilo. Ojalá durmieran así para siempre.

7. Vale, a levantarlos. Primero pon el café. Al menos el olor del café me calmará un poco.

8. ¿Por qué están peleando tan temprano? Pero si sólo llevan de pie cinco minutos de nada... ¿Cómo se puede estar enfadado todo el rato?

9. ¿Por qué todos me preguntan dónde están las cosas? No recuerdo dónde puse mis propios zapatos, mucho menos los vuestros.

10. Ni siquiera son las 8:00 am todavía. Que Dios me ayude.

11. Si salimos ahora llegaremos al colegio puntuales.

12. Si salimos ahora llegaremos al colegio sólo cinco minutos tarde.

13. ¿Dónde están mis llaves?

14. ¿Cómo demonios no se han cepillado todavía los dientes? Me da igual si le huele el aliento, pero que se meta ya en el coche.

15. Vale, relájate. Tengo el pulso por las nubes.

16. Oye, esta canción me gusta. ¿Por qué me gusta esta canción? La letra tiene un total de cinco palabras. Yo antes era lista.

17. Vale, dos niños entregados. Falta uno.

18. Ya está, a casa a trabajar. ¿Por qué estoy sudando ya? Creo que huelo mal.

19. No olvides sacar la colada de la lavadora cuando llegues a casa. Ya estará mohosa. Olvidé sacarla anoche.

20. Saca algo para la cena. ¿Qué cenamos ayer? ¿Por qué no me acuerdo de lo que hice ayer?

21. ¡Espaguetis! ¡Eso es! Sabía que lo recordaría. Bueno, pues supongo que no podemos comer espaguetis hoy.

22. ¿Qué hora es?

23. ¿Por qué quedan sobras en el frigo? Le dije que se lo llevara para almorzar. ¿Cómo leches se le olvida llevárselo todos los días? Debería llamarle para ver si le hace falta comida.

24. Mejor paso la aspiradora. ¿Qué es esa mancha en el suelo? ¿Por qué está pegajosa? Hoy no hemos comido nada con miel. ¿Será sirope?

25. Vale, dos horas antes de la hora de recogida. ¿Qué me queda por hacer? ¡Mierda! !La colada!

26. Ea, tengo que lavar esto otra vez.

27. Hora de recogerlos. Saco la colada cuando vuelva a casa.

28. ¿He dejado la olla puesta a fuego lento? No recuerdo oler a comida.

29. OK, dos niños listos, falta uno.

30. ¿Por qué se pelean? Pero si acaban de subirse al coche, ¿por qué me odian?

31. ¡Mierda! Olvidé poner la olla a fuego lento. Vale, esto puede ser la cena de mañana. Esta noche podemos cenar el desayuno.

32. Una hora para que se vayan a dormir. Puedo hacerlo. Sesenta minutos.

33. ¿Quién me ha tirado esa pelota a la cabeza? ¡Malditos niños! En serio, me odian.

34. Cuarenta minutos para irse a la cama. Yo puedo.

35. Sólo les queda ducharse y cepillarse los dientes. A ver si esta noche lo hacen todo ellos solos.

36. ¿Por qué tengo que ayudarles todas las noches? No hace falta un máster para ducharse.

37. Diez minutos. Yo puedo.

38. En serio, niño, vete a la cama. Si sale alguno otra vez a pedir agua...

39. Ya está, todo tranquilo. Estoy tan feliz de poder sentarme...

40. Estoy tan cansada. No puedo enfocar la mirada.

41. ¿De verdad me está pidiendo ahora que le lea? ¿En serio? ¿Está mal de la cabeza?

42. Ea, se ha puesto a hacer pucheros.

43. Sólo serán cinco minutos... así se podrá ir a dormir.

44. Ea, me puedo ir a dormir en diez minutos y disfrutaré de seis buenas horas de sueño.

45. Venga, cerebro, apágate. Hora de dormir.

46. ¿Qué ha sido ese ruido? ¿Hay un niño levantado?

47. Debería comprobar que los niños están bien.

48. OK, todos bien.

49. Estoy tan cansada.

50. ¡Mierda! No he sacado la colada.

No hay botón de apagado. Seguimos adelante y ya está, como el conejito de Duracell hasta las cejas de coca. Día sí y otro también. Estoy segura de que a veces te sientes igual que yo. Por eso me quito el sombrero y aplaudo tus esfuerzos por aguantar desde el amanecer al atardecer.

Meredith es una madre que trabaja desde casa, con tres hijos, que habla del lado políticamente incorrecto del matrimonio y de la maternidad en su blog thatsinappropriate.net. También contribuye con el equipo de paternidad en Today.com. Síguela en Medium, Facebook, Twitter e Instagram.

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Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Diego Jurado Moruno

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