"El bando que no puede responder, pierde", avisa el principal mando estadounidense que supervisa las operaciones militares en Europa, Christopher Cavoli.
La norma preservará algunas garantías si el Tribunal Supremo, conservador, llega a derogar la protección constitucional de ese derecho, como ya hizo con el aborto.
Aunque los Representantes se los queden los republicanos, el poder legislativo guarda funciones clave a la Cámara Alta en nombramientos, leyes y escrutinio del Gobierno.
No, no es la pérfida administración de Biden tratando de amañar los datos ni que falten medios en la primera potencia mundial. La clave está en los distintos métodos y plazos.
Las urnas elegirán sus 435 diputados, renovarán 35 escaños del Senado y darán su apoyo a gobernadores y fiscales. De ello depende el porvenir de todo un país.
Ninguno encabeza las papeletas, pero la batalla es suya: el 8 de noviembre, el país renueva Representantes, Senado y gobernadores en un contexto de crisis económica.
Límites para menores de 21 años, alertas de peligro que permiten confiscar armamento, y actuaciones contra maltratadores aunque la pareja no esté casada son algunas medidas.
Un poco por falta de decisión política y un mucho por presión del lobby del sector y por el peso de los estados sureños proarmas: la casa, sin barrer; los muertos, sin parar.
La caída durante horas de las redes sociales del grupo coincide con la revelación de prácticas poco éticas, por puro beneficio. Las consecuencias están por ver.
El presidente de EEUU lo tiene prácticamente hecho, porque su gente del partido republicano votará con una sola voz: protección del líder y veto a nuevos testigos