La titánica tarea de colar las playas: la realidad de los voluntarios que recogen pellets

La titánica tarea de colar las playas: la realidad de los voluntarios que recogen pellets

Miles de particulares plantan cara a este problema ecológico en Galicia, desencadenado por el vertido de microplásticos, sin apenas medios ni información.

Luís do Río, recogiendo pellets en Area Maior.Cortesía de Luís do Río

"Tú vas y aparentemente la playa está bien, pero cuando miras más detenidamente, ves que la arena está totalmente llena de estos micropellets", describe Luís do Río. "Como son blancos, no se ven muchísimo", explica este voluntario de 25 años, que acudió los días 6 y 7 de enero a limpiar en Area Maior, en Muros. No vive allí, pero decidió acercarse a una de las playas que pensaba que estaría entre las más afectadas.

Él es una de las miles de personas que desde hace unos días se están movilizando como pueden y saben para recoger los millones de gránulos de plástico procedentes de un vertido del buque Toconao en aguas portuguesas y que están llegando a las costas gallegas, principalmente, pero también a las asturianas y cántabras. Asturias, de hecho, ha elevado este martes el nivel de alerta al 2, lo que desbloquea la ayuda del Gobierno central. Poco después, Galicia ha seguido sus pasos, asegurando que también lo hará, y Cantabria también ha decidido activar la alerta a modo de prevención. 

"Se denomina pellet a la forma, no a la composición, puesto que los hay de biomasa y de plástico", aclara José Fernando Pérez, profesor e investigador de la Escuela STEAM en la Universidad Europea de Canarias, especializado en el tema de aguas. "Estos pellet o granza, como también se denomina en castellano, es la forma habitual de transportar los plásticos para luego calentarlos y darles formas mediante distintas técnicas", agrega sobre su uso industrial.

Hay quien también los llama lágrimas de sirena, pero poco hay de poético en este drama medioambiental. En las cuatro o cinco horas que Luís do Río dedicó el sábado a recoger esas bolitas ahora esparcidas por la arena, estaban allí "voluntariamente siete, ocho o diez personas, depende del momento": "No sabíamos nada. Llevamos lo que se conoce como peneiras, que es como un tamiz, un círculo que tiene una red que se utiliza para grano".

"Con indumentarias precarias recogimos lo que pudimos y aprendimos que la manera más eficaz es recoger la arena sin que se mezcle, echarlo sobre agua y los pellets flotan. Los enviados y expertos de la Xunta aprendieron en base a lo que estábamos haciendo allí. A mí mismo se me acercaron los expertos a preguntarme qué malla era, qué tamiz era, qué es lo que funcionaba más, qué es lo que funcionaba menos...", relata.

"A mí mismo se me acercaron los expertos a preguntarme qué malla era, qué tamiz era, qué es lo que funcionaba más"
Luís do Río, voluntario

En la misma playa ha estado limpiando estos días María Candamo, de Louro, que se dedica a hacer joyas con restos que recoge en esas costas en Lixo Atelier: "Hay una cantidad de residuos impresionante siempre, pero ahora tenemos este problema. Nosotros nos enteramos de que esto había llegado a otras rías por algunos post en Instagram y cuando llegaron aquí estábamos avisados".

Fue el miércoles o jueves de la semana pasada cuando empezaron a llegar los pellets: "Bajamos muy poca gente, la verdad, con lo que teníamos por casa, con coladores, con tamices, peneiras, y hacer un poco lo que podíamos pero sin información de ningún tipo, sin saber si lo que estábamos recogiendo era tóxico, sin saber la cantidad de sacos que se habían perdido...".

Detalla que hicieron un invento "con cajas y redes, con mallas de distintos tamaños, para poder separar la materia orgánica, conchas, algas y demás de lo que son los plásticos, y después los plásticos separarlos de la arena con una malla más fina". 

"Después llegó la empresa contratada por la Xunta con material más precario aún y ningún tipo de información", asegura. Agrega que, a día 9, aún no han comenzado "las labores de limpieza profesionales", tampoco por parte de la aseguradora de la naviera. 

"La gente sigue queriendo bajar a las playas a ayudar, pero tampoco sabemos si lo estamos empeorando o no"
María Candamo, voluntaria

"La gente sigue queriendo bajar a las playas a ayudar, pero tampoco sabemos si lo estamos empeorando o no. En playas como la de Area Maior está la arena ya muy pisada y lo que pasa es que se están enterrando estas bolas", apunta la creadora de joyas.

"Esto es una catástrofe de la leche, pero también te digo que todos los años a todas horas te vas a cualquier playa de Galicia y hay todo tipo de residuos: plásticos que llegan de algunos barcos, el otro día fui y en una vuelta que di cogí 20 botellas...", asegura Xurxo Carreño, creador de contenido con casi 15 millones de seguidores, siete de ellos en TikTok, y en su mayoría, gallegos. 

Aprovechó ese altavoz de sus redes para convocar de manera desinteresada una quedada para limpiar O Vilar, "que está en la zona de Ribeira, de Corrubedo, que además es parque natural".

"Soy muy gallego para todo y defiendo mucho lo que es nuestra tierra. Además de dedicarme a hacer vídeos de contenido de humor, también me dedico de vez en cuando, a veces lo grabo, a veces no, a recoger residuos de las playas y de los montes", aclara. Se enteró a través de Instagram por la usuaria Blondiemuser, que divulga sobre ecologismo: "También la gente me empezaba a decir 'Xurxo, no estás hablando nada de los pellets', y yo pensaba: '¿Qué carajo son los pellets? Si son lo de la calefacción, yo no tengo nada de qué hablar'. Y claro, me empecé a informar y vi lo que era".

Convocó la quedada con poca antelación. "Lo avisé un sábado a las seis de la tarde y el domingo a las tres estábamos allí en la playa", relata. Según algunos medios, llegaron a acudir entre 350 y 400 personas. "Era superfrustrante, éramos seis amigos y yo y en tres horas que estuvimos no sacamos ni dos kilos. Yo no sé si llegamos a sacar un kilo de plástico. Es muy complicado", lamenta. Y lo que limpiaron ese día, volvió a ensuciarse en cuanto subió la marea.

"Era superfrustrante, éramos seis amigos y yo y en tres horas que estuvimos no sacamos ni dos kilos"
Xurxo Carreño, voluntario

"La gente está pidiendo ayuda de las instituciones pero no veo posible ayuda efectiva a corto plazo", dice. "Esto va a llevar años quitarlo todo. Es tener paciencia y que nos unamos todos más que nunca, como fue en la época del Prestige. No es tan visual, porque al final el petróleo manchaba todo de negro, pero esto es parecido", añade Carreño.

Un problema para la fauna marina y para la cadena trófica

"El problema de los microplásticos es bastante reciente", reflexiona el profesor José Fernando Pérez. A su juicio, "hay un problema evidente", y señala el resultado de consultarle a Consensus, una herramienta de inteligencia artificial para extraer información científica, acerca de si son peligrosos para el medio ambiente: "Un 75% de las respuestas de los estudios consultados afirman que sí, un 25% que muy posiblemente y hay un 0% que diga que no".

"Son 25.000 kilos de pellets que fueron vertidos al mar", recuerda Belén Rodríguez, secretaria ejecutiva de la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega). "La situación es cada vez más preocupante porque los datos oficiales cifran en 30 playas en las que hay presencia de pellets. Nosotros creemos que son muchas más y están llegando incluso a otras comunidades autónomas. Creemos que esto va para largo, es una situación que se va a estirar en el tiempo y, probablemente, en los próximos meses sigamos viendo aparecer cantidad de pellets en nuestras playas", pronostica.

"Nosotros no nos atrevemos a decir que es un segundo Prestige, porque evidentemente las consecuencias no son comparables, pero sí es un problema de un vertido que ha generado un elevado riesgo en las playas en cuanto a que puede afectar de forma significativa sobre todo a la fauna marina", puntualiza la portavoz. Como explica, pueden ingerir los pellets al confundirlos con alimentos, algo que puede causar su muerte. "Y teniendo en cuenta que son zonas pesqueras y marisqueras, es bastante probable que muchos de esos microplásticos acaben en los intestinos de los animales", avisa.

"Teniendo en cuenta que son zonas pesqueras y marisqueras, es bastante probable que muchos de esos microplásticos acaben en los intestinos de los animales"
Belén Rodríguez, Adega

De ahí, se desencadena otro potencial peligro, puesto que, "es posible que esas sustancias acaben, con el paso del tiempo, integrándose en la cadena trófica y que nosotros acabemos también consumiendo indirectamente ese plástico". 

Resalta además lo frustrante de la situación, porque aunque se recojan pellets, con la marea del día siguiente aparecen nuevos: "Es una tarea muy complicada y poco eficiente por cuanto una vez que estos pellets llegan a la playa se mezclan con la arena, se meten en huecos de rocas, se confunden con el contorno natural y al final es muy difícil de eliminar en tierra".

Para José Fernando Pérez "puesto que las partículas no se mueven solas, no tienen vida propia, sino que las lleva el oleaje, lo primero que tenemos que hacer para ponerle solución es conocer la dinámica del mar y actuar cuanto antes" en el propio medio acuático, antes de que lleguen a tierra. Por lo que aboga es por "intentar poner barreras por donde van a circular, igual que se trató de hacer en el caso del Prestige".

Buena voluntad, pero falta de información

Desde Adega no están convocando limpiezas de playas, sino que este miércoles van a iniciar limpiezas formativas para formar a coordinadores de grupos de voluntariado: "Estamos viendo que con muy buena voluntad, pero con falta de información, está acudiendo mucha gente para limpiar, pero a veces se realiza de forma inadecuada y se generan más impactos que soluciones". 

  Pellets en Area Maior.Cortesía de Luís do Río

Entre los posibles problemas cita el enterramiento de los pellets en la arena, la afección a la biodiversidad propia de esos espacios o a los sistemas dunares, "que son muy frágiles, cuando hay una llegada masiva de personas a los arenales", explica Rodríguez.

"Sobre todo nos dirigiremos a los focos geográficos más afectados, como son la ría de Muros y Noia, Porto do son, Ribeira, toda la parte del complejo dunar de Corrubedo, y también intentaremos llegar a las costas de A Coruña, de Vigo y, si tenemos noticias, de que también hay presencia de pellets en la de Lugo, también acudiremos", sostiene.

"Cada vez las bolas están más dispersas por la playa y la acción del viento, la lluvia y las mareas complica aún más la recogida"
María Canedo, voluntaria

"El problema es gravísimo", apostilla María Candamo. "La solución habría sido la prevención y que esos contenedores no hubiesen caído al agua. Ahora no hay solución. Nosotros vamos a intentar sacar lo que podamos, pero es imposible sacarlo todo. Está extendido, cada vez las bolas están más dispersas por la playa y la acción del viento, la lluvia y las mareas complica aún más la recogida", expone.

Ni siquiera utilizar los pellets para sus creaciones es una opción. "Desde que llegaron pensé en poder utilizarlos para hacer algún tipo de creación y lo recaudado poder donarlo, pero es que tampoco puedo ponerme a trabajar con eso porque no hay información de lo tóxicos que pueden ser. Ahora dicen que ha salido un informe que afirma que no son tóxicos, pero aún así son muy contaminantes, y cuando se empiecen a degradar puede que sí sean más tóxicos. Ponerme a trabajar con eso puede ser peligroso para mí e incluso si la gente los quisiese adquirir yo no puedo vender algo que no sé realmente lo peligroso que puede ser", admite.

Pautas para quien quiera ayudar a limpiar las playas

"Desde el primer día en que esto se ha conocido públicamente, la verdad es que ha sido un aluvión de personas que se ofrecen voluntarias para recoger esos pellets", señala la secretaria ejecutiva de Adega. Tienen ya un listado de más de mil voluntarios inscritos "y siguen llegando más", pero piden paciencia si no llegan a llamar a todos "porque son muchas las personas y son zonas sensibles y la llegada de voluntarios debe ser controlada y organizada".

Para quienes están acudiendo o tienen pensado hacerlo en los próximos días, ofrecen estas pautas para hacerlo de la manera más segura y respetuosa posible:

1. "Lo que recomendamos es acudir primeramente a las playas para ver dónde hay más cantidad y contactar directamente con los ayuntamientos, con los concellos, para informarlos de que se va a estar allí y pedir que pongan puntos de recogida o contenedores específicos para poder recoger ese plástico, porque no es un residuo al uso", apunta Rodríguez. El pellet no se debe depositar en los contenedores normales de basura, sino que tienen que tener un tratamiento específico.

2. Intentar ir en grupos reducidos, no masivos, para no saturar los arenales y no crear impactos innecesarios en la biodiversidad.

3. Lo ideal es que los grupos que vayan limpiando la playa lo hagan en la misma dirección: "No ocupar toda la playa sino ir tramo a tramo para llevar un cierto orden en la limpieza".

4. Es importante llevar guantes. "Nosotros recomendamos que sean destinados para manejar materiales peligrosos, por prevención, y también mascarilla. Las precauciones nunca son demasiadas. Y calzado adecuado para andar por la arena e, incluso para recoger agua del mar para poder colar esos restos de pellet", agrega la portavoz.

5. No acudir con mascotas y si van menores, que sea siempre acompañados y bajo la responsabilidad de un adulto.

6. Llevar una contabilidad de lo que se ha recogido, dónde se ha hecho e informar al 112 de la existencia de pellets en esa playa.

7. No meterse en zonas dunares y no molestar a las aves o a otras especies que puedan estar habitando esos espacios.

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