Algunos exempleados de Salt Bae cuentan lo que les hacía en sus restaurantes: ver para creer

El chef Nusret Gökçe, más conocido como Salt Bae, se ha convertido en toda una celebridad en todo el mundo gracias a las redes sociales y al espectáculo que monta cada vez que echa sal a los platos. Un estilo que ha llamado la atención de numerosos famosos, que acuden a sus restaurantes deseosos de reflejar su experiencia en las redes sociales.

Ahora, varios exempleados del cocinero han denunciado en Insider cómo son las condiciones de trabajo en sus restaurantes. Unas denuncias a las que ha respondido rápidamente el abogado del chef.

Todos dibujan a Salt Bae como "un tirano mezquino" obsesionado "por la riqueza y el exceso". Se quejan, además, de que se quedaba con parte de sus sueldos, que violaba los derechos laborales, discriminaba y recurría siempre a "una cultura del miedo saturada de testosterona".

Los empleados dicen que el chef "era propenso al favoritismo y a los despidos frecuentes e impredecibles". Mientras, el abogado del cocinero dice que "las acusaciones no son más que una repetición de demandas antiguas en las que se examinaron las reclamaciones y hace tiempo que se han resuelto".

"Nusret emplea a más de mil empleados en todo el mundo; es una pena que algunas demandas antiguas y algunos comentarios poco halagadores eclipsen el enorme esfuerzo que dedica a mantener una fuerza laboral de restaurante global", añadía.

Pero algunos extrabajadores dicen que la simple presencia del cocinero "creaba una atmósfera de miedo, donde cualquier paso en falso podía causarles problemas con sus gerentes o, peor aún, con el mismo Gökçe".

De hecho, un extrabajador del restaurante de Londres llegó a comparar su ambiente de trabajo con el de los Juegos del Hambre, y denunció que los empleados nunca sabían si serían despedidos antes del final de su turno.

Otra extrabajadora lamentaba que "nunca sabes si te está mirando" por culpa de sus gafas de sol. Y agregaba: "Es muy incómodo estar cerca de él". Además, los exempleados aseguran que que el lujo en los restaurantes es "una farsa".

De hecho, describen todo como "barato como el infierno" y denuncian que los uniformes de poliéster eran "los más horribles" con los que han trabajado.