Soy una mexicana saliendo con un español: este es el choque cultural que tenemos

Soy una mexicana saliendo con un español: este es el choque cultural que tenemos

Apunta cuatro aspectos clave.

El vídeo de @lupitavillalobosb.@lupitavillalobosb

"Mi novio es español, yo mexicana, vivimos en México y aunque hablamos el mismo idioma tenemos choques culturales", asegura.

La primera diferencia es que, según explica, en México el chico para formalizar la relación le tiene que pedir a la chica ser su novia, algo que en España no ocurre. "Yo se lo decía que me lo dijera porque lo veía lógico. Le dije que si no me lo pedía podría estar con más chicos porque lo iba a interpretar como que estábamos quedando", explica.

"En México el andar quedando es un previo al noviazgo, es hasta que se pide formalmente a la señorita. Ahí es cuando se sabe el ritmo que coge la relación. Al final me lo pidió", añade.

Otro aspecto que quiere abordar es el hecho de que en su ciudad, Sonora, el hombre camina por el lado de la carretera de la acera mientras que la mujer lo hace por el otro, como para estar más protegida. 

"Eso de quedarse a ese lado ni ha pasado por la mente de Juan. Y es algo que ni siquiera sé si se lo he comentado porque ya vi que no está en su naturaleza y tampoco se lo voy a exigir. No pasa nada por el hecho de que yo vaya en ese lado de la calle", indica.

También destaca que en España se valora mucho el tomate: "Pueden tener conversaciones de tomates. Juan es de las personas que se pone a recordar tomates. Yo con el jitomate aquí en Ciudad de México y él te puede hablar del cuerpo del tomate, de la carne, etc".

"Es sumamente importante en su gastronomía es algo que él echa de menos. Yo cuando voy a otro país no me acuerdo del tomate, es algo que me da totalmente igual. Es más, yo no voy a estar recordando el tomate de México, pues los españoles sí", sentencia. 

Por último, quiere destacar la importancia del pan en la gastronomía española. Explica que un día le dio un donut diciéndole que era pan. "Agarré una dona glaseada y le dije que iba a comer pan con café. Me contestó que eso no era pan y que era bollería", destaca. 

Lupita ahí aprendió a diferencia la bollería del pan y que eso se trataba de un dónut, aunque para ella era una dona. 

"En cuanto a lo referente al pan, hasta hablan de que este no está crujiente por fuera y dentro y no le convence. Tiene su panadería y yo agarro la baguette y me la como porque la cosa es llenarme", sentencia.