J. D. Vance ya es parte de la historia mundial, haga lo que haga en un futuro. Él, vicepresidente del Gobierno de EEUU, fue la última autoridad internacional en verse con el papa Francisco en una audiencia privada. 

El encuentro, muy breve, tuvo lugr el domingo 20, horas antes de la muerte del Sumo Pontífice y tras una reiterada pelea diplomática del 'numero 2' de Donald Trump por verse con él.

Tres días después, Vance se ha abierto a hablar de un encuentro que califica como "bastante loco" por lo impactante de reunirse horas antes del deceso. Así se lo ha explicado a la prensa de EEUU que cubre su viaje oficial a India.

"He pensado mucho en eso. Fue bastante loco. Obviamente cuando lo vi no sabía que le quedaban menos de 24 horas en la Tierra. Creo que fue una gran bendición", ha apuntado justo antes de volar de vuelta a Washington.

Sobre el encuentro en sí, Vance ha explicado que tras verle "brevemente" la mañana del Domingo de Resurrección se sorprendió por su estado. "Sabía que estaba muy enfermo pero no me había dado cuenta de lo enfermo que estaba".

A modo de balance de la obra del Santo Padre, J. D. Vance le recordará como "un gran pastor" y un defensor de "las personas marginadas, los pobres y los enfermos", tal y como recoge EFE.

Su encuentro sirvió, además, para 'acercar posturas de forma final con Francisco, quien había criticado la política antiinmigración de la Administración Trump. Al respecto, el vicepresidente se ha limitado a reconocer ser "consciente de que tuvo algunos desacuerdos con algunas políticas de nuestra Administración. También coincidió mucho con algunas de ellas". 

"No voy a manchar su legado hablando de política. Creo que fue un gran pastor cristiano, y así es como elijo recordar al Santo Padre", ha concluido.