Más de 550.000 israelíes toman las calles antes de una "semana crucial" para su democracia

Más de 550.000 israelíes toman las calles antes de una "semana crucial" para su democracia

Netanyahu anuncia una operación urgente para ponerse un marcapasos. 

Miles de manifestantes sostienen banderas israelíes durante una marcha de protesta contra los planes de reforma judicial del Gobierno israelí, en Jerusalén, el 22 de julio de 2023. Continúan las protestas en todo el país en respuesta a los planes del Gobierno israelí de aprobar una impopular reforma del sistema de justicia, que los manifestantes temen que debilite la independencia de la Corte Suprema de Israel. En ausencia de una constitución para el estado de Israel, la Corte Suprema juega un papel importante en el mantenimiento de los controles y equilibrios entre los órganos legislativo, judicial y ejecutivo del estado. EFE/ABIR SULTANEFE

Más de 550.000 israelíes salieron ayer de nuevo a las calles de todo el país para protestar contra la reforma judicial que impulsa el Gobierno de Benjamín Netanyahu, antes de que empiece una "semana crucial" para salvar la democracia del país, cuando está previsto que el parlamento pase una de las leyes clave de ese plan.

Unas 220.000 personas se congregaron en la recién bautizada Plaza de la Democracia en Tel Aviv, epicentro de las protestas durante siete meses consecutivos, y más de 100.000 -una cifra récord- lo hicieron en Jerusalén, frente a la Knéset (Parlamento israelí).

Mañana comienzan allí los debates para aprobar la primera ley del paquete legislativo que conforma la reforma, por lo que se trata de "una semana crucial", "la más importante de la historia de Israel", aseguró hoy el movimiento de protestas, que reunió además a 45.000 israelíes en Haifa, 30.000 en Netanya, y decenas de miles en otras localidades superando los 550.000 en todo el país, según el recuento de los organizadores.

En Jerusalén, unas 20.000 personas llegaron a pie en una marcha por la autopista 1 que partió hace cuatro días de Tel Aviv, a los que se sumaron hoy decenas de miles más en los alrededores de la Knéset, donde una marea de banderas israelíes gritó al unísono "democracia" e increpó al "dictador Netanyahu".

"Me uní porque creemos que tenemos que luchar en contra de este cambio de régimen en Israel. Están cambiando las reglas de la democracia", contó a EFE Ayal Yafe, un piloto de aerolínea residente en Kyriat Gat, que se unió a la marcha en su segundo día cuando pasó cerca de su casa y que hoy llegó a Jerusalén, donde protestó frente a la Knéset, una de las instituciones clave de la democracia israelí.

Acampada ante el Parlamento

Allí, miles de personas planean acampar esta noche y dar la batalla mientras el Parlamento debate la ley que elimina la doctrina de la razonabilidad, que permite todavía al Supremo revisar y revocar decisiones y nombramientos gubernamentales en base a si estos son razonables o no, un importante contrapeso democrático para el movimiento de protestas, pero una jurisdicción demasiado amplia según los defensores de la reforma.

Los debates comienzan la tarde del domingo y la votación de la ley previsiblemente ocurrirá el lunes o martes en la Knéset, donde los partidos derechistas, ultranacionalistas y ultraortodoxos de la coalición tienen clara mayoría.

"Como la oposición en el parlamento no puede parar este proceso (porque el gobierno tiene mayoría), los ciudadanos estamos haciendo presión en las calles para tratar de frenar la reforma", explicó a EFE Nalon, un israelí de origen argentino que llegó hace 35 años a un Israel "muy diferente al de hoy".

"Va a cambiar totalmente lo que es Israel. Si quieren reformar la justicia deben hacerlo con todo el pueblo de acuerdo. La forma en que lo están haciendo está siendo un desastre. Va a traer una guerra civil", añade su esposa Veret, que teme que Israel retroceda en derechos de la mujer y "deje de ser un Estado laico e igualitario".

"No será el país en el que queremos que vivan nuestros hijos", coincidió el matrimonio residente en Modin.

Reservistas en pie de guerra

En siete meses de protestas, el colectivo de reservistas del Ejército ha jugado un papel fundamental en la oposición a la reforma judicial, y en las últimas semanas han retomado su ofensiva "en defensa de la democracia".

En total, más de 10.000 reservistas -incluidos expertos en inteligencia, ciberguerra y miembros de unidades de élite- han expresado su intención de no presentarse voluntarios a servicio, anunció hoy en grupo "Hermanos en armas", que aglutina a los reservistas que protestan contra de la reforma.

"Esta reforma es muy peligrosa para el Ejército. La gente no quiere luchar, arriesgar su vida, por una dictadura. Queremos defender la paz en un país judío y democrático", aseveró Ofer Aharony, un reservista de ese grupo, que fue comandante de una unidad de paracaidistas desde la guerra del Yom Kipur en 1973 hasta la guerra de Líbano en 2006.

Más de 1.100 pilotos en activo de la Fuerza Aérea comunicaron ayer que no acudirán a entrenamientos hasta que no se frene la reforma; y hoy 125 ex jefes del Estado Mayor -incluido el ex primer ministro Ehud Barak-, generales del Ejército, comisionados de la Policía y jefes de los servicios de inteligencia Mosad y Shin Bet mostraron su solidaridad con el paro de reservistas y soldados en una carta dirigida a Netanyahu.

"Lo vemos como la persona directamente responsable por el grave daño a las Fuerzas de Defensa de Israel y a la seguridad de la nación", espetan.

La amenaza de cientos de reservistas el pasado marzo de no presentarse al servicio ni los entrenamientos hizo que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, pidiera públicamente frenar la reforma judicial; lo que derivó en protestas masivas y una huelga general, que obligaron a Netanyahu a aplazar la reforma y abrir un diálogo con la oposición.

Las negociaciones se rompieron en junio y el Gobierno decidió seguir adelante unilateralmente con su plan, generando ahora una tensión social similar a la vivida en marzo. 

¿Qué pasa con la salud de Netanyahu?

Apenas unas horas después de esta protesta formidable, Benjamín Netanyahu anunció que se someterá en la madrugada de este domingo a un procedimiento para que le implanten un marcapasos. Netanyahu, de 73 años, fue dado de alta precisamente hace una semana tras ser hospitalizado la víspera de emergencia tras sufrir una deshidratación por las altas temperaturas del verano.

El primer ministro “se sometió a una serie de exámenes completos y de rutina estando completamente consciente, incluida una prueba eléctrica del corazón, que salió completamente normal”, informó el pasado domingo el Hospital Sheba, confirmando el diagnóstico inicial de que la causa de su desfallecimiento fue deshidratación.

Durante este procedimiento, el ministro de Justicia, Yariv Levin, será su reemplazo como primer ministro en funciones.