¿Trump o Biden? ¿Quién tiene el mérito de haber logrado un alto el fuego en Gaza?
Aunque ambos se atribuyen el haber logrado un acuerdo entre Israel y Hamas, lo cierto es que, por primera vez, las dos Administraciones han trabajado unidas.

El viernes 10 por la tarde, según detalla Chaim Levinson en Haaretz, Steve Witkoff, amigo personal de Donald Trump y su enviado a Oriente Medio, llamó desde Catar a la oficina del primer ministro israelí. Witkoff les avisó de que el sábado viajaría a Israel para verse con Benjamin Netanyahu. Cuando sus asesores le explicaron que era Shabat y que el mandatario “estaría encantado” de recibirle el domingo, se quedaron en shock ante la reacción de Witkoff. A pesar de ser judío, el empresario, que no tiene experiencia alguna en diplomacia, les dijo “en un inglés mordaz” que eso del Shabat “no le interesaba”. Witkoff no iba a esperar. Netanyahu, por tanto, no tuvo más remedio que saltarse la tradición y reunirse con el enviado estadounidense el sábado, un día reservado para el descanso y la oración en el judaísmo. El domingo, Witkoff estaba ya de regreso en Catar para sellar el acuerdo para el alto el fuego en Gaza.
Steve Witkoff no es ni diplomático ni tiene experiencia en el campo, ni siquiera en política. Witkoff es un ejecutivo inmobiliario millonario y quiso cerrar el acuerdo para el alto el fuego como si estuviera negociando la compraventa de un inmueble cuyo propietario no tiene más ofertas pero sí la necesidad de fondos. De ser el compañero de golf de Trump en su club de Mar-a-Lago, en Florida, cuando este sufrió un intento de asesinato el pasado mes de septiembre, Witkoff es hoy considerado por todas las partes implicadas como una de las figuras clave en la consecución del acuerdo. Lo reconocen incluso desde la administración saliente de Joe Biden. “Los funcionarios de Biden dijeron que una reunión el sábado entre el enviado entrante de Trump para Oriente Medio, Steven Witkoff, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue crucial para cerrar el acuerdo”, recoge The Washington Post.
Desde que se anunciara el alto el fuego, Joe Biden y Donald Trump han protagonizado una suerte de lo que llaman batalla por el relato. Ambos se definen como hacedores necesarios del acuerdo. Mientras el republicano fue el primero en comunicar el pacto a través de su propia red social, Truth Social, Biden consideró una “broma” que alguien pudiera siquiera preguntarle quién tenía el “crédito” de lo logrado, si él o Trump. Pero los dos tienen razón. El acuerdo del alto el fuego es muy similar al que el propio Biden presentó el pasado mes de mayo, si bien también es innegable que, si Trump no tuviera su acto de investidura el próximo 20 de enero, las negociaciones no se habrían desarrollado con tanta celeridad. El presidente electo había amenazado días antes con desatar “un infierno en Oriente Medio” si no se alcanzaba un acuerdo antes de su reingreso en la Casa Blanca. En definitiva, Biden quería una traca final para sus últimos días, y Trump tenía la necesidad de quitarse un problema de encima.
En X, un excongresista demócrata, Tom Malinowski, lo resumió así: “Ha sido un acuerdo de Biden, pero por mucho que odie decirlo, no podría haberlo hecho sin Trump, no tanto por sus amenazas a Hamas, sino por su voluntad para decirle a Bibi [como se conoce a Netanyahu] sin rodeos que la guerra tenía que terminar el 20 de enero”. Un diplomático “informado sobre las negociaciones” dijo a The Washington Post que, además de “la posición debilitada de Hamas, [...] esta era la primera vez que ha habido una presión real sobre el lado israelí para aceptar un acuerdo”.

El hecho de que tanto Biden como Trump necesitaran este alto el fuego llevó a otra situación inusual en Estados Unidos, y sobre todo en estos tiempos. Ambas administraciones aceptaron trabajar de manera conjunta en las negociaciones. El propio Witkoff, de hecho, destacó que, pese a su importante papel, “la punta de lanza” en el transcurso del diálogo fue la administración Biden. Aunque desde una parte del entorno demócrata consideran que esto demuestra que si Netanyahu rechazó el acuerdo planteado en mayo fue para aupar a Trump, hace unos días era inimaginable que tanto Biden como el republicano pudieran trabajar de manera conjunta. Claro que probablemente esto no haya sido más que el espejismo de un manantial en el desierto, tanto o más como el propio alto el fuego en Gaza.
En Truth Social, Donald Trump, pese a celebrar un acuerdo “ÉPICO” (con mayúsculas), lanzaba de nuevo una advertencia. “Seguiremos promoviendo la PAZ A TRAVÉS DE LA FUERZA en toda la región", escribió.