De ser la que escribía de sus ex a ser ella su propio 'hit': cómo Taylor Swift ha revolucionado la industria

De ser la que escribía de sus ex a ser ella su propio 'hit': cómo Taylor Swift ha revolucionado la industria

Ha hecho historia al lograr cuatro Grammy a Mejor álbum del año, gracias a ella se ha batido el récord de audiencia televisiva en EEUU y es la primera artista en recaudar más de 1.000 millones de dólares con una gira. ¿Qué más le queda por hacer?

Taylor Swift en su concierto en México D.F.Getty Images for TAS Rights Mana

"Soy una optimista muy entusiasta: una de las pocas almas vivientes en la industria de la música que aún cree que la industria de la música no se está muriendo... solo está reviviendo". Con 24 años, en 2014, Taylor Swift daba estas declaraciones en una entrevista con The Wall Street Journal.

Han pasado 10 años y lejos de morirse, ella ha sido precisamente la encargada de resucitar esa industria a golpe de fenómeno. 

Ha batido el récord de la única artista con cuatro premios Grammy a Álbum del año, ha sido la persona del año 2023 para la revista TIME, ha colgado el cartel de sold out en todos sus conciertos de la gira The Eras Tour —entre ellos el de Madrid del próximo 30 mayo— y ha logrado incluso que con su presencia en la Super Bowl se batiera el récord de audiencia histórico de EEUU. Más que una popstar, Swift es todo un ídolo de masas.

Además, el cambio que ha dado en su carrera no solo la ha colocado en el altar musical junto a nombres como Frank Sinatra, Stevie Wonder o Paul Simon, sino que la ha ubicado como un fenómeno empresarial que ya tiene nombre propio: "el efecto Taylor Swift".

Una carrera hiperproductiva que demuestra que el pop no está muerto

A pesar de que con su segundo trabajo, y quizás el de pop más clásico, Fearless logró su primer Grammy a Mejor álbum del año, el chorreo de premios en su haber así como su impacto se ha acelerado con la pandemia, debido también a la hiperproducción de discos en la misma. Y que sigue, ya que aprovechó sus reconocimientos en los Grammy para anunciar el lanzamiento de Tortured Poets Department, que verá la luz el 19 de abril de 2024. Definitivamente, Swift se ha convertido en uno de los rostros favoritos de la Academia.

La cantante sacó en 2020 nada menos que dos discos, Folklore y Evermore, todo un golpe de efecto en la industria que se veía paralizada tanto a nivel de giras como de presentación de trabajos musicales.

"Fue una sorpresa muy grata tanto para el público swiftie como para la industria en general, en un momento que parecía que todo estaba parado, que todo estaba detenido, que no se estaban haciendo nuevas producciones ni musicales ni audiovisuales, ella hubiera estado grabando estos discos", explica a El HuffPost Alejandro Martínez, profesor de la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile y doctor por la Universidad de Princeton, que ha implantado un taller sobre la cantante y su relación con la poesía en la universidad. Una tendencia que ha llegado hasta la Universidad de Harvard, donde también harán un curso de formación sobre la cantante.

"Si uno compara sus últimos discos antes de la pandemia —Reputation o Lover— frente lo que viene siendo después de la pandemia, me parecen discos mucho más intimistas, más introspectivos y creo que hay una conexión con lo que fue el confinamiento, tanto colectiva como personal de ese encierro, estar en casa, conocerse a sí mismo", detalla.

Para él, uno de los puntos positivos de Swift ha sido el ir explorando otros géneros, de hecho, hace suya la frase de que "ella es la industria". Esto en una época en la que el pop se daba prácticamente por muerto —con la excepción del boom del k-pop— y en el que la música urbana, con un importante peso del rap y artistas como Drake y la latina, se alzaba en todos los podiums con Bad Bunny a la cabeza durante tres años seguidos entre 2020 y 2023. Además de hacer frente al machismo en la industria siendo la única mujer que se ha colado en los rankings internacionales de Spotify en los dos últimos años.

"Es muy representativo del impacto que ha tenido más allá de simplemente escribir canciones y lanzar álbumes, ha tenido impacto en la manera de hacer conciertos, de incluso de presentar la grabación de conciertos en el cine, también el impacto con respecto a lo que es tener los derechos de tus propios álbumes, etc.", destaca el profesor.

Taylor Swift en el videoclip de 'Look what you made me do'.YouTube

Todo ello, tal y como señala Martínez, se ha impulsado saliéndose del encasillamiento de popstar y de canciones pop prefabricadas, sino dando un toque más intimista, que bebe de sus inicios en la música country y que le han permitido introducir incluso mensajes políticos en sus canciones.

"Por ejemplo, está You need to calm down que critica la homofobia y mostró su apoyo al colectivo LGTBI y también la canción de The Man, que habla del machismo en la industria. Fue ahí cuando dejó la imagen de la ‘niña buena de América’ para atreverse a dar opiniones más políticas y sociales. Con Miss Americana lo remató", señalaba Clara García, fan de Taylor Swift, en un reportaje de El HuffPost en que recalcaba desde Reputation sus apoyos a luchas como la feminista y la LGTBI eran patentes.

"Hay que reconocer que es una cantautora que, por supuesto, trabaja con productores musicales, con todo un equipo, pero la que escribe sus canciones es ella"
Alejandro Martínez, profesor de la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile y doctor por la Universidad de Princeton

La vertiente lírica, especialmente presente en los últimos trabajos, es para Martínez marca de su "personalidad y estilo". "Hay que reconocer que es una cantautora que, por supuesto, trabaja con productores musicales, con todo un equipo, pero la que escribe sus canciones es ella", señala y explica cómo se han reflejado sus lecturas en sus canciones, desde "las propias de instituto" con los guiños a Shakespeare en Fearless a otros más avanzados como Emily Dickinson o Pablo Neruda en sus trabajos más recientes.

Según detalla el profesor, esto puede servir también de vínculo para que los jóvenes se interesen por este género, tantas veces calificado como "minoritario": "Ella es el caso de estudio, pero puede ser el caso de motivar y enlazar con otro tipo de lecturas".

Para él, su próximo proyecto, que para muchos ya tiene el sello del siguiente Álbum del año para la Academia Americana de Grabación, "pareciera ser un homenaje a la poesía". "Todavía es muy temprano para hacer ninguna valoración porque no hemos escuchado ningún tema, pero viendo los tres últimos discos y hacia dónde ha ido apuntando, quiero pensar en un álbum muy lírico, de letras muy trabajadas y menos pop", explica y detalla que de esta forma se relaciona la experiencia poética con la música, algo que sucedía en los orígenes del género. 

  Taylor Swift en los Grammy con cuatro premiso en 2010.Kevork Djansezian

The Eras Tour: un revulsivo fenómeno fan y un importante impulso económico

Más allá de que los cambios de registro hacia el intimismo y el liricismo incluso hacia el folk y las raíces como hizo en Folklore —como han hecho otras figuras del pop como Beyoncé hacia la cultura sureña en Lemonade—, lo que ha revolucionado la escena es The Eras Tour. El concepto de repasar toda su trayectoria musical en las distintas "eras" pasando de su lado más country al más intimista pasando por repasar sus misiles pop como Shake it off o Blank space.

"The Eras Tour se puede decir que ha sido impresionante a nivel económico e incluso geológico, porque se registraron minitemblores de los fans al saltar, el impacto global que tiene al cruzar fronteras, lenguas, territorios, etc. Ha sido muy impresionante", destaca Martínez, que asistió al show de Buenos Aires (Argentina) y destaca la producción, transiciones o coreografías. 

Algo que fans como García destacaban a El HuffPost que era como ver los 10 años de evolución. "Creo que es bastante único, por eso la gente ha estado tan dispuesta a pagar tanto dinero para ir al concierto porque no sabes cuándo se va a repetir”, señalaba.

The Eras Tour es según los récords Guiness la gira que más ha recaudado de la historia con 1.000 millones de dólares y siendo la primera en llegar a esa cifra. De hecho, esto llevó a que la Reserva Federal Estadounidense la mencionase como uno de los factores que han ayudado a regenerar la economía y el turismo en ciudades como Philladephia. 

Unas ganancias que suponen, según refleja El País, en su segundo activo patrimonial con 370 millones de dólares, siendo su primera fuente de ingresos su catálogo (fundamentado tanto por sus nuevos discos como por la regrabación de los que no eran de su propiedad), que supone 400 millones de dólares.

Este impacto económico es más aún a nivel social, donde las redes sociales también han jugado un papel fundamental.  "El concierto no dura solo las dos horas, es todo el tiempo de preparación de los fans, que ha pasado antes, pero es mucho más vivo y de un impacto mucho más global, los atuendos, las ropas que la gente decide usar para ir al concierto. Todo el tema de los brazaletes... Todas las cosas que van pasando dentro de las comunidades que van a escuchar estos conciertos", explica Martínez. 

Eso sin tener en cuenta su posterior paso por cines, algo que también gestionó ella misma, tal y como apunta el doctor de Priceton, rompiendo las barreras con la distribuidora: "Se saltó ciertos procesos que se habían dado como por aceptados sobre cómo se distribuía una película. También visibilizó lo difícil que era distribuir una película y que productoras tan pequeñas les cuesta tanto proyectarlas porque cuesta mucho".

Basta con mirar la recaudación el primer fin de semana ha rozado los 100 millones de dólares solo en cines estadounidenses, según los teatros AMC encargados de la distribución en EEUU. Todas estas cifras sin incluir merchandising ni otro tipo de ingresos. Una máquina de facturar.

Taylor's version: la rentable lucha legal de regrabar discos

El relanzamiento de sus primeros discos en formato Taylor's Version ha sido otro gran impulso a su carrera. La decisión de plantar cara  al sello Big Machine Records al que distribuía Universal Music en la que la cantante les acusaba de robarle sus seis primeros trabajos, no ha supuesto ningún litigio legal. 

Por ahora, la reedición de sus discos Red, Fearless, Speak Now y 1989 ha sido todo un éxito. De hecho, en este último caso logró superar al original con 1.653.000 copias vendidas en su primera semana frente a las 1.287.000 que alcanzó el primer lanzamiento. Esto se debe, según contó en un reportaje de El HuffPost, Manuel López, experto en derecho musical y CEO de Sympathy for the lawyer, a una discrepancias de criterios. "Seguramente el enfoque estratégico, tanto a nivel artístico como comercial de su carrera, venía mucho por sus propias ideas, porque ella considera que todo ese mérito industrial viene más de ella que de la compañía", explicó.

El cisma, además de una batalla legal, también se produjo tras un choque personal especialmente entre Scooter Braun, propietario de Big Time Machine tras su compra y manager de Kanye West —recordemos el conflicto de la artista con el rapero—, y Swift.

De esta manera, tal y como indicó López, se aumentan los beneficios personales y tiene el control total de lo que se conoce como máster: "Si ha creado su propia compañía, los ingresos en bruto van a llegar a su empresa, de la cual ella es propietaria. Entonces, a lo mejor la compañía le paga un royalty como artista, siendo su propia empresa".

Aunque ya había artistas tanto a nivel internacional como Chuck Berry o nacional como La Polla Records, que habían utilizado esta estrategia, la forma con la que Swift ha roto el mercado con cifras que supusieron tras el lanzamiento de las nuevas versiones Speak Now y 1989 Swift superiores a los 495 millones de euros solo gracias a los royalites. Una cifra que, tras arrebatarle el liderazgo de Spotify en 2023 a nivel mundial a Bad Bunny podría asecender a 70 millones de euros gracias al streaming y las emisoras de radio.

Su vida personal como escaparate y un azote político

La relación de Taylor Swift y el jugador de los Kansas City Travis Klence hizo que se batieran los récords de audiencia en la Super Bowl, el poder de convocatoria del fenómeno swiftie logró que tuviera 123,5 millones de telespectadores: la retransmisión más vista de la historia de EEUU.

La cantante se trasladó desde Tokyo, donde se encontraba de gira en The Eras Tour, en un vuelo de 12 horas para estar presente en el que fue la victoria más importante hasta la fecha de su pareja.

Taylor Swift y Travis Kelce en la SuperBowl en Las Vegas.Getty Images

Pero su vida personal la ha acompañado durante toda su carrera. Nombres como el del Jonas Brother Joe Jonas, el actor de Crepúsculo Taylor Lautner, el músico John Mayer, el actor Jake Gyllenhaal y el miembro de la dinastía Kennedy, Connor Kennedy, suenan a sus fans. Y también resuenan en sus discos.

Durante años a Swift le acompañó la cantinela de ser la que escribía de sus ex y, de hecho, las teorías —algunas bastante armadas— sobre las canciones como All too well son algunos de los contenidos favoritos de su fandom. Sin embargo, lejos de quedarse en la superficie, Swift ha tenido una influencia relevante en la política estadounidense. En 2018 su apoyo a los demócratas de Tennesse y su llamado en redes sociales hicieron que 38.000 personas se inscribiesen en el censo electoral para participar de las elecciones.

Pero esto no se quedó ahí, puesto que se convirtió en el azote de Trump. En 2019 ya cargó contra el expresidente diciendo: "Somos una democracia, o al menos eso se supone, donde tienes derecho a estar en contra, a disentir, a debatir. Realmente creo que él piensa que es una autocracia". 

Y esto en 2020, tras las protestas antirracistas por la muerte de George Floyd: "Después de avivar los fuegos del supremacismo blanco y el racismo durante toda tu presidencia, ¿Tienes el coraje de fingir superioridad moral antes de amenazar con violencia? ¿Cuándo comienzan los saqueos y empiezan los disparos? Te echaremos en noviembre". 

En su documental con Netflix Miss Americana, Swift dejó claro que más allá de sus intereses románticos tiene un importante potencial político tanto como azote de la ultraderecha como en reivinidicaciones feministas y LGTBI, tanto es así que el vicepresidente de la Comisión Europea le ha pedido ayuda para fomentar la participación juvenil.

"Taylor Swift es una 'artista total', que a lo largo de la historia ha habido grandes artistas totales en distintas áreas, pero ella también es alguien a quien la motivan nuevos retos y explorar áreas o géneros que no ha explorado hasta el momento"
Alejandro Martínez, profesor de la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile y doctor por la Universidad de Princeton

"Taylor estará en Europa el 9 de mayo para un concierto en París, así que espero que haga lo mismo por los jóvenes europeos y que alguien de su equipo siga esta rueda de prensa y transmita nuestra petición”, señaló el pasado mes de enero.

Su potencial, tal y como recuerda Martínez, es comparable al de otras figuras globales como Cristiano Ronaldo, Messi, Serena Williams o Shakira. Siendo el deporte, el cine o la música industrias donde se "pueden generar estrellas que son empresarios". 

"Taylor Swift es una 'artista total', que a lo largo de la historia ha habido grandes artistas totales en distintas áreas, pero ella también es alguien a quien la motivan nuevos retos y explorar áreas o géneros que no ha explorado hasta el momento", señala el profesor, que recuerda que dirigió varios videoclips de sus canciones y planea hacer un largometraje. 

Lejos de achantarse tras las críticas, sus desnudos filtrados con IA e incluso las teorías conspiranoicas de la ultraderecha estadounidense, Taylor sigue creciendo. "Me parece que es admirable que cada vez que le han puesto trabas o que no podía hacer algo, ha salido adelante. Es alguien que tiene una inteligencia emocional muy admirable y que llega a un público tan amplio puede inspirar o motivar para ser un modelo para nuevas generaciones", resalta Martínez.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es