Ser 'swiftie' o cómo Taylor Swift ha reinventado el fenómeno fan hasta entre los mayores de 40

Ser 'swiftie' o cómo Taylor Swift ha reinventado el fenómeno fan hasta entre los mayores de 40

La cantante, cuyos fans cuentan con rituales propios como las pulseras de la amistad, es aupada en gran parte por las redes sociales y el efecto de 'The Eras Tour' tras la pandemia.

Fans de Taylor Swift en su concierto en Inglewood, California.Getty Images for TAS Rights Mana

Desde el pasado 13 de octubre, las redes sociales están llenas de vídeos en los que se ve a grupos de fans levantándose del cine para bailar, cantar e incluso hacer un corro bajo la pantalla. La imagen se sigue repitiendo en todo el mundo, despertando comentarios tanto a favor como en contra. El motivo no es otro que el The Eras Tour de Taylor Swift, o más concretamente la cinta de la gira estrenada en cines, y que supone ahora mismo uno de los más grandes fenómenos fans musicales.

Basta con mirar la recaudación el primer fin de semana ha rozado los 100 millones de dólares solo en cines estadounidenses, según los teatros AMC encargados de la distribución en EEUU. Pero las astronómicas cifras de Swift ya las arrastraba la gira, cuyos precios por entrada hacían que cada show en gran estadio se embolsase 12 millones de euros. Eso sin incluir los gastos en merchandising y otros gastos derivados de este fenómeno fan.

De hecho, esto llevó a que la Reserva Federal Estadounidense la mencione como uno de los factores que han ayudado a regenerar la economía y el turismo en ciudades Philladephia. 

Sus fans colman las redes sociales con teorías —que incluso han llevado a enfrentar a los Gaylors con los Hetlors por su supuesta orientación sexual—, se organizan para hacer pulseras de la amistad en las largas colas y han logrado colapsar plataformas de ventas de entradas como Ticketmaster pagando entradas con precios incluso cercanos a los 1.000 euros por entrada VIP de la gira, que parará el próximo 30 de mayo en el Santiago Bernabéu en Madrid. Pero esto no las libra de estar en el punto de mira de las críticas y los prejuicios.

El estigma de la fan desatada y de la cantante obsesionada con sus ex

Este arrastre de fans, que se agrupan bajo el nombre de swifties, e impulso económico trae consigo críticas, burlas y otra serie de aspectos no tan positivos, especialmente tras las imágenes difundidas en los cines debido a The Eras Tour. 

El estereotipo de fan histérica adolescente sigue presente, pero no es nada nuevo, a pesar de que la potencia que tienen con las redes sociales y la capacidad de influencia y organización dista mucho de las jóvenes que veían a Los Beatles e incluso a los Backstreet Boys en los 90.

“En una fase inicial al fenómeno fan se lo relaciona con chicas adolescentes, incultas, un poco histéricas, que son fanáticas de un fenómeno musical. Más adelante, con el desarrollo de la investigación se constata que también pueden ser hombres, pueden ser adultos, gente culta y hay un cambio radical de planteamiento, de paradigma y, por tanto, el fenómeno fan también puede ser positivo o, al menos, se puede ver desde esta óptica”, apunta Jordi Busquet, profesor titular de la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals en la Fundación Blanquerna-Universitat Ramon Llull.

"En una fase inicial al fenómeno fan se lo relaciona con chicas adolescentes, incultas, un poco histéricas, que son fanáticas de un fenómeno musical"
Jordi Busquet, profesor titular de la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals en la Fundación Blanquerna-Universitat Ramon Llull

Para él cualquier fenómeno fan, especialmente uno musical encabezado por una chica relativamente joven como Taylor Swift, “puede estar bajo sospecha” de este estereotipo. “En el mundo del fútbol también lo hay, pero como históricamente es masculino y de personas adultas, pues no hay este estigma social”, señala. De hecho, tal y como recuerda Bosquet en su investigación los fans era un fenómeno estudiado desde la patología psicológica, algo que ha evolucionado con los años.

“Quizás el límite para saber si el fanatismo es una cosa patológica es cuando los fans ya no tienen una vida normal, cuando no van al trabajo, cuando no se concentran en el estudio, cuando les altera. Pero estamos hablando de situaciones realmente excepcionales, que seguro que existen, pero que no son la norma, no son mayoritarias”, explica.

Aunque Taylor acapare miradas bajo este prisma, no todos los fans del fenómeno swiftie son adolescentes. De hecho, el primer trabajo que llegó con éxito a España fue Fearless, de 2008, por lo que su público objetivo son más los millenials que la Generación Z. E incluso alguien de la Generación X: Pedro Sánchez se declaró fan de Taylor Swift en el podcast La pija y la quinqui. No es el único: Cristina Guerrero, de 45 años, se animó a escuchar a Taylor Swift gracias a su sobrina.

“Ella tiene 28 ahora y cuando empezó a escuchar a Taylor apenas tenía 14 o 15, y yo le regalaba los discos, los posters y demás. Con el tiempo, con tanto escucharla con ella me fui aficionando y fui animándome a sus canciones, que tienen mucho más mensaje del que se puede pensar”, explica Guerrero, que recuerda que la primera canción que escuchó de ella fue You Belong With Me.

  Taylor Swift en su concierto de The Eras Tour en Inglewood, California.Allen J. Schaben

Aunque no participa tanto del movimiento en redes sociales, Guerrero asegura que Taylor Swift “es la mejor artista pop de lo que va de siglo”. “Es verdad que hay otras muchas como Beyoncé o Lady Gaga, pero desde mi punto de vista, Taylor tiene una capacidad compositiva y un transfondo musical que la hace distinta. No quiero decir que sea mejor ni peor que otras”, argumenta. Con respecto al choque generacional con otras personas de su edad, alega que no está tan lejos de otras amigas suyas que también escuchan algunas de sus canciones ni cree que se diferencie de otros fenómenos fan.

“Tengo amigas que son fans de Bon Jovi y no te creas que se diferencia tanto”, bromea. “Al final si te gusta un artista, lo sigues, lo vives, sigues su trayectoria y su evolución profesional y personal, que muchas veces va de la mano y no necesariamente es mejor que te guste un grupo de rock de los 80”, añade.

"Al final si te gusta un artista, lo sigues, lo vives, sigues su trayectoria y su evolución profesional y personal, que muchas veces va de la mano y no necesariamente es mejor que te guste un grupo de rock de los 80"
Cristina Guerrero, fan de Taylor Swift de 45 años

La experiencia de Clara García, de 28 años, es muy distinta. “La primera vez que escuché una canción de Taylor Swift fue en Disney Channel y fue Love Story y recuerdo quedarme pensando ‘wow, qué guay, es una princesa, qué fantasía’. Igual tenía ahí como 13 años”, recuerda y señala que, aunque durante la adolescencia la escuchó no la siguió con tanto detalle. “Escuchaba Bad Blood, I know you were trouble o alguna de esa época y yo ya conectaba. Pero en ese momento decir que eras swiftie, no era que estuviera mal visto porque no lo estaba, pero era en esa época Taylor Swift era la que escribía sobre sus ex y parecía que solo hacía eso”, apunta.

En otro momento de la vida la encontró Paula San José, de 21 años, quien dice que también empezó a escucharla con Fearless ya que con el primer trabajo todavía era muy pequeña. "No tenía aún la capacidad de investigar o de descubrir por mí misma música nueva, pero dada la magnitud de su carrera, si podría considerarse que la sigo desde sus inicios", apunta la joven, que cuando sacó este trabajo tenía 6 años.

  Hombre con una camiseta con el mensajes 'Los padres también son swifties'.SETH HERALD

La pandemia como boom de fans y de influencia a nivel político

A pesar de que el movimiento swiftie lleva desde los primeros trabajos y la repercusión de Taylor Swift ha ido in crescendo en los últimos años. Especialmente desde 2016 cuando con 1989 salió de las categorías de country para ganar los Grammy a Mejor álbum del año y a Mejor álbum vocal. Pero su boom definitivo lo tuvo con Reputation, cuando sus letras empezaron a tener más implicaciones reivindicativas y se dejaron ver más de los famosos easter eggs que persiguen sus fans.

“Con Look what you made me do empecé a conectar mucho con ella. Mi sobrina lo hacía por unas cosas, yo por otras, pero ambas notábamos ese revenge por algún motivo”, argumenta Guerrero. Lo mismo le pasó a García, quien recuerda que no ha sido un fenómeno tan de adolescente como cuando ya ha llegado a la edad adulta.

“Creo que cuando lo dijimos, que Taylor Swift se fue haciendo mayor y vimos cómo fue evolucionando su música, toda su masa que la escuchábamos durante la adolescencia sin decirlo muy alto, empezamos a armar escándalo y a liarla parda. Ese sentimiento, que mucha gente tuvo en esa época, es un poco lo que explica por qué a día de hoy todos los fans estamos como estamos con todo el tema de Taylor Swift”, señala y argumenta que su empoderamiento se ha transmitido a los fans que alcanzaban la veintena.

“Diría que el cambio empezó con el disco de Reputation y, en concreto, después de ver un vídeo de Ter, que explicaba Look what you made me do y todo este tema. Fue a raíz de ahí que me empecé a enganchar más, me escuché más el disco, vino la pandemia y vinieron folklore y evermore y lo escuchaba más”, señala y recuerda que la propia Taylor se borrara las redes sociales y se apropiara de signos como la serpiente, con la que la insultaban, hizo que se adentrara más en la intrahistoria de su carrera.

"Creo que cuando lo dijimos, que Taylor Swift se fue haciendo mayor y vimos cómo fue evolucionando su música, toda su masa que la escuchábamos durante la adolescencia sin decirlo muy alto, empezamos a armar escándalo y a liarla parda"
Clara García, fan de Taylor Swift de 28 años

Para San José, el cambio total fue folklore, uno de los dos discos que sacó en pandemia. "Es mi álbum favorito, además de que durante un periodo de mi vida no la seguía demasiado debido a que la gente que me rodeaba no era fan o seguidor suyo y no podía comentar nada sobre ella o sobre su música”, explica, algo que cambió después de 2020.

En este sentido, el posicionamiento político de Swift con Miss Americana, en el que cargaba sin censura contra el gobierno de Donald Trump, también influyó en sus fans, que valoran que se mojara. Tanto San José como García creen que influye en el movimiento social más que otras artistas.

Sin embargo, García cree que todo esto empezó mucho antes, en 2019 cuando lanzó su disco Lover, donde incluía, entre otros muchas, referencias en defensa del colectivo LGTBI. "Por ejemplo, está You need to calm down que critica la homofobia y mostró su apoyo al colectivo LGTBI y también la canción de The Man, que habla del machismo en la industria. Fue ahí cuando dejó la imagen de la ‘niña buena de América’ para atreverse a dar opiniones más políticas y sociales. Con Miss Americana lo remató”, añade y detalla que desde Reputation sus apoyos a luchas como la feminsita y la LGTBI eran patentes.

Busquet cree que esta influencia social se traduce fácilmente en otros ámbitos que van desde la política a la “forma de vestir”. “Para hablar de estos fenómenos, hay que hablar de carisma, que utiliza Max Weber, que lo define como que tiene un 'poder' o 'magia especial' que hace que la gente preste atención o incluso los siga”, explica y recuerda que aunque viene de la religión, se aplica en la política, el arte, el deporte o la ciencia.

“Son personas admirables, que tienen una magia o un poder, aunque personas como Trump no tengan méritos, que es hijo de un multimillonario y ya. Gracias a la televisión se consigue una imagen y una reputación y gracias a las redes consigue entrar en contacto directo con su público y les da un poder extraordinario. Cualquier artista e intérprete puede ejercer una influencia importante en su círculo de seguidores”, detalla el investigador.

Carne de TikTok y de rituales virales

Esta influencia se ha multiplicado en las redes sociales. Solo en TikTok, el tag Taylor Swift acumula casi 150.000 millones de reproducciones. El engagement que producen es similar al de las bandas de k-pop como BTS que, organizadas, pueden convertir en trending topic mundial en X cualquier tema relacionado con su artista favorito.

“Las redes sociales fomentan este fenómeno porque permiten que las personas distintas, que están en distintos lugares, puedan conectarse, intercambiar información y participar en debates”, señala Busquet, que lo compara con el fenómeno friqui que existía en los años 80 y 90. 

"Eran personas que estaban un poco aisladas del mundo, era gente rara. Pero gracias a las redes estos friquis pueden encontrarse entre ellos y no tiene por qué ser un fenómeno minoritario, pueden ser fenómenos que arrastren a mucha gente”, detalla.

Aunque no todos los fans participan activamente de las redes, Guerrero admite estar un poco “fuera de juego” en este sentido. García y San José sí que lo hacen, de hecho, suele ser más online un club de fans tradicional. Ambas siguen las cuentas de TaylorNation que son las principales fuentes de difusión de contenido sobre la cantante de temas como Cruel Summer. “Luego toda la comunidad que se forma en TikTok a través de ella, que te retroalimenta sobre el tema cuanto más contenido consumes”, explica García, quien asegura que le gustaría formar parte de un club de fans más organizado.

Tal y como establece Carolina Graciela Montes Herrera en su investigación Swifties e Easter Eggs: Interacción entre fans de Taylor Swift a través de Easter Eggs la propia Taylor Swift se ha beneficiado de estas teorías y el contenido que generan las redes sociales a través de estos anzuelos. “Justamente los easter eggs siempre han sido parte fundamental de cómo nos hemos siempre relacionado con ella. Y con otros artistas que no dejan tantos easter eggs por mucho que te atrapen, no es la misma conexión porque no está lo de querer buscar esa relación”, explica uno de los entrevistados de la investigación.

  Joven con pulseras de la amistad en el concierto de Taylor Swift en Cincinnati.Getty Images for TAS Rights Mana

Precisamente de las redes sociales ha surgido de forma viral el concepto de “pulseras de la amistad” que, tal y como recuerdan sus seguidoras, se basa en la canción You're your own kid, que en uno de sus versos reza "so make the friendship bracelets". A raíz de ahí, en ese momento los fans de Taylor intercambian en los conciertos sus pulseras con alguna frase, canción o mención a la artista. 

"En los créditos del documental usa las pulseras, creo que ella lo agradece, ha trascendido a conciertos de otra gente. También es porque con todas las pulseras de la amistad, es una letra con la que es muy fácil identificarse. Es muy emotiva, cuando más conoces su historia, más comprendes esa letra, es como un resumen de su vida. Resume mucho The Eras Tour. Resume el sentimiento de estos años", apunta García.

Esto forma parte de una serie de rituales sociales que como bien recuerda Busquet no solo se da con Swift. “Cuando hay un concierto, hay toda una liturgia y una preparación previa. A veces los fans, van para conseguir entrar en primera fila el día de antes, duermen allí o hacen colas larguísimas. Esto es muy importante, aparentemente en el mundo actual se pierden esos rituales, pero creo que es algo que sale con la necesidad humana de socializar, conocerse... Se da en la música, pero también en el mundo del deporte, etc.”, explica.

El fenómeno 'The Eras Tour': el apogeo fan

Como colofón a este fenómeno y los fans que han seguido los 17 años de carrera de esta artista, que se inició en el mundo del country, este 2023 llegó The Eras Tour, una gira recopilatoria de todos sus discos que repasa de forma estructurada una por una cada una de estas “eras” o fases por las que ha pasado su carrera. Y que va mucho más allá de cada uno de sus ex.

Esto se debe a la expectación generada por una gira tras cinco años de parón y una pandemia de por medio y una producción de tres discos. En lugar de hacer una gira de promoción individual, Swift ha decidido explotar su figura y su carrera. 

"A los fans les hace recordar con nostalgia su infancia o adolescencia y ver como su ídola ha ido evolucionando y sorprendiéndonos Era a Era"
Paula San José, fan de Taylor Swift de 21 años

"Eso también a los fans les hace tener la oportunidad de escuchar las nuevas canciones y las que llevas escuchando desde hace 10 años, es ver su evolución. Ella misma lo ha llamado 'Eras', ha plasmado en esa gira la evolución que ha tenido como artista. Creo que es bastante único, por eso la gente ha estado tan dispuesta a pagar tanto dinero para ir al concierto porque no sabes cuándo se va a repetir”, apunta García, que destaca también la regrabación que está haciendo de todos sus álbumes.

“Para los fans The Eras Tour es algo único e irrepetible debido a que agrupa todas las etapas que ha vivido Taylor a lo largo de su carrera, algo que las fans les hace recordar con nostalgia su infancia o adolescencia y ver como su ídola ha ido evolucionando y sorprendiéndonos Era a Era”, explica San José.

Para las fans, esta repercusión aunque reciba críticas y se las ponga en el punto de mira, también las ha hecho más cercanas al gran público más alejado a Swift. "Creo que la comunidad swiftie se ha vuelto tan fuerte que de alguna forma te sientes tan apoyada por gente, seguramente haya gente que sienta lo mismo, creo que pasa todos los fenómenos fan, que la gente que está fuera no lo comprende”, argumenta García.

Tanto San José como Guerrero se han sentido “juzgadas” por ser demasiado “intensas”. Sin embargo, Guerrero cree que su llegada a España en el Bernabéu servirá para visibilizar el movimiento swiftie. “Somos muchas, tenemos mucha fuerza y no tenemos nada que envidiar a los heavys que van a ver a Metallica”, sentencia.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es