"Fue llorar y llorar porque al final te toca mucho": la visión de la infancia trans en '20.000 especies de abejas'

"Fue llorar y llorar porque al final te toca mucho": la visión de la infancia trans en '20.000 especies de abejas'

Colectivos de familias trans como Naizen y Euforia dan su punto de vista sobre la película de Estíbaliz Urresola, que parte como favorita a los Goya con 15 nominaciones.

Fotograma de '20.000 especies de abejas'.Fotograma de '20.000 especies de abejas'.

Como el propio título de la película indica hay 20.000 especies de abejas. Sin embargo, solo se conocen 9 especies debidamente documentadas. Esta similitud entre las distintas identidades y la diversidad, para muchos alejada o desconocida, sirvió a Estíbaliz Urresola como espejo para su cinta sobre la infancia trans.

La ópera prima de la cineasta vasca logró, gracias al papel de Sofía Otero como protagonista, el Oso de Plata a la Mejor Interpretación Protagonista en la Berlinale y la Biznaga de Oro del Festival de Málaga. Por si fuera poco, parte como favorita en los premios Goya con 15 nominaciones.

Más allá de los premios y logros a nivel cinematográfico, el éxito de la película supone un triunfo para el colectivo trans, especialmente para las familias trans, ya que narra la historia del tránsito de una niña trans y los cambios en su entorno. "Todos a su alrededor insisten en llamarle Aitor pero no se reconoce en ese nombre ni en la mirada de los demás", se puede leer en la sinopsis de la cinta.

Para conocerlo de primera mano, Urresola se acercó a la Asociación de Familias de Menores Transexuales de Navarra y Euskadi Naizen, donde conoció a menores en este proceso y las realidades de las familias de estas criaturas. 

Convivir con las realidades trans antes de crear

"Cuando Estíbaliz se acerca de la asociación ya vimos que era una persona con una sensibilidad especial, veíamos con la actitud con la que venía, de escucha, de comprensión...", explica a El HuffPost Bea Sever, portavoz de Naizen y sexóloga, quien recuerda que ya habían visto el corto Adri que la directora estrenó en 2013 y que destaca la mirada "tierna" que plasma la cinta.

Pero lo que llamó a Urresola a acercarse a la realidad del colectivo y hacerlo desde la visión de una familia de menores trans en Euskadi fue la muerte de Ekai, quien se suicidó con 16 años en pleno proceso de transición y, según declaró entonces Sever, "batallando por lograr el cambio de nombre en el registro, por recibir en la unidad de género del Hospital de Cruces el tratamiento hormonal que necesitaba y que nunca llegó".

"Me acerqué a la asociación de familiares de menores trans, sin saber para nada que iba a hacer una película, pero movida por un deseo de comprender, de conocer y de descubrir...", señaló la directora en una entrevista con Vogue.

Sever recuerda que las reuniones de Urresola empezaron con un padre de la asociación que es sexólogo, posteriormente con ella como responsable de la atención de familias, quien le dio para su formación el libro Tránsitos, donde recogen 24 historias de las familias de Naizen.

"Luego dimos un paso que no solemos hacer que es invitarle a un encuentro de fin de semana de familias. Los encuentros son espacios muy protegidos, en los que se garantiza la seguridad y la intimidad, y no suele venir gente de fuera de la familia", narra Sever, quien asegura que tenían que "hacer esa apuesta".

"A mí me parece superimportante el hecho de que Estíbaliz ha basado todo su relato, todo su guion, en vivencias reales, y ha estado entrevistándose con familias que han vivido"
Bea Sever, portavoz de Naizen y sexóloga

De ahí escucharía los relatos y vivencias de las familias, con las que estableció un vínculo durante varios años antes de la pandemia de la covid-19. "A mí me parece superimportante el hecho de que Estíbaliz ha basado todo su relato, todo su guion, en vivencias reales, y ha estado entrevistándose con familias que han vivido. Que no ha sido porque me he leído no sé qué, o porque me han contado, sino que ha estado con esas familias, ha conocido a esas niñas y niños durante mucho tiempo", destaca la sexóloga.

El contacto de Urresola con Naizen fue continuo durante todo el proceso de 20.000 especies de abejas, también le compartió el guion a Sever, especialmente para reflejar el rol de la madre, Ane, a la que encarna Patricia López Arnaiz, por si le "podía chirriar algo". 

"Ella quiso ver la reacción de las familias en el premontaje cuando todavía no estaba terminado nos lo proyectó a varias madres y a algún padre para ver cómo reaccionábamos", explica Sever, que recuerda que fue un momento muy emocionante. "Aquello fue llorar y llorar porque al final te toca mucho, te identificas".

Desde los ojos de Cocó y sin adultocentrismo

La visión de Cocó, la pequeña a la que da vida Otero, es la que protagoniza la cinta y la que se pregunta ante su abuela: "¿Por qué soy así?". Esta visión desde los ojos de la pequeña de ocho años es un punto que destacan también desde EUFORIA. Familias Trans-Aliadas. 

"Parece que hay una tendencia adultocentrista que tiende a pensar que es muy complicado contarlo en el colegio, que cómo se lo vas a contar a la gente de clase o a las amistades. Cuando son pequeños se suele decir eso de que los niños son muy crueles. En realidad se ve que no", explica Saida García, vicepresidenta de EUFORIA. Familias Trans-Aliadas. 

García explica que esto se da tanto por su hermano, la primera persona que la llama por su nombre en público, como por la relación que establece con otra criatura en el pueblo. "En esa escena en la que se cambian el bañador sin ningún tipo de problema se transmite el mensaje de que 'esta persona eres tú, ya está, yo no tengo nada que juzgarte". En ese sentido está muy bien reflejada", señala.

"Cuando son pequeños se suele decir eso de que los niños son muy crueles. En realidad se ve que no"
Saida García, vicepresidenta de EUFORIA. Familias Trans-Aliadas.

Para Jesse R. García, activista trans, ese centrarse en los sentimientos y mirada de la niña es uno de los puntos positivos de 20.000 especies de abejas: "Una de las cosas que yo más recuerdo de mi tránsito es ‘yo sé esto, yo sé lo que soy, pero tengo a todas las personas de mi entorno adultas que me dicen que no y no entiendo por qué si yo lo sé". 

  Patricia López Arnáiz y Sofía Otero en un fotograma de '20.000 especies de abejas'.Gariza Films/Inicia Films

Desde ambas asociaciones trans destacan que esa visión de que lo que transiciona es el entorno y no la propia criatura es lo que aporta una percepción más realista y acorde a lo que viven las familias. "Lo único que decidimos aquí es si acompañar o no acompañar estos procesos, si ver a esas personas como quienes sean o no verlas, pero nadie decide quién eres", explica Sever.

Jesse destaca que más que una visión dramatizada del tránsito, esa niña "es víctima del adultocentrismo de sus familiares y de la gente del pueblo, etc. porque al fin y al cabo la criatura sabe lo que es y para sí misma es visible". "El discurso ese que se basa en que 'aunque tú sepas lo que eres, nosotros sabemos más porque somos personas adultas", critica.

"Otros proyectos sobre el tránsito o sobre las personas trans parece que son solo médicos, tránsito y la visión externa de cómo reacciona no sé quién, tu madre o tus amigas. Pero esto no, son los propios propios problemas que se le presentan a la criatura al ver que ella sabe lo que es, pero su familia no", destaca.

A pesar de que las familias de los menores trans no siempre asimilan estas realidades o acompañan en el tránsito, desde ambas asociaciones destacan el poco dramatismo que narra la historia de Urresola. "En esta primera generación de personas trans que están pudiendo ser quienes son desde los tres, cuatro o siete años años, a edades tempranas resulta que las cosas se viven muy bien, que tienen infancias y adolescencias muy buenas. Narrarlo también desde lo positivo y no siempre desde el drama, es importante", destaca Sever, quien asegura reconocer durante el largometraje las vivencias de las familias de Naizen.

García, sin embargo, sí que ve puntos de drama que no plasman todas las realidades trans. "Hay muchos tránsitos que no tienen a una abuela juzgándote por lo que estás haciendo como madre. Sí que es verdad que hay como un trabajo de romper con las expectativas sociales en la mayoría de los tránsitos, pero los hay que son mucho más tranquilos, mucho más amables, que no tienen un personaje ahí espantoso juzgándote, que es el que reproduce la cinta", destaca.

Además, las tres activistas destacan que dentro de la familia de Cocó hay otros dramas como que la madre busque una nueva oportunidad laboral y esté en el paro, que haya un conflicto entre los progenitores que no saben si separarse o no o que no haya buena relación entre la abuela y la madre. 

"Hay un montón de cosas que pasan y que de alguna forma condicionan la energía que tiene para dedicarse a este proceso y la capacidad de dónde tener la cabeza", apunta García, con la que Jesse coincide destacando "nunca que pasa una sola cosa a la vez en la vida y para las familias de hijes trans tampoco".

"Siempre en tu tránsito te encuentras a alguien en tu familia, en tu colegio, en donde sea, que es como esa persona segura"
Jesse R. García, activista trans

La búsqueda de personas aliadas en el entorno familiar

Aunque las cifras del colectivo trans a nivel global siguen mostrando, según FELGTB que el 58,3% no es visible con su entorno familiar, con las realidades de la infancia trans esto está cambiando. 

Como bien apuntan desde Naizen y desde Euforia el acompañamiento de las asociaciones a las familias es fundamental en muchos tránsitos, así como para las criaturas encontrar una persona aliada en la que confiar. "A veces suele ser el hermano o la hermana o su tutora, por ejemplo. Sí que es cierto que a rasgos generales, y nunca se puede hablar de absolutos ni generalizar, las madres van un poco por delante de los padres, pero también las propias criaturas detectan ante quién pueden expresarse más o menos, sus espacios seguros", explica Sever, que incluye también algunos casos en los que esta figura es una tía o una amiga de la madre. 

También destaca que los y las menores que pasan por este proceso detectan a quién no contarlo: "Algunos en plena transición, etc. te dicen ‘bueno, pero a la abuela no se lo cuentes". 

"Siempre en tu tránsito te encuentras a alguien en tu familia, en tu colegio, en donde sea, que es como esa persona segura. Que ayuda en todos los procesos y que pase lo que pase, sabes que va a estar de acuerdo y te va a acompañar siempre incondicionalmente", recuerda Jesse. 

Para García, un punto menos creíble o la única crítica que realizaría es a la escena en la que Cocó decide vestirse con la ropa que identifica con su género en una gran celebración familiar: "Muy pocas familias se lanzan el primer día que la persona va a experimentar con la ropa que le gusta tener con tanta gente. Pero eso sería como yendo muy al detalle, pero a grandes rasgos también entendemos que es una película hecha muy para el exterior".

Fotograma de '20.000 especies de abejas'.Gariza Films/Inicia Films

Una historia para derribar prejuicios

En los últimos meses, los discursos de odio han tenido a las personas trans en el punto de mira tras la aprobación de la ley LGTBI, conocida como ley Trans, tanto por parte de la ultraderecha como por parte de las denominadas feministas TERF. 

Sin embargo, esta cinta puede servir para acercar el colectivo más allá de los discursos estigmatizantes. Tal y como recuerda Jesse, es un primer paso para que "quieras saber más y que para la gente sea el primer paso como para buscar información." "Creo que para gente en pleno proceso de aprendizaje sobre la realidad trans, pues no es, pero como primer paso para empezar a aprender y para como interesarte por lo que pasamos las personas trans y a lo que nos enfrentamos, creo que sí que hace, cumple bastante su función", explica.

García también ve un punto positivo, pero recalca que no puede tomarse como un elemento aislado. "Es cierto que esa película tú la ves, empatizas y llegas a tu casa y si pones el telediario y luego ves a un programa de X cadena y luego todo lo demás en contra de lo que tú acabas de empatizar, pues al final... es un grano de arena. Pero se sigue necesitando que haya ciertas limitaciones, por ejemplo, en los discursos que reproducen algunos medios de comunicación", sentencia.

"Es falso este debate que se supone que hay a nivel social de aceptación o no aceptación"
Bea Sever, portavoz de Naizen y sexóloga

Para Sever, la realidad trans es más conocida y está más normalizada de lo que se puede pensar: "Es falso este debate que se supone que hay a nivel social de aceptación o no aceptación". 

"La gente sabe que esa realidad existe la acepta y lo que tienen es desconocimiento, es minoritaria la actitud contraria, que se está alimentando desde diferentes intereses, se le da mucho bombo, pero no por oírse más quiere decir que sea mayoritaria. pero la gente cuando está viendo la película está diciendo ‘qué preciosidad, qué bien reflejado’ desde la empatía hacia las familias", recuerda.

Sin embargo, si hay algo que queda pendiente en las cintas que incluyen al colectivo LGTBI es que la trama no se centre en sus realidades, sino que se puedan incluir a las personas que pertenecen a él en un argumento como las personas cishetero. 

"Estamos esperando la película o la serie, aunque hay algunas en que la persona trans sea ya igual que puede ser cis, que te pasan cosas tristes o felices igual que le pasan al resto de personas y que todo el drama no gira en torno a que tú eres trans. A lo mejor el drama es pues porque no te gusta las judías verdes o porque te han echado o se te acaba una amistad", sentencia García.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es