Por qué los suplementos de vitamina D son esenciales para prevenir la enfermedad que afecta a 3 millones de personas en España

Por qué los suplementos de vitamina D son esenciales para prevenir la enfermedad que afecta a 3 millones de personas en España

Esta vitamina se puede obtener de forma natural a través de la luz solar sobre la piel o a través de una dieta rica en alimentos que la contengan.

La incidencia de la luz del sol directamente sobre la piel ayuda a la producción de la vitamina D.Ben Gingell

Según datos de la Fundación Internacional de Osteoporosis, en 2019, 2.945.000 personas padecían osteoporosis, una enfermedad que se caracteriza por una disminución de la densidad de los huesos a causa de la pérdida del tejido óseo normal. Históricamente, esta patología se ha asociado a personas a partir de 50 años, con alta incidencia en mujeres respecto a hombres.

“Cuando hablamos de huesos sanos, nuestra cabeza se detiene a pensar únicamente en el calcio; sin embargo, la vitamina D es uno de los nutrientes más importantes para la salud ósea, ya que desempeña un papel fundamental precisamente en la absorción intestinal del calcio y el fósforo, dos minerales esenciales para la formación normal de los huesos”, comenta la doctora Ana Ortiz, de Farmasierra.

Por este motivo, la experta destaca que es fundamental mantener los niveles de vitamina D en condiciones óptimas, ya que la correcta ingesta de esta vitamina podría prevenir o desacelerar la disminución de la masa ósea y explica que “entre las personas que tienen mayor riesgo de sufrir este déficit, se encuentran los adultos mayores, quienes a su vez representan el porcentaje más propenso a padecer osteoporosis debido al envejecimiento”. 

Aunque no existe un consenso sobre los niveles óptimos de vitamina D, los valores han quedado fijados en: por debajo de 20 nanogramos/mililitro, deficiencia; entre los 20 y los 29, la insuficientes;  y por encima de los 30, valores normales. 

¿De dónde sacamos la vitamina D?

Esta vitamina liposoluble se puede obtener de forma natural a través de la incidencia de la luz solar sobre la piel o a través de una dieta rica en alimentos que la contengan vitamina D. Estos son los pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado, además del hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso que la contienen en pequeñas cantidades. Hay además alimentos como bebidas vegetales, cereales o leche que pueden ser enriquecidos con esta vitamina.

Sin embargo, cuando el aporte de forma natural es insuficiente, suele recomendarse una tercera opción, la suplementación con vitamina D3 o colecalciferol. Esto suele ocurrir con la edad, cuando disminuye la capacidad de la piel para producirla al exponerse a la luz solar.