Antes de que las lluvias las echen a perder, hay que subirse al manzano. Escalera de mano de madera, un cubo de plástico al que ato una cuerda larga. Una vez en el árbol, el mérito esta en coger las manzanas, echarlas en el cubo, mantener el equilibrio en una rama precaria rezando que no se rompa porque te sobran unas lorzas