Javier de Andrés: "Nosotros seguimos pensando lo mismo de Bildu, los que han cambiado han sido PNV y PSOE"
El candidato del PP a lehendakari cree que PNV y Bildu podrían pactar el nuevo gobierno vasco: "Hay una gran sintonía entre ambos partidos".
Javier de Andrés (Vitoria, 1967) tiene ante sí una difícil encomienda: relanzar al PP en el País Vasco arañando voto desencantado del PNV en las próximas elecciones autonómicas del 21 de abril. Las encuestas, de momento, apuntan a que el partido asegura los seis escaños de la pasada legislatura e incluso podría sumar alguno más. "Vamos a crecer en las tres provincias", asegura optimista en una entrevista telefónica con El HuffPost.
Durante la charla, en vísperas de que arranque la campaña, el exdiputado general de Álava (2011-2015) y exdelegado del Gobierno de Rajoy en el País Vasco (2016-2018) asegura que PNV y Bildu podrían entenderse para formar gobierno "porque realmente no hay tanta tensión entre ambos". Además, nos avanza sus medidas en política lingüística o sanitaria y si contará con Ayuso en sus mítines. "La experiencia de Madrid como éxito económico es para tenerlo en cuenta", señala.
- ¿Cuáles son las expectativas electorales que manejan ustedes de cara a la cita del 21 de abril? Las últimas encuestas publicadas hablan de que el PP repetiría el resultado de 2020 e incluso podría ganar algún escaño...
- Nuestra previsión es que vamos a mejorar tanto en votos como en escaños. Todas las referencias que tenemos son favorables y crecemos en las tres provincias, por lo que también estaríamos en condiciones de lograr una mayor representación con respecto a hace cuatro años.
- Las encuestas hablan también de un empate en primera posición entre PNV y Bildu y el PSE decidiendo quién será lehendakari. ¿A quién cree que elegirán los socialistas para gobernar?
- Yo no me creo esa interpretación que se está haciendo de las encuestas. No tiene por qué ser así. Esta visión responde a los intereses del PSOE y realmente no hay tanta tensión entre PNV y Bildu. De hecho, son dos partidos que ya saben lo que es negociar y pactar. Ambos han estado votando juntos todo este último año en el parlamento vasco y hay una sintonía muy grande. Y los dos también han puesto de presidente del Gobierno a Pedro Sánchez.
- ¿Entonces ve usted más factible un pacto entre PNV y Bildu que cualquiera de ellos con el PSOE?
- Yo lo que digo es que esa opción es posible, aunque haya algunos que quieren dar la impresión de que sólo hay un camino.
- Si un gobierno del PNV dependiera de ustedes, ¿facilitarían la investidura de Imanol Pradales? Se lo pregunto porque el PNV votó en contra de la investidura de Feijóo...
- Si se diera esa circunstancia, tendría que ser con condiciones. No sería un apoyo gratuito. No queremos que ocurra como cuando dimos la alcaldía de Vitoria al PSOE y lo primero que hicieron fue llegar a un pacto presupuestario con Bildu. En todo caso, nosotros ofrecemos una alternativa moderada al proyecto del PNV y eso la ciudadanía debe tenerlo claro. De hecho, en estas elecciones hay cuatro partidos que concurren por separado, pero tienen el mismo proyecto.
- Uno de los mantras que repite su partido es que Sánchez está pactando con independentistas y etarras. Le tengo que preguntar: para usted, ¿Bildu es ETA?
- Bildu tiene como líderes a personas con pasado delictivo y que han pertenecido a ETA. Eso, en mi opinión, ya les inhabilita para ejercer la política. Pero lo que nosotros pensamos ahora sobre Bildu es lo mismo que pensaban PNV y PSOE antes de que ambos se saltaran todas las líneas rojas. Nosotros no nos hemos movido de nuestras posiciones, ellos sí.
- Pero ustedes han llegado a acuerdos con Bildu recientemente en el Parlamento foral de Álava y en otras instituciones. ¿Eso no es saltarse también una línea roja?
- Indudablemente, puede haber coincidencias en el voto con distintos partidos. Pero eso no significa que haya acuerdos programáticos de calado. E intentar convertir una diputación en la referencia política más importante… Hay que decir las cosas como son. Coincidir en que se amplíe el horario de un centro sanitario no es un acuerdo político clave. Sánchez, sin embargo, sí ha contado con los votos de Bildu para ser presidente.
- Le he leído decir que considera que Pello Otxandiano es algo así como el títere que Bildu ha puesto para que Otegi sea el lehendakari en la sombra. ¿Lo mantiene?
- Bueno, dentro de Bildu existe un liderazgo claro que es el de Otegi. A Otxanidano no lo conocían ni los votantes de Bildu y depende completamente de quienes le han puesto ahí.
- Un asunto clave que se está debatiendo actualmente es el de la financiación autonómica. ¿Usted está a favor de la independencia fiscal a Cataluña y que se homologue al concierto económico vasco?
- Bueno, en primer lugar hay que dejar claro que el concierto económico vasco está refrendado por la Constitución. Y el que quiere tener Cataluña, no. Además, el sistema vasco es un sistema de riesgo unilateral y así está asumido por los ciudadanos vascos. Cataluña, sin embargo, ha tenido que ser rescatada varias veces y eso en un concierto económico no es posible.
- ¿Ya saben si Ayuso hará mítines junto a usted en la campaña? ¿Y cuál va a ser el protagonismo de Feijóo?
- Contaremos con la presencia de Feijóo, por supuesto. Ya tenemos fechas reservadas. Y con Ayuso también intentamos cuadrar agendas, aunque no tenemos todavía nada cerrado.
- Siempre se dice que Ayuso genera más simpatía dentro de la Comunidad de Madrid que fuera. Pero veo que usted no piensa lo mismo si cuenta con ella para la campaña...
- Yo creo que la experiencia de Madrid como éxito económico es para tenerlo en cuenta. Y también la de Andalucía. Son dos modelos que están funcionando de una manera extraordinaria y atraen talento. Los datos macroeconómicos que están registrando son excelentes y van en el sentido contrario a la del País Vasco, por desgracia. Así que lejos de hacer burla o de minimizar su importancia, creo que tenemos que aprender y tomar nota de las oportunidades que nos ofrecen dichos modelos.
- ¿Pero la política que usted quiere hacer es más como la de Ayuso o como la de Moreno Bonilla y Feijóo?
- Entre los tres hay una serie de coincidencias importantes: creen en la libertad y en reconocer el mérito. Si no se reconoce el mérito, el talento se va a otro lugar. Fíjese, en el País Vasco a uno se le juzga primero por aspectos identitarios y lingüísticos. Y eso hace que la gente decida irse a otros lugares de España, como precisamente Galicia, Madrid o Andalucía, donde se priorizan las capacidades de la persona.
- Hablando sobre las barreras lingüísticas, usted ha prometido revertir el sistema de la Ertzaintza que prima el euskera sobre la experiencia. ¿Está la Ertzaintza demasiado politizada?
- Sin lugar a dudas. Es una policía politizada con muchos jefes y con una cadena de mando que genera muchas tensiones con los agentes que realmente trabajan en la calle. Pero eso es un problema de la Ertzaintza y de toda la administración vasca en general, que hace más ineficiente el sistema. Tenemos servicios más caros con respecto a otras regiones, pero peores. Están muy lejos de resultar modernos y eficaces.
- En octubre de 2022, un estudio señalaba que seis de cada diez ciudadanos en Euskadi tienen conocimiento de euskera. ¿Van a potenciar ustedes el conocimiento del idioma o aplicarían la política lingüístico de Feijóo en Galicia, que ha supuesto un retroceso para el gallego?
- Bueno. no sé por qué usted dice que en Galicia ha habido un retroceso cuando es la CC.AA. en la que con más naturalidad conviven los dos idiomas. De hecho, es todo un ejemplo de cómo es posible desarrollar una lengua territorial y no mermar la posibilidad de expresarse en castellano. Los sistemas educativos en el País Vasco, por el contrario, no han funcionado. Sólo un 20% de la población puede acreditar con un título que conoce el euskera. Y eso hace imposible que puedan cubrirse plazas en la administración pública. Fíjese, tenemos una interinidad en el sistema público del 44%. Y esa cifra es más alta que en la empresa privada o en cualquier otra administración. No hay un sistema educativo que haya hecho las cosas bien, pero no se quiere reconocer. Al revés, recientemente el gobierno vasco ha aprobado que se puedan hacer oposiciones sólo en euskera. Y eso deja fuera de las administraciones a gente muy capacitada.
- En su programa, ustedes también hablan de mejorar la atención primaria y retener y atrae talento médico ¿Esto pasa por favorecer la entrada del sector privado?
- Nosotros tenemos en el País Vasco un problema similar al de España: cuesta conseguir personal sanitario. Pero nos hemos impuesto una regla adicional: que tenga un alto conocimiento del euskera. Aquí, se valora más un título de euskera que un doctorado. Y eso hace que no haya médicos con cualificación que cubran esas plazas, sino que decidan irse a otros sitios donde se les valora más.
- Pero le reitero la pregunta: ¿usted está abierto a colaborar con la sanidad privada?
- Lo que se tiene que hacer es revertir la situación. La gente se está yendo a los servicios privados porque, aunque pagamos un sistema público de salud caro, no tiene la calidad suficiente. Tenemos que hacer que a la gente le merezca la pena pagar el coste público de la sanidad.
- En la precampaña también ha planteado la modificación del actual sistema de Renta de Garantía de Ingresos (RGI). Algunos se lo han criticado. ¿En su mente está reducirlo o eliminarlo? ¿O cómo piensa reformarlo?
- Aproximadamente un tercio de los que reciben esta ayuda son pensionistas o discapacitados. Pero el resto son personas en edad de trabajar y la cronificación los saca del mercado laboral. Son personas que se acomodan en un sistema de subsidio que dificulta su integración en la comunidad laboral. Eso es un problema para esas familias y para la comunidad, porque se pueden crear guetos. Ya lo hemos visto también en otros países.
- ¿Pero usted plantea bajar la cuota? ¿O hacer más restrictiva esta ayuda?
- La primera medida que plantearíamos es que fuera decreciente y la segunda es que no sea vitalicia. Si una familia recibe 1.800 euros es difícil que sienta el impulso de volver al mercado laboral. Y después veo bien que algunas de las personas beneficiadas tengan que hacer trabajos para la comunidad, que no sea una ayuda a cambio de nada. O que reciban una formación que les reconduzca a una actividad laboral.