20 horas para obrar un 'milagro': por qué rescatar el submarino Titan es una tarea casi imposible

20 horas para obrar un 'milagro': por qué rescatar el submarino Titan es una tarea casi imposible

Los responsables del operativo de búsqueda se agarran a los "ruidos" registrados en la zona en las últimas horas y apuntan que seguirán hasta que se agoten todas las opciones de supervivencia de los tripulantes desaparecidos.

Restos del TitanicGraham Murdoch

Una cuenta atrás desesperada para un reto que los especialistas consideran, a estas alturas, 'casi imposible'. Ese 'casi' es fundamental y preside la motivación detrás de una tarea tan extrema como la que, desde el lunes, afrontan numerosos equipos de rescate para buscar al submarino Titán. Este sumergible, hasta ahora desconocido para muchos, desapareció en el Atlántico cuando navegaba hacia los restos hundidos del Titanic

Una aventura tan exclusiva como arriesgada que ha llegado a todo el mundo, pendiente de las vida de sus cinco tripulantes, ahora mismo perdidos a, posiblemente, miles de metros de profundidad en un punto del océano situado a unos 600 kilómetros de la costa de Terranova, en Canadá. 

Allí se perdió la pista del Titan el lunes y desde entonces, las tareas de rescate van de la mano de todo tipo de cálculos. Algunos funestos, como el de la reserva de oxígeno en el interior del sumergible. El último, recogido por la BBC, es que podría durar solamente 20 horas más, hasta alrededor del mediodía del jueves (hora española).

Quiénes son los desaparecidos

No es la primera vez que el Titan afronta una emergencia ni un fallo, pero nunca la urgencia había sido tal. Por ello, más allá del debate y el análisis abiertos por un viaje tan extremo en sus riesgos como en sus costes —de unos 250.000 dólares el billete—, ahora el foco está puesto en lo urgente: rescatar a los tripulantes.

Sin noticias de ellos, bajo el Atlántico permanecen los cinco. Son el magnate británico de origen paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman, el consejero delegado de OceanGate, Stockton Rush, el explorador británico Hamish Harding y su colega francés Paul-Henry Nargeolet.

Entre el desesperante silencio, este miércoles se han registrado 'sonidos de golpes intermitentes' en la zona donde se busca al sumergible. Una noticia esperanzadora captada por la Guardia Costera de EEUU que podría deberse a movimientos provenientes de la embarcación. No se sabe a ciencia cierta el origen, pero la esperanza no desaparece. Máxime cuando, avanzado el día, aviones canadienses han detectado nuevos ruidos en la zona donde se supone que está el sumergible.

El responsable de la búsqueda de las unidades estadounidenses, John Mauger, verbalizó el sentimiento de todos los equipos en una entrevista en la CBS: "Seguiremos buscando mientras haya alguna oportunidad de supervivencia".

Punto en el que podrían hallarse los restos hundidos del Titanic y al que se dirigía Titan.

Los grandes problemas de la misión

Las reservas de oxígeno se agotan y, de acuerdo con los cálculos de especialistas, el límite es el mediodía del jueves. Por ello, numerosos países se han puesto manos a la obra, incluido dos aviones del Pentagono de EEUU y numerosos medios de Canadá, en una lucha contrarreloj por encontrar el submarino y, sobre todo, a sus tripulantes con vida. A juicio de los expertos es casi imposible. La Cadena SER se hace eco de tres preocupaciones que reconocen los especialistas, dadas las condiciones del entorno.

Lo primero que dispara los peligros es la profundidad a la que pueda estar el Titán. Los restos del Titanic, al que se dirigían, están a 3.800 metros bajo el agua, un punto donde el oxígeno se vuelve tóxico y para aguantar se necesita un gas especial. 

Llegar, per se ya es una tarea realmente compleja. La Marina de EEUU tiene un submarino que puede rescatar a otro, pero a una prfundidad de 600 metros. Para este miércoles por la tarde se espera la llegada de la embarcación francesa Atalante, con un robot capaz de sumergirse a gran profundidad.

También preocupa el peso de una embarcación como el Titán. Sus más de 10.000 kilos son demasiados para vehículos de remolque sin tripulación, capaces de mover arrastrar hasta 2.000.

Y a estos factores se les suma otro, expuesto por el responsable de la Guardia Costera. Una vez que la cápsula fuese localizada, de ocurrir, aún quedaría una tarea aún más difícil:. reflotarla.

Pero las palabras de John Mauger son la esperanza del mundo a estas horas. Y de momento, sigue habiendo "alguna oportunidad de supervivencia".

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es