Paula Gonu: "YouTube se estaba convirtiendo en el basurero de Twitch"

Paula Gonu: "YouTube se estaba convirtiendo en el basurero de Twitch"

Entrevista con la creadora de contenido, imagen de la marca Mustang. 

Paula Gonu en la campaña de MustangIMAGEN CEDIDA POR MUSTANG

Paula Gonu (Badalona, 1993) es una de las creadores de contenido más importantes de España. Con casi dos millones de seguidores en Instagram, 1,4 en YouTube y 650.000 en TikTok, es objeto de deseo de marcas como Mustang, que ha escogido a la influencer catalana como imagen de su campaña primavera-verano. 

Después de dos años de parón ha vuelto a YouTube en 2023, donde se ha reinventado y ha apostado por hacer contenido con el que se siente cómoda y no lo que está de moda en ese momento.  

En un frío miércoles de marzo, víspera de las vacaciones de Semana Santa, Paula Gonu atiende a El HuffPost a través de videollamada para hablar de nostalgia, del odio en las redes, de la prensa tradicional y de algún que otro salseo entre influencers. Que nos perdone la RAE por tanto anglicismo.

- Eres una de las pioneras de la creación de contenido en España, cuando todo era campo. 

Han cambiado muchas cosas. Hay plataformas que antes existían y ahora no existen. Hay plataformas nuevas que antes no estaban. Todo eso ha cambiado la manera de compartir y ha hecho que mucha más gente tenga en las manos hacerse conocido o subir seguidores en redes. Ha acercado la figura de creador de contenido a más gente. 

Me gustaba más antes pero es un mensaje subjetivo porque lo digo desde la nostalgia. Antes había cuatro challenges [retos] al año y ahora cada dos por tres hay contenido más rápido, por ejemplo en TikTok, pero también han hecho daño a lo que es la creatividad. Se pone de moda hacer algo y todos sentimos la necesidad de hacerlo porque está de moda y eso hace que el tiempo que podrías invertir en ideas orgánicas tuyas, con tu esencia, lo estés invirtiendo en algo que está haciendo todo el mundo.

- Hablas de TikTok pero es algo que pasa también con las series, las películas... Tienes que ver la obra maestra de esta semana.

Y con la música. Los vídeos más guays que recuerdo de mi canal eran tags del reguetón, de trap, de canciones... y no era tan complicado escoger porque era la canción del verano y cuatro o cinco más. Ahora hay 10.000 canciones nuevas a la semana y algunas no las escuchas enteras porque sólo te sabes el trocito que sale en TikTok.

Has hablado de nostalgia, ¿sientes nostalgia de la Paula Gonu youtuber de 2016? Tú, además, viviste la época dorada de YouTube.

Totalmente. Viví el momento dorado de esa plataforma, lo cual, genial, y lo disfruté un montón, era muy feliz. Sí echo de menos esa esencia pero a la vez no porque no soy esa Paula. En aquella época tuve la suerte de que lo que me gustaba crear era lo que le gustaba consumir a la gente de mi persona. Eso hacía un matrimonio perfecto. En el momento en el que yo me dejé de sentir representada por ese contenido, también tuve un cambio en mi vida personal muy fuerte, me quedé soltera después de muchos años en pareja y eso me hizo replantearme muchas cosas de mi vida, a nivel personal te digo, y como lo personal y lo laboral en esta profesión, en el mío mucho, está muy difuso... 

- Y dejas YouTube y vuelves con bastantes cambios. 

Hice un parón y después de ese parón, supongo que el cambio el que te refieres es el cambio de contenido, incluso los títulos, las miniaturas y demás. Dije: es que si vuelvo a YouTube, que es algo que tenía ganas de hacer, y durante ese parón de dos años no había un día en el que no pensaba que tenía que hacerlo, tiene que ser desde lo que a mí ahora me haría feliz compartir.

- ¿Haces ahora el contenido que te hace feliz? La cocina, la comida, viajar...

Sí. De hecho es una de las cosas que hacen que me preocupe menos por las estadísticas. Me gustaba cuando un vídeo iba súper bien y tenía un montón de visitas. Creo que YouTube, como siempre ha sido mi espacio seguro, quiero que siga siéndolo y viendo la diferencia de visitas que hay en los vídeos de antes con los de ahora, aunque antes era la época dorada de la plataforma, es lo que me hace que no me preocupen los números porque estoy tranquila compartiendo lo que a mí me apetece. Luego lo veo en el feedback de la gente. Ellos notan cuando tú estás compartiendo cosas que nacen de ti y no haciéndolas porque buscas una viralidad.

  Paula Gonu en MustangIMAGEN CEDIDA POR MUSTANG

- Hace poco hablaba con Marta Díaz y con Mar Lucas, un poco más jóvenes, y reconocían que, aunque se diga que no, siempre se está pendiente de los números. ¿Crees que al estar más asentada las estadísticas te dan más igual?

A parte de que la edad juega una parte importante aquí, aunque no haya muchísima diferencia [con Marta Díaz y Mar Lucas] sí que son años en los que a lo mejor cambias de prioridades o te has visto envuelta en temas personales o laborales que hacen que priorices otras cosas. Yo las entiendo porque aunque lleven mucho tiempo porque empezaron muy jovencitas, quizá están más en su momento de pensar más en los números, no lo sé porque no he hablado con ellas personalmente, pero si me dices que te dijeron eso, va más por ahí. 

A todos nos llega en algún momento el punto en el que estoy ahora. Todo el mundo llega al punto de que no prioriza los números y prioriza la credibilidad, que no digo que el suyo no sea creíble, ni mucho menos, que pueden ser las dos cosas a la vez. Pero priorizas tu paz interior.

- Ahora parece que todos los creadores grandes como Ibai o Xokas, después del estrés de Twitch, lo quieren es volver a ser youtubers. Es como algo cíclico.

En general para mí todo en la vida son ciclos y creo que lo de YouTube más. Después del parón que tuve volví en septiembre de 2023 con la excusa del Camino de Santiago para desbloquear este bloqueo gigante que tenía con YouTube y a raíz de ahí muchas compañeras me han escrito y me han dicho que qué envidia les da que haya vuelto.

YouTube tiene que volver de alguna manera. El consumo de streams a mí me encanta, soy muy fan de un montón de perfiles que hacen directo, pero es un poco repetitivo cuando entras a YouTube y ves lo mismo que has visto en stream resubido por clips, por shorts, pero en YouTube.

- Lo dices por los que usan YouTube para resubir contenido que hacen en directo.

Que yo también lo haría. De hecho es muy hipócrita que lo diga proque luego soy a la que mejor le va que estén ahí porque luego los veo si no los he podido ver en directo. Por eso creo que es guay que en YouTube siga habiendo creadores que sólo crean para YouTube, para que haya variedad, para mí se estaba convirtiendo en el basurero de Twitch y es guay pero con el cariño que le tengo a esa plataforma daba un poco de pena que desapareciese esa esencia youtuber del creador que hace el vídeo sólo para YouTube.

- Vi una charla entre Peldanyosy Kapah sobre la burbuja de los influencers y las marcas, que pagan mucho dinero por campañas que apenas generan retorno. ¿Crees que existe esta burbuja?

Es complicado. El mensaje lo entiendo y puedo estar de acuerdo pero sólo si se metiera a todo el mundo en el mismo saco. En este sentido hay que ir con mucho ojo y ver las excepciones que hay porque plataformas como TikTok con algoritmos que permiten la viralidad con facilidad hacen que mucha gente de repente tenga muchísimos números pero que si luego una marca o una agencia, a lo mejor por desconocimiento, no se fija ni de dónde vienen esas visitas, a lo mejor tienen un objetivo de vender equis pero no vas a vender equis porque esa gente está en Latam, Rusia o vete a saber. 

Es más cuestión de qué perfiles y de qué marca. Hay tantos tantos factores que no te daría el sí rotundo a esa opinión pero entiendo por dónde va. Cada vez hay más creadores y marcas que se vuelven locas porque se creen que te van a mandar esta cosa, te van a pagar tanto y van a hacer rotura de stock y a veces no es tan fácil.

- Hay muchas historias de empresas que contratan a tal influencer porque le gusta al hijo de un director y claro...

Eso pasa mucho. Hay perfiles que para una marca no venderán nada y para otra, porque a lo mejor genera más credibilidad con su audiencia, de repente lo va a petar. Luego hay perfiles con pocos seguidores que tienen una comunidad más solida y de España y a la marca le interesa vender en España y va genial. Y luego hay perfiles con números astronómicos que a lo mejor lo único que vas a conseguir es posicionamiento de marca porque no hace tantas ventas.

- Después de tantos años, ¿lo que más valoras es tu comunidad?

Definitvamente. Esa es una de las cosas que más me une a esa Paula que me decías que empezó en YouTube porque hay gente que literalmente ha crecido conmigo y eso me hace muy feliz. Muchas veces, como a todos, me ataca el síndrome del impostor y digo qué hacen aquí aguantándome después de tanto tiempo si encima con los parones que he tenido. Una de las cosas que más me siento orgullosa de lo que hecho en redes sociales es ver que a la gente le gusta consumirme a mí, consumir lo que sea que les vaya a dar. Me gusta que no me exijan un contenido en concreto, que si me da por probar algo nuevo lo valoren, así que sí, súper agradecida con ellos.

- ¿Cómo se vive que de repente algo que hagas o digas llegue a la prensa tradicional?

Es la doble cara de la moneda. Por un lado dices qué guay que le den relevancia a equis cosa que haya dicho pero la parte mala es que, lamentablemente, la mayoría de veces lo que vende más es lo negativo y se hacen más eco de una polémica que me perjudica que de lo contrario. Da miedo porque una cosa es tú en tu casa con la cámara hablando a tu gente con tu contenido y de repente otra es que pongan en tu boca algo que no has dicho o saquen de contexto algo. A mí me da pánico y no sé cómo la gente que está mucho más expuesta a los medios tradicionales pueden gestionarlo. La parte buena de eso es que significa que hay algo de relevancia.

- Ahora alguien puede hacer un vídeo sin contexto de 15 segundos, colgarlo en TikTok y tú no puedes hacer nada.

Hay una parte que puedes gestionar. Esto no lo hacía porque me parecía como censurar, lo de bloquear a gente o borrar comentarios, hasta que llegué a la conclusión de que mis redes son mi casa y no me vas a venir a insultar a mi casa. Otra manera de gestionarlo es dejar que pase. Entiendo que al principio da ansiedad porque juegan con tu imagen y eso hace que indirectamente esté en juego tu trabajo y tu carrera, entonces eso agobia, pero la semana que viene hablan de otra persona, desafortunadamente, y se olvidan de lo tuyo.

- ¿Cómo te llevas con el odio en redes con el público? También habrás visto la evolución de cómo ha ido cambiando a lo largo de los años.

Me acuerdo perfectamente de la época en la que empecé a saber lo que era el hate en redes porque recuerdo que mi crecimiento en Instagram y YouTube fue tan rápido que a pesar de tener muchos números yo no era mainstream. Mi comunidad había crecido muy rápido pero no había haters porque me habían seguido a los que yo les había gustado y a los que les gustaba no me conocían y no podían hablar de mí. En el momento en el que saltas a que ya pueda hablar todo el mundo, incluso esos a los que van a ser tus haters, lo notas. No estaba acostumbrada y me fue bien darme cuenta, que esto lo he hablado con mi psicóloga, la diferencia entre la autoestima, el ego y demás, los comentarios buenos aunque parezcan que sólo son buenos también tienen la parte negativa de inflan tu ego y puedes llegar luego a no entender una crítica.

No son más fuertes los de ahora. Sí que son más porque hay más gente que te conoce. Es un trabajo personal que tienes que ser consciente de ello, no puedes ir en automático porque te puede hacer mucho daño. He tenido épocas en las que he intentado gustar a todo el mundo y al final eso va en contra de mi verdad.

- ¿Y el odio en el mundo influencer lo palpas? Desde fuera parece que estás fuera de ese salseo. Ahora con los premios Ídolo se nota que hay bandos y parece que tú no estás en ninguno.

Que me digas eso para mí es un piropo. Es lo que intento. Siempre he ido muy a mi bola y tengo muy pocas amistades de verdad que haya conocido en el mundo de redes. Sigo conservando mis amigas de toda la vida y tengo la suerte que al tener eso como sustento, que ya ocupa esa parte de mi puzzle de amistad, no he necesitado la amistad de nadie más. Sobre todo soy una persona muy confiada en muchos aspectos y muy desconfiada en otros y en el mundo redes, no es ningún secreto, por el bienquedismo y demás hay como una falsedad, no voluntaria, sin querer, que a mí me da pánico. Y todos lo hemos sido en algún momento por beneficio propio de tranquilidad mental, de que no hace falta estar diciendo lo que piensas a la cara a todo el mundo que te cruzas. Por eso y muchos aspectos más que no te voy a contar porque estaré tres horas, me gusta mucho mantenerme apartada, estar a mi bola, no quiero decir que no tenga un montón de colegas con los que me llevo súper bien y demás pero sí que es verdad que no tengo grupito de amigas ahí dentro.

Me cuentan cosas a mí también de ahora fulanita esto, ahora menganita lo otro, ahora han subido esto juntas pero se ponen a parir en realidad.

- Al final es como en cualquier trabajo, lo que pasa que el vuestro se ve más.

Totalmente, es como en cualquier oficina, lo único que esto tiene más repercusión porque es público.

- ¿Qué le dirías a esa gente que dice que ser influencer no es un trabajo?

Para mí no es un trabajo porque cuando tu trabajo es lo que te gusta hacer deja de ser un trabajo. Sé que suena muy cursi y muy cliché. Sí tiene partes agobiantes pero para mí el no agobio de cuando estaba trabajando en la oficina, cuando he trabajado de camarera, cuando he trabajado en tiendas... prefiero el agobio de ahora. Es que soy feliz y me siento súper agradecida. También podíamos entrar en el debate de suerte, meritocracia y demás pero estaríamos tres horas más. Entiendo que lo digan porque seguramente también lo diría. A nivel definición diccionario sí es un trabajo que nos pagan por hacer equis cosa, hacer contenido y demás, pero entiendo que lo digan y desde dónde lo dicen. Lo entiendo perfectamente.

- Se viralizó el otro día un vídeo de Carlos Peguer, de La Pija y la Quinqui, que hablaba de las alfombras rojas y de los que decían que “ser influencer es un trabajo que no se reconocía”. Él respondía algo como que, bueno, estás cobrando 2.000 euros por un story en Instagram, tu trabajo está sobradamente reconocido.

Es que para qué quieres que te reconozcan, ¿no tienes suficiente con la vida que ta esto a lo que te puedes dedicar? Entiendo que la gente tenga sus necesidades de que reconozcan esto como un trabajo. Yo no lo veo una prioridad. ¿Lo quieres reconocer? Bien. Quien quiero que lo reconozca es la marca que me va a pagar por el trabajo que voy a hacer.

- ¿Alguna vez has pensado en dejarlo todo?

Claro, pero lo mismo que todo el mundo en cualquier sitio en el que estés y a lo que te dediques. Sobre todo yo que soy una persona a la que le gustaría vivir 17 vidas a la vez y ya he hecho los cálculos y no me va a dar tiempo de aquí a que deje este plano. Sí, me lo he planteado muchas veces pero, afortunadamente, una de las cosas que más me gustan de mi trabajo es esa flexibilidad que puedes dar en según qué casos. Los momentos en los que lo he querido dejar todo no he tenido que resignarme a decir no, puedes ser flexible y puedes decir, como me pasó el año pasado, me voy a hacer El Camino de Santiago y es un punto medio.

- Te vimos en Bake off, ¿te gustó el mundillo de la tele? 

Me gusta mucho por el lado curioso de cómo se hacen las cosas desde ese lado. Grandes producciones, conocer diferentes puestos de trabajo que no sabes que existen, pero repito, me da miedo.

- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la fama?

Lo mejor es que te abre muchas puertas que no te abriría otra situación y lo peor... no sé qué decirte, es que estoy muy optimista últimamente. Pero sí, esa sobreexposición ante la opinión pública que en momentos fuertes pasa desapercibida pero en momentos donde estás más vulnerable no es tan buena. Pero relativizo mucho porque compensa todo lo demás. 

- ¿A dónde crees que va la creación de contenido? Tanto para ti personalmente como el sector. 

Soy como un flubber, creo que una de las cosas que más me gusta y más confusión crea es que puede ser todo lo cambiante que tú quieras y puedes ir adaptándote, probando cosas, dando ideas, su funcionan continuarlas... voy a seguir haciendo lo que cada momento me llame, lo que se me ocurra, ver cómo le puede gustar a la gente. 

El sector, pues no lo sé, la verdad es que estoy intrigada. Si pudiese hacer un chasquido con los dedos y verlo... tengo mucha curiosidad. 

- ¿Crees que el mundo stream va a seguir fuerte o se va a quedar para grandes eventos como La Velada de Ibai?

Por amigos que se dedican y por lo que comparo de cuando hacía directos a ahora es verdad que ha bajado mucho. Es cierto que en la cuarentena hizo que tuviese un boom muy fuerte. Ha bajado pero no creo que se acabe. Me acuerdo de cuando llevaba dos, tres años, que la gente me decía esto se va a acabar pronto y han pasado 8 años. No lo sé. En Estados Unidos decían que quieren cerrar TikTok... es que pueden pasar cosas inesperadas. Si todo sigue su curso natural, TikTok, aunque no lo consuma demasiado, es un monstruo gigante y me extrañaría que de repente parara. 

De igual forma que los creadores de contenido cambiaron la forma de publicitarse de las marcas y la comunicación puede llegar otra cosa que lo cambie todo. En mi caso feliz, sea lo que sea que llegue, lo haremos intentando ser felices y ya está. 

- ¿Te ves en una Velada de Ibai?

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Se ha comentado en plan cachondeo pero sí, claro que me podría ver, ahora que estoy más a tope con estar en forma y quiero estar todo el día caminando y haciendo deporte me parecería guay como reto personal. Ese reto si no es en un evento así no lo haría. Sería guay ver si mi mente es capaz de aguantarlo y luego mi cuerpo mi cara, claro. Luego igual llega la hora de la verdad y me cago encima, pero nunca digo que no a nada. 

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Álvaro Palazón es redactor de virales, televisión y de deporte en 'ElHuffPost' y trabaja desde Madrid. Es Licenciado por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Puedes contactar con él en alvaro.palazon@huffpost.es