Saúl Craviotto: "Mi futuro depende de París, habrá una explosión de emociones para bien o mal"

Saúl Craviotto: "Mi futuro depende de París, habrá una explosión de emociones para bien o mal"

El piragüista y máximo medallista olímpico español (empatado con el también palista David Cal) afronta sus quintos Juegos con el reto de lograr su sexta medalla a bordo del K-4 500.  

Saúl Craviotto, en la entrevista con El HuffPostPATRICIA DONOHOE MARTÍNEZ-AVIAL

Acostumbrado a estar entre fogones últimamente, a Saúl Craviotto aún le queda hambre. A las puertas de sus quintos Juegos y de cumplir 40 años, el mayor medallista olímpico español (empatado con el también piragüista David Cal) cuenta las semanas para embarcarse en un viaje hacia la leyenda. Nadie sabe si será el último... ni siquiera él. Lo que sí es seguro es que, junto a Marcus Cooper, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo y tras unos cambios en el funcionamiento de su K-4 500, llega a París con las máximas aspiraciones.

Craviotto (Lérida, 1984) habla de aspiraciones, pero lo hace más del 'camino', que reconoce estar "disfrutando mucho" junto a unos compañeros que "son como hermanos". En su entrevista con El HuffPost concatena adjetivos que describen bien su estado: "feliz", "fuerte", "tranquilo"... Por ello, no habla de retirada, aunque tampoco la descarta. Afirma que será París 2024 "y la explosión de sensaciones que habrá, para bien o para mal", la que decidirá. 

De momento, no le obsesiona el futuro. De hecho —en eso sí se le nota su veteranía— nada lo hace. Ni siquiera esa sexta medalla ni el miedo a un 'fracaso' que directamente rechaza. Porque para este agente de policía, cocinero a ratos y deportista de récord, el fracaso sólo existe "cuando no das el 100%", algo que no concibe.

A tres meses de la ceremonia alrededor del Sena, Craviotto ya ha conectado el 'modo París', un "embudo que se va cerrando" y que tanta vida le da, como confiesa durante la entrevista. Sonriente siempre, tanto como sereno en sus reflexiones, luce un polo de Burgo de Arias; no en vano acude como embajador de la marca para presentar el último producto, Burgo de Arias Protein Plus, junto al nutricionista Pablo Ojeda. Un "cambio de aires" que "me permite salir unas horas" de la rutina de entrenamientos y evidenciar la fuerza del Craviotto mediático.

Tiene cinco medallas olímpicas, cuatro títulos mundiales y un sinfín de metales, pero desde hace años es imposible disociar al piragüista del 'famoso'. Su exitoso paso por MasterChef Celebrity lo cambió todo y le convirtió en un icono social. No niega que algo le incomoda, pero, lo lleva bien porque "es entender cómo funciona el mundo y no me molesta". De hecho, presume de que gracias a la televisión él y su deporte han llegado nuevos públicos.

Estamos a tres meses de que se inauguren los Juegos Olímpicos. ¿Hoy por hoy qué te genera la palabra 'París'?

Ahora mismo, tener que respirar profundo porque genera tensión. Es el embudo que se va cerrando, ya se va acercando la competición, que es para lo que vivimos los deportistas de élite. Pasamos muchos meses entrenando, esta temporada diez meses, pero llevamos ya tres años preparándonos para estos Juegos, así que en cuanto se oye la palabra empieza el corazón a latir fuerte.

¿En esta olimpiada 'rara' de sólo tres años te has llegados a obsesionar en algún momento con la posibilidad de alcanzar la sexta medalla y lograr un nuevo récord olímpico español?

Momento 'obsesión' no; estoy disfrutando mucho de esta última etapa de mi carrera. Estamos a las puertas de mis quintos Juegos y no tengo nada que demostrar. Estoy muy tranquilo, evidentemente voy con el cuchillo entre los dientes a por la sexta medalla y especialmente el oro, pero si no cae más no puedo hacer, cuando das el 100% no se puede pedir más. Y más no puedo dar.

Saúl Craviotto, en un momento de la entrevista con El HuffPostPATRICIA DONOHOE MARTÍNEZ-AVIAL

Entremezclas tu autoexigencia y tu sentimiento de tranquilidad por lo ya conseguido. ¿Cómo gestionas los miedos a no conseguir el objetivo? ¿Batallas contra la idea de 'fracaso'?

La palabra fracaso yo la asocio más a no haberlo intentado o no haber tenido una actitud buena, porque yo es a lo que más importancia le doy, la actitud, tanto mía como de mis compañeros en la embarcación.

La aptitud es importante, las capacidades, la nobleza... son factores relevantes, pero para mí la actitud es lo fundamental y eso es lo que te lleva al fracaso. Si no das tu 100% y llega la competición y no logras el objetivo te queda esa sensación de 'ostras, no hice lo que tenía que hacer', ese 'qué hubiera pasado si...'. Cuando das el 100% la palabra fracaso no está en mi cabeza. Si llego a París y hago cuarto o quinto, cabeza alta y orgulloso de haber estado en otros Juegos.

¿Cómo gestionáis las relaciones personales, los egos, en ese K4 con tanta estrella?

Somos un equipo muy grande, no sólo los cuatro compañeros. Luego, dentro de la piragua, a nivel de egos cada uno es de su padre y de su madre, cada uno tiene su personalidad, pero yo tengo que reconocer que estoy viviendo una etapa maravillosa en cuanto a la buena relación entre compañeros. Es algo mágico. Este ciclo me está gustando mucho.

Cada uno tenemos nuestro papel, yo quizás soy el veterano del grupo, pero todos tenemos nuestro momento y nos respetamos. Te diría que son casi mis hermanos, nos queremos mucho y pasamos juntos más tiempo que con mi mujer y mi familia y eso hace unión y que este camino sea más bonito.

Vas por la calle y la gente dice 'mira, Craviotto, el cocinero' y tú dices 'me cago en la mar, tengo cinco medallas olímpicas...' Pero no me molesta, es algo que me ha venido muy bien

Hemos hablado de París y tú de momento no pones fecha a tu retirada. ¿Llegas a ver Los Ángeles 2028?

Tengo París a la vuelta de la esquina... Los Ángeles me quedan muy, muy lejos. Tengo 39 años pero tampoco me atrevo a anunciar mi retirada porque me encuentro bien y mis tiempos son buenos. Las lesiones me respetan, hago lo que me gusta, me siento un privilegiado. Mi pasión es el piragüismo, se me sigue dando bien... 

Después de París veremos. Volveré a hacer el mismo proceso, analizar si tengo ilusión y ganas y veré si me lo planteo año a año, digo 'hasta aquí hemos llegado' o tiro a por Los Angeles...

¿Le pones fecha a esa decisión? ¿Quizás el 12 de agosto a la vuelta ya de París?

Ufff, no lo sé. Estoy en una fase en la que voy paso a paso, mes a mes. Depende de lo que suceda en París, allí habrá una explosión de emociones seguro, para bien, para mal... Después de eso analizaremos en qué fase me encuentro, sobre todo de cabeza, porque físicamente voy aguantando, pero de cabeza tengo que poner en la balanza muchas cosas. Sabes, tengo tres hijas pequeñas, la familia... pero bueno ya llegará, ahora estoy con París que no es poco.

Cuando das el 100% la palabra fracaso no está en mi cabeza. Si llego a París y hago cuarto o quinto, cabeza alta y orgulloso

Dejamos París un minuto al margen para meternos en otra de tus facetas, porque además de deportista de élite eres una celebridad mediática, foco de patrocinios, especialmente tras ganar MasterChef Celebrity. ¿Cómo llevas que siendo quíntuple medallista olímpico seas más conocido popularmente por la televisión?

Bueno... al final es entender cómo funciona el mundo y por suerte no me afecta. Vas por la calle y la gente dice 'mira, Craviotto, el cocinero' y tú dices 'me cago en la mar, tengo cinco medallas olímpicas...'.

Pero no me molesta, es algo que me ha venido muy bien, tanto a mí como a mi deporte, he podido acceder al hogar de muchas personas. Gente a la que no le gusta el deporte ha empezado a conocerme y conocer el piragüismo. No me molesta en absoluto.

Saúl Craviotto, en la entrevista con El HuffPostPATRICIA DONOHOE MARTÍNEZ-AVIAL

Acumulamos perfiles. Aparte de piragüista de élite y ganador de MasterChef eres Policía Nacional desde hace muchos años, algo no muy habitual en el deporte español. ¿Debería ofrecer España como país esta vía, la de la Policía, el Ejército a los deportistas de élite retirados como hacen Alemania, Francia, Italia...?

Sería fantástico. Como dices, en esos países y otros a los deportistas que llevan años representando al país se le dan facilidades una vez retirados, sea en Policía, en el Ejército... Yo en mi caso no me puedo quejar, para acceder no hubo facilidades, obviamente, pero una vez dentro sí las estoy teniendo para ir a entrenar y a competir.

Sería una buena vía ofrecer alguna facilidad para dar un horizonte a gente que desde los 15 hasta los 30-40 años ha representado a su país y cierra su carrera y se enfrentan a una nueva realidad.

¿Un 'y ahora qué'?, por así decirlo

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Eso es. Ese 'ahora qué' para el que podría ser una vía con la que dar tranquilidad económica y laboral a tantos deportistas que se ven en el precipicio de la retirada.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es