"Se buscan agentes de cambio con agallas": los jóvenes líderes del Foro Económico Mundial

"Se buscan agentes de cambio con agallas": los jóvenes líderes del Foro Económico Mundial

El foro Young Global Leaders peina el planeta en busca de talento, de Macron a Zuckerberg. Hasta diez españoles han estado ya en la lista de sus elegidos.

Foro Internacional de DavosGETTY IMAGES

El presidente de Francia, Emmanuel Macron; la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern; la ministra de Exteriores y líder de Los Verdes alemanes, Annalena Baerbock; la abogada internacionalista Amal Clooney; el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y el de Wikipedia, Jimmy Wales, tienen una cosa en común: todos fueron elegidos por el Forum Young Global Leaders del Foro Económico Mundial (FEM) como jóvenes líderes planetarios.

Por sus ideas, por sus méritos, sus apuestas y su iniciativa, han formado parte de esta especie de acelerador de talento, en una lista que contiene también los nombres de una decena de españoles. No sólo hay políticos o empresarios entre ellos, sino científicos, educadores, ingenieros, ganaderos, periodistas. “Se buscan agentes de cambio con agallas”, reza su web, en la que se pueden presentar formularios para postularse a entrar en este club, una vía de acceso que usan cientos de candidatos cada año -sólo en 2021 fueron sido elegidos 106 y ya son 1.400 los miembros y alumnos que forman la comunidad, procedentes de 120 países-. No es la única puerta: los ojeadores del FEM, ese que esta semana ha organizado su famoso Foro de Davos, peinan las opciones país a país, en busca de perfiles adecuados que casen con su plan de formación para quienes aspiren a “mejorar el estado del mundo”. 

El foro se destina a personas menores de 40 años que trabajen en cualquier ámbito a las que se invita a unirse a un programa de cinco años de duración en los que se aspira a “cultivar la generosidad de espíritu y el reconocimiento de que el mundo sólo puede reflejar nuestras esperanzas si trabajamos juntos”, explican desde la organización, que destaca la necesidad de valores domo innovación e interés público a la hora de seleccionar al personal.

Un tiempo en el que, a través de cumbres, intercambios virtuales colaborativos y reuniones locales, los elegidos aprovechan para compartir experiencias, aumentar sus recursos, hacer equipo y aprender en centros de referencia mundial. “Implementar los logros propios y estimular el crecimiento con visión, coraje e influencia para cambiar el mundo en positivo”, es lo que se les pide que hagan. 

Fue el economista Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del FEM, quien creó este foro en 2004, convencido de que la complejidad creciente del mundo necesitaba soluciones innovadoras y la fuerza estaba en las nuevas generaciones. Un lugar donde no importa el origen físico o social, la religión o el idioma, defienden sus creadores. 

El Foro Económico Mundial es una organización privada, de lógica base económica, por lo que no oculta que busca con este programa “impulsar la colaboración público-privada”, pero insiste en que la meta es universal, no particular: “ser una fuerza para el bien”, “desarrollar agentes de cambio globales, visionarios e informados”, “poner en común habilidades cercanas” entre los “primeros y audaces”, que es como llama a estos jóvenes. Imperan los principios de “generosidad, autenticidad, respeto e impacto” de sus acciones.

Liderar con propósito

Uno de los elegidos en la edición de 2009 fue el destacado científico español Javier García Martínez (Logroño, 1973), químico, catedrático de la Universidad de Alicante, emprendedor e investigador. En su caso, fue el FEM quien lo buscó. Lo llamaron poco después de recibir el premio TR35 del mítico Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Estados Unidos, como uno de los jóvenes más innovadores de su generación. “Entiendo que eso me puso en su radar, yo no me postulé, debió interesarles también la empresa que fundé, que aplica la nanotecnología para hacer los procesos químicos más eficientes y construir un fututo mas sostenible”, recuerda. Y a partir de ahí comenzó una de las experiencias que, confiesa, más le han transformado. 

A partir de su participación en el programa, García Martínez ha puesto en marcha dos programas “muy potentes”. El primero es Global Shapers, la comunidad del Foro Económico Mundial que fundó en España hace ahora más de 10 años y que ya tiene presencia en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. “Un foro de chavales que me piden que funde en nuestro país y que fue el primer hub (nodo de enlaces) de España”, explica.

El segundo, que también supera la década, es la pequeña red de expertos tecnológicos a los que el FEM le invitó a participar, “una decena de especialistas que cada año selecciona las 10 tecnologías emergentes y que se presentan en Davos”, que muestra a los líderes que van al famoso foro, a los presidentes, jefes de estado, y grandes directivos, lo que deben conocer, “porque son avances que pueden cambiar la industria, el empleo, el medio ambiente…”. 

Global Shapers, por ejemplo, busca algo muy parecido al foro de jóvenes en el que él participó: “ver cómo liderar con propósito, en un momento en el que hay tanto miedo, en el que buscamos líderes que nos den seguridad en unos valores, en una forma de construir, basada en un propósito". "El fundador de una empresa -ahonda- tiene un poco la misión no ya de dirigirla, sino de recordar a todos los empleados por qué están aquí, el fundador lidera desde el propósito y el CEO, desde la ejecución. Estamos acostumbrados a un liderazgo ejecutivo, y ahora planteamos algo propositivo”. 

Eso le atrajo del proyecto en cuanto lo llamaron y por eso, aunque tenía su empresa en expansión, sus clases, sus investigaciones y sus viajes, no dudó en sumarse. “Parecía el peor momento del mundo para defenfocarse y los amigos y la familia me lo decían, pero lo que hago ahora ha sido el resultado de todo lo que he recibido yo a través del FEM”, reconoce. 

El profesor explica que de ahí nace, “sin duda”, su programa Celera, lanzado en 2014, “un proyecto gratuito, que todos los años beca a diez jóvenes en un programa de tres años, a los que se les da formación, recursos, y se insiste en el concepto de liderazgo desde el propósito”. Orientado a jóvenes de hasta 35 años, un poco menos que en el Foro, para que se beneficien de él “personas que están aún decidiendo qué quieren hacer con su vida, en un momento clave”. Su propósito es que “nuestros jóvenes puedan desarrollar sus proyectos, encuentren una comunidad de jóvenes como ellos con la que desarrollar sus propios planes en su propio país”.

“Estas tres actividades han surgido muy directamente de esa experiencia con el FEM, porque no es sólo que me haya permitido conocer a Bill Clinton o a Bill Gates y hablar con ellos en profundidad, no de pasada, sino que me ha cambiado esa nueva forma de liderazgo que propugna, con valores y propósito”, defiende.

¿Qué es ser líder para él? “Ser líder es crear una ilusión compartida. A partir de ahí emprendemos algo nuevo. No es un liderazgo de ejecución, de ponernos unos plazos, de ganar tanto dinero… No es un plan de negocio. Es ver qué tipo de sociedad queremos construir”, define. Y reconoce que en España el liderazgo está “roto”, en Europa, “perdido”, y sin eso, nada funciona, “ni en la política, ni en la empresa, ni en la pareja ni en la vida”.

  Ser líder es crear una ilusión compartida. A partir de ahí emprendemos algo nuevo. No es un liderazgo de ejecución, de ponernos unos plazos, de ganar tanto dinero… No es un plan de negocio. Es ver qué tipo de sociedad queremos construir

García Martínez trata de ir cada año al encuentro con sus compañeros, que le fascina por su “dinámica colegial”, “sin competencia de quién es más o menos” pese a las personalidades ya cuajadas que allí se congregan. “Todo el mundo es accesible. Esta experiencia me ha enseñado mucho sobre humildad, a trabajar en equipo, y también he hecho muy buenos amigos en esta comunidad porque son personas que, cuando han sido muy jóvenes, han tenido carreras muy demandantes, con un impacto enorme, y entienden los desgastes personales que acarrean, los obstáculos, la ambición”, explica. 

Además del encuentro anual, tienen encuentros continentales o regionales (en África y Oriente Medio, por ejemplo), acuden a Davos cada año y en verano se citan en China, en un encuentro específico sobre tecnología. Durante los cinco años que dura el programa, acuden a hacer un curso también a la Kennedy School en la Universidad de Harvard, una de las más importantes del mundo en postgrados. El científico destaca la “fortuna” de tener a los mejores profesores del mundo y, a la vez, a los compañeros “más humanos y comprensivos”. “No digo que en todos los países tenga un amigo, pero en muchos sí, y cuando viajo los llamo, nos vemos y tenemos un encuentro. Somos gente accesible”, defiende. 

¿Para ricos?

Hablar del Foro Económico Mundial lleva a pensar en niños bien, en gente con posibles, en mucho dinero, en que no todos pueden llegar al Young Global Leaders. García Martínez asume que hay de todo, pero se pone a sí mismo de ejemplo de lo que también hay: “Yo soy de un pueblecito de La Rioja que se llama Villamediana de Iregua (8.300 habitantes). Mis padres son profesores de Secundaria. No vengo de una familia privilegiada, aunque habrá otros que sí, sin duda. Cuando me invitaron a entrar, nadie me preguntó cuánto dinero tenía, sino el potencial de lo que había hecho, mis descubrimientos, mi empresa”, describe.

“Entendiendo perfectamente que pueda haber esa percepción, hay mucho dinero allí dentro y la imagen que se proyecta desde fuera no siempre ha sido la mejor, los jets privados o lo que cuesta alojarse en Davos, por ejemplo. No es una actividad barata y allí va gente exitosa que suele tener mucho dinero, pero yo soy una persona privilegiada hoy, no lo era antes”, insiste. 

  Hay mucho dinero allí dentro y la imagen que se proyecta desde fuera no siempre ha sido la mejor, los jets privados o lo que cuesta alojarse en Davos... No es una actividad barata y allí va gente exitosa que suele tener mucho dinero, pero yo soy una persona privilegiada hoy, no lo era antes

A su entender, uno de los aciertos del proceso de selección es que “no sólo buscan gente extraordinaria, sino que quiera tener un impacto”. “Cuando dieron conmigo quizá sembraron en mí una semilla, quizá estaba antes, no lo sé, pero me ha hecho construir todo esto que ahora hago. Cuando hablo con los headhunters (cazatalentos) que ayudan al FEM en España, insisten en que los candidatos siempre tengan un compromiso social, que no estén sólo empeñados en hacer avanzar su carrera profesional, sino que quieran transformar la sociedad”, remarca. 

De hecho, no aconseja a ningún joven que se ponga la meta de entrar en este foro, porque “no funciona así”. A las generaciones que vienen empujando las animaría “a que trabajen en aquello que les apasiona, que dediquen su vida a eso, que se vive una sola vez. Nuestro trabajo puede ser una forma de realizarnos, de cambiar el mundo, y cuando uno hace cosas grandes le surgen también enormes oportunidades. A mí me pasó esto pero también presidir la Unión Internacional de Química o recibir premios”, constata. 

Ante el lamento de que faltan líderes, la pregunta es fácil: ¿cómo se potencia ese liderazgo con propósito que él y sus mentores propugnan? Medita -lo hace siempre, en cada respuesta, pero en esta aún más- y se explica: “Los cambios los hacen las personas, así que la mejor manera es proponer referentes. De la misma manera que para que haya mas diversidad debemos encontrar y proponer como modelos mujeres que trabajen en ciencia o ingenieras, cuando vemos personas que por su compromiso y forma de ser están transformando el mundo desde el propósito y la generosidad, desde el esfuerzo, hay que proponerlos como modelos”. 

Se duele, sin que haga falta citar ni uno, de los modelos que en la sociedad actual sirven de referente, así que, para cambiar la dinámica, apuesta por que se conozca “a quienes se esfuerzan, se sacrifican, son generosos, los que dan y encuentran soluciones, como una vacuna o una forma nueva de energía… Son los viejos valores que están en todas las culturas y todas las religiones del mundo. Pienso en Indira Ghandi o en Nelson Mandela, personas humildes que construyen y crean ilusiones compartidas, que sean conocidos por todos, cuanto más jóvenes, mejor. Personas que lideran incluso desde la vulnerabilidad, no desde la imposición, siempre atentos y a la escucha. Ese es el líder. Estoy convencido de que esto es así. Es lo estamos necesitando desesperadamente”.