Ucrania y la anticipada ofensiva rusa: plazos, frentes y preparativos de un momento decisivo

Ucrania y la anticipada ofensiva rusa: plazos, frentes y preparativos de un momento decisivo

Kiev insiste en que Moscú quiere adelantar su programada andanada de primavera y golpear antes de que llegue el refuerzo de armamento occidental.

Soldados ucranianos, en su posición cerca de la línea del frente en Bakhmut, Donetsk, el pasado 9 de febrero.LAPRESSE

Desde antes de que acabase 2022, se viene hablando de una "ofensiva de primavera" de Rusia en Ucrania, una especie de todo por el todo, pasado el frío, la nieve y el hielo, para avanzar en el invadido vecino. Sin embargo, el tablero está cambiando rápida y decisivamente, con la entrada en liza de nuevo armamento occidental, largamente reclamado por Kiev, como los tanques, los sistemas de misiles y de defensa antiaérea (Leopar, Abrams, Chagallenger, Patriot, MAMBA...). Eso estaría haciendo a Moscú cambiar de estrategia y adelantar sus planes, tratando de llegar al terreno antes que la ayuda aliada, que puede alterar notablemente el combate. 

Si se atiende a los avisos de Ucrania, de Naciones Unidas y de tanques independientes de pensamiento, se augura una mayor escalada en unas semanas, sea más o menos abierta la horquilla. Kiev habla directamente del 24 de febrero, cuando se cumplirá un año de la guerra y cuando el 23, además, se celebra el Día del Defensor de la Patria Rusa. Hay quien se ríe de la precisión del aviso. Hay quien recuerda que hace un año estábamos en las mismas y los espías de Estados Unidos y Reino Unido clavaron el momento. 

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, fue el primero en apuntar a ese día, en su discurso televisado del 5 de febrero. Le siguió su ya exministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, quien dijo que Rusia "intentará algo" para el aniversario de la guerra, para lo que ha movilizado ya, según sus datos, a 500.000 efectivos, no a los 300.000 que anunció con su reclutamiento del pasado septiembre. "Son muchos más", avisó. Cientos de miles de soldados rusos adicionales "están completando su entrenamiento en la frontera con Ucrania". Esta semana, otra vez Zelenski advirtió de que ya se está viviendo una escalada del conflicto en la región del Donbás, uno de los posibles frentes.

Los ucranianos no son los únicos que agitan la bandera roja apuntando a una gran ofensiva que se prepara en Moscú. Julianne Smith, embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, también lo mencionó a principios de febrero para insistir en la "urgencia" de enviar tanques a Ucrania lo antes posible para contener el asalto ruso. También lo ha hecho el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que ha advertido de que "el mundo se encamina hacia una guerra mayor", "se espera una mayor escalada" y "las perspectivas de paz siguen disminuyendo". 

Hasta el presidente ruso, Putin, ha aludido a esta posibilidad, aunque no de forma expresa. Advirtió "al Estado Mayor del Ejército que quería que los territorios perdidos por Rusia en la región de Donetsk (como consecuencia de la contraofensiva ucraniana) fueran retomados antes de marzo", afirma Sim Tack, analista militar de Forces Analysis, una empresa de seguimiento de conflictos, citado por France 24

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en EEUU, Rusia "podría emprender una acción decisiva" en breve y, en concreto, optar por una "gran ofensiva" en el este. En sus últimos informes, da cuenta de que se han detectado despliegues de nuevas fuerzas cerca de la frontera, en distintos puntos, que estarían acabando sus entrenamientos y preparándose para entrar en acción. Muchos de ellos han formado ya parte de las maniobras desplegadas en Bielorrusia en el último trimestre. Se cumple el plazo de formación óptimo que se manejaba cuando Putin desveló su "movilización parcial", tan polémica. 

La andanada lanzada este viernes contra Ucrania, en el que es el mayor ataque con misiles desde que comenzó la invasión, ha sido enarbolada por Kiev como la evidencia de lo que se viene y de la necesidad de enviar ya, cuanto antes, el material prometido, y más aún, aviones de combate, especialmente. Yurii Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea ucrania, ha denunciado que se trata de "aterrorizar" a la población, golpeando en ciudades "densamente pobladas", y llama la atención sobre el riesgo de que caigan sobre objetivos cada vez más arbitrarios, ya que Rusia está apurando cada vez más, "lanzando sus proyectiles cada vez más lejos y perdiendo precisión". 

Los frentes

Nadie sabe por dónde vendrá la nueva ofensiva. Se plantea un batalla por Lugansk, más al norte y otra por Melitopol, más al sur. El noreste se repite más en los cálculos. En cualquier caso, no hay indicios de que Rusia se esté preparando ya para lograr un avance significativo, sino bocado a bocado y si le dejan, dice el ISW. Moscú no parece estar concentrando nuevas unidades en torno a ninguna ciudad u objetivo de guerra en particular. La pelea se está recrudeciendo, pero ya desde hace semanas, en Bakhmut, además de en Vuhledar y Lyman, de manera secundaria. 

En la primera de estas ciudades, de unos 5.000 habitantes máximo cuando antes de la guerra superaba los 71.000, se están produciendo pequeños avances rusos en los últimos días. Se están llevando más soldados a ese flanco, donde Wagner lidera la ofensiva, como la que les valió la conquista de Soledar del mes pasado, la única victoria que se apunta Rusia prácticamente desde que comenzó la remontada ucraniana, en verano. El Grupo Wagner, los mercenarios de Putin, dicen que la pelea es ya calle a calle y Kiev confirma que hay días de 14 combates en su periferia. Esta es, hoy, la batalla más larga de esta guerra y es importante para Rusia en su objetivo de imponerse en todo el Donbás. Sería, además, un cambio de aires, un giro en su suerte, tras meses de pérdidas. "Son días de feroz batalla, es muy duro y muy difícil", confirma Zelenski en sus mensajes por Telegram. 

Los movimientos de tropas observados por ahora no dan crédito a la inminencia de una ofensiva en la región de Zaporiyia, que es otro de los frentes señalados por algunos analistas y donde el viernes hubo al menos 25 lanzamientos de proyectiles. Zona sensible, siempre, con la central nuclear expuesta a riesgos. Sí hay algunos movimientos en el área de Melitopol, conocidos por la Inteligencia de EEUU, pero no son importantes, al parecer, una zona importante porque se podría aislar y amenazar a la fuerza rusa en la anexionada Crimea y sus alrededores. 

Aparte de efectivos, Rusia está viendo cómo hacer frente a la llegada de carros occidentales al terreno. Necesita más artillería y, sobre todo, nuevos carros de combate, como los T-90, bastante modernos y bien dotados y que se están empezando a ver sobre el terreno, según los testimonios de soldados ucranianos recogidos sobre el terreno por medios como la BBC. Se han detectado al norte, en Kupiansk (al sur de Jarkov), hasta el sur, en Vouhledar (al sur de Donetsk). Esta zona también incluye Bakhmut, justo donde los combates son más duros. A Lugansk están llegando estos tanques y, también, paracaidistas, dice el ISW. 

Los objetivos

Algunos medios ucranianos plantean la posibilidad de que Rusia ponga toda la carne en el asador por el Donbás, para una vez controlado el este, que ya en 2014 se levanto en armas contra Kiev con rebeldes prorrusos, pueda ir a la mesa de negociaciones. Desde el principio, ha habido defensores de la idea de que Putin siempre quiso las dos provincias que lo componen, Donetsk y Lugansk, nada más, y que una vez bajo su control, no se negaría a hablar con Zelenski. Pero no piensa así la OTAN. Su secretario general, Jens Stoltenberg, ha avisado reiteradamente de que no hay indicios de que Rusia haya limitado sus objetivos militares a apoderarse de las regiones del este de Ucrania. "No hemos visto ninguna señal de que el presidente Putin haya cambiado su objetivo general de esta invasión, es decir, controlar a un vecino, controlar Ucrania. Entonces, mientras este sea el caso, debemos estar preparados para el largo plazo", repite. 

Lo que se ve es un robustecimiento de los frentes ya activos, pero no nuevos agujeros por los que atacar. Cuando comenzó la invasión, hace casi un año, los frentes abiertos en las primeras horas fueron hasta seis. Por ahora, no se espera por ejemplo que sus soldados entren desde Bielorrusia, como sí pasó en 2022. Lo que quiere Putin, a juzgar por sus movimientos, es aumentar la presión sobre la actual línea de frente. Una táctica que también va en consonancia con el objetivo de Putin de controlar la región de Donetsk para primavera. 

Y, por su parte, Ucrania lo que busca es estabilizar el frente actual, impedir nuevas conquistas, reconquistar algo si puede y, sobre todo, preparar la contraofensiva con el buen tiempo, en la que tendrá el conocimiento y los medios que ahora le faltan para dar el salto pretendidamente definitivo. Así, las fuerzas rusas tendrán dificultades para hacer dos cosas hoy contradictorias: ganar terreno para satisfacer los objetivos del Kremlin (muy humillado por anexionarse cuatro regiones sin que estén siquiera bajo su verdadero control) y, a la vez mismo tiempo, defender sus posiciones contra unos ucranianos dotados con equipos occidentales avanzados.