Una experta alerta que la guerra de Putin contra Occidente ya ha empezado en varios frentes: "Hay dos objetivos"

Las ofensivas rusas no se limitan al campo de batalla, sino que también se centran en otros objetivos, como la destrucción de enclaves de importancia a través de incendios o el asesinato de personas y figuras relevantes para conseguir la desestabilización de Occidente. 

Ejemplos de ello son, tal y como cita la autora Elizabeth Shackelford, columnista del medio 'The Korea Times', en su artículo "La guerra en la sombra de Rusia contra Occidente es más peligrosa de lo que crees", el intento de ataque cometido en junio contra un autobús en Praga, los dos "complots" descubiertos para interrumpir los Juegos Olímpicos o los numerosos incendios que han tenido lugar en comercios de países como Polonia o Lituania. 

Las autoridades alemanas y estadounidenses también descubrieron la existencia de planes para asesinar a uno de los líderes europeos de la industria armamentística, concretamente al director ejecutivo de un gran fabricante de armas alemán. Además, otro hombre fue arrestado en Polonia por "espiar un aeropuerto en nombre de la inteligencia rusa" según esta misma escritora. 

Las ofensivas y ataques indirectos o secretos también se expandieron al mundo cibernético. El año pasado, el sistema ferroviario de la República Checa fue hackeado y tuvo que ser interrumpido. Además, en Polonia, se pintaron graffitis contra la guerra y se pusieron cámaras de vigilancia en las zonas donde se transportaba y entregaba ayuda humanitaria a Ucrania. 

Todos estos ataques (y una larga lista de más ejemplos) fueron dirigidos por Rusia, según creen los gobiernos, que a la vez "está involucrada en una amplia campaña de desinformación en Europa y Estados Unidos" por medio de la propaganda y los bulos difundidos por medios de comunicación, líderes de opinión y cuentas de spam en redes sociales. 

La guerra en la sombra

Para la columnista política del medio internacional, Rusia se encuentra realizando una "guerra en la sombra" con Occidente que "ha alcanzado niveles sin precedentes". Sus objetivos son dos, afirma Shackelford, atacar a cualquier persona o entidad relacionada con Ucrania y "sembrar el caos, la animosidad y la desconfianza" en Occidente. 

De hecho, la Comisión Helsinki de Estados Unidos, acogió una audiencia sobre dichas ofensivas rusas, y, aunque "la amenaza es conocida", la mayoría evita posicionarse al respecto, ya que se encuentran distanciados sobre el método de contrarrestarlos. Mientras que algunos optan por ser moderados, ante el temor de un conflicto directo con Rusia, otros apuestan por realizar una respuesta mucho más dura.

Las razones por las que el país liderado por Putin ha tenido tanto éxito en sus ofensivas es debido a que las ha realizado siempre de forma dispersa, tanto en el tiempo, como geográficamente, lo que ha complicado a Occidente tener una percepción real de su magnitud, según explica la autora. 

Aunque parece que "eso está cambiando", después de las sanciones que Estados Unidos y Europa han impuesto a Rusia y de "un escrutinio más estricto", que ha imposibilitado muchas de las misiones de Rusia, como el movimiento de sus espías en otros países sin ser detectados, la autora finaliza su artículo concluyendo que aun así ambas potencias aún no han hallado una forma "eficaz" de responder a estas ofensivas.