La implacable respuesta de un restaurante de Santander a esta crítica en TripAdvisor

La implacable respuesta de un restaurante de Santander a esta crítica en TripAdvisor

"Le recuerdo que los camareros tuvieron que llamarle la atención cuatro veces".

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Las respuestas de hoteles y restaurantes a clientes que les critican en plataformas como TripAdvisor son cada vez más habituales. Los dueños de los negocios afilan el ingenio para intentar demostrar que las malas opiniones no tienen fundamento.

El último ejemplo lo ha dado el Restaurante La Mulata de Santander, que hace una semana dio una contundente réplica a un cliente descontento.

El local tiene buena fama en TripAdvisor. Está en la posición 31 de 607 en Santander, con 254 puntuaciones excelentes, 194 muy buenas y 26 pésimas.

Entre estas últimas, la de un comensal que tituló su crítica como “una estafa”. El cliente critica que el restaurante ha criado fama y se ha echado a dormir y que la celebración de un cumpleaños allí “no pudo salir peor”.

Se queja de que les cobraron 9,60 por el pan, que las rabas “eran de las malas”, “llenas de rebozado del que se despega nada más mirarlas”. El pulpo, subraya, tenía “un exceso de salsa considerable, no estaba terso sino como chicle, y era bastante escaso”.

“Como plato principal pedimos unas albóndigas de bonito y rodaballo al horno para tres. Lo del rodaballo fue el verdadero escándalo: nos sirvieron tres filetitos cuya suma en cantidad daría como mucho para una persona. Decir escaso es poco”, dice antes de asegurar que el pescado “estaba más hervido que hecho al horno”, “soso e insípido”.

“Me parece una estafa inadmisible. Cualquier rodaballo de piscifactoría que compres en un supermercado y hagas al horno está infinitamente más sabroso y es la mitad de barato”, zanja antes de lamentar que tiró 160 euros aguantando, además, “a camareros de actitud bastante repelente”.

Francisco B., el gerente del restaurante, ha replicado con toda contundencia recordando que los clientes pidieron “rabas de peludin que no tiene nada que ver con rabas de calamar que también están en carta, aunque son más caras”.

“Las raciones de pescado son siempre de por lo menos 1/2 kg y su Rodaballo pesó 1,5 kg para tres comensales. No sé como sabe ese Rodaballo que compra usted de piscifactoria; los nuestros son siempre salvajes”, prosigue.

Pero el remate viene después, cuando defiende que los camareros son “unos grandes profesionales” y como si fueran de su familia.

“Le recuerdo que esos camareros ‘repelentes’ tuvieron que llamarle la atención cuatro veces porque los niños estaban tirados por el suelo y corriendo por el comedor, que como recordará, estaba lleno”, escribe el propietario del negocio, que añade: “También le recuerdo que estuvieron toda la comida discutiendo entre ustedes”.

“La verdad que pienso que 156,24€ con una botella de reserva y lo contado anteriormente me parece una ganga”, zanja.