Las piedras que quedan en el camino del rescate del acuerdo nuclear con Irán

Las piedras que quedan en el camino del rescate del acuerdo nuclear con Irán

Tras el pacto de 2015 que dio paz al mundo, regulando las investigaciones atómicas de Teherán, Trump se salió en 2018 y desde entonces el desencuentro es permanente.

Aunque la reactivación del acuerdo de 2015 que bloqueó que Irán pudiera hacerse con armas atómicas parece más cerca que nunca, varios temas siguen obstruyendo que Washington e Irán den otra oportunidad a cerrar un conflicto que arrancó en 2002, cuando se reveló que Teherán tuvo un nuclear clandestino.

El pacto de julio de 2015, denominado JCPOA en sus siglas inglesas, llegó tras más de dos años de arduas negociaciones entre Alemania, Francia, Reino Unido, EEUU, China y Rusia, e Irán. Su resultado: Teherán limitó su programa nuclear y lo puso bajo vigilancia de la ONU, a cambio del levantamiento de sanciones estadounidenses e internacionales que lastraban su economía.

En 2018, el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, retiró a su país del acuerdo y comenzó a reimponer sanciones, ante lo que Irán, un año después, aceleró su programa atómico más allá de los límites que le permite el JCPOA, hasta estar ahora a un paso de poder fabricar un arma atómica.

Tras la victoria del demócrata Joe Biden en la presidenciales de 2020, Washington está dispuesto a intentar resucitar al acuerdo.

El pasado 8 de agosto, la Unión Europea (UE), en su papel de coordinadora, dio por terminadas las negociaciones tras 16 meses de intermitentes contactos, y presentó una propuesta de acuerdo para que todas las partes dijeran sí o no. Seis días después, Irán dio una respuesta en la que sigue planteando que hay temas por tratar, pese a que la UE insistió en que ya se ha negociado todo lo que se podía negociar. Estados Unidos aún no ha reaccionado a esa respuesta.

Estos son los principales obstáculos para que Irán y EEUU vuelvan plenamente al JCPOA.

Sospechas sobre Irán 

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) lleva desde 2018 intentando recibir una explicación convincente sobre el origen de restos de uranio procesado en tres instalaciones que Irán nunca declaró como parte de su programa atómico. Eso podría indicar que hubo actividades secretas.

Durante la negociación del JCPOA, Irán ha exigido que esa investigación se archive antes de la aplicación de ningún acuerdo, ya que mientras siga abierta, EEUU podría usarla para solicitar la reimposición de sanciones al entender que Teherán no cumple.

Según algunos medios, la propuesta presentada por la UE incluye una referencia a esa exigencia iraní, planteando que si Teherán da respuestas que satisfagan al OIEA, el resto de países solicitarían que se cerrara la investigación.

Sigue sin estar claro si Irán ha renunciado a esa exigencia o acepta la propuesta de la UE.

Ya en el año 2015, el OIEA concluyó que Irán tuvo un programa para fabricar armas atómicas hasta 2003, y que algunas actividades, si bien puramente teóricas, continuaron y finalizaron en 2009.

Exigencia de garantías 

Para evitar que Estados Unidos vuelva a abandonar el pacto y a imponerle sanciones, Irán reclama garantías vinculantes de que seguirá disfrutando de los beneficios económicos previstos para su economía, sobre todo en la venta de petróleo y la liberación de activos congelados.

Seyed Mohammad Marandi, un asesor del equipo negociador iraní, ha señalado a la emisora CNN que Irán quiere “que las empresas que inviertan en Irán (...) no se sientan amenazadas”.

El tema es complicado porque el JCPOA es un acuerdo político, no un tratado internacional, y Biden no puede dar garantías sobre lo que puedan hacer sus sucesores.

Además, Irán plantea que si EEUU abandona de nuevo el acuerdo, reactivará el enriquecimiento de uranio a los niveles actuales.

“Los iraníes quieren que el acuerdo quede protegido”, señaló Marandi, quien señaló que el objetivo es que a EEUU “le salga caro” abandonar el pacto de nuevo.

Uranio enriquecido

El JCPOA impuso que, hasta 2030, Irán no podía acumular más de 300 kilos de uranio enriquecido al 3,67 %.

Desde que comenzó a saltarse ese límite, Teherán ha acumulado 3.491 kilos de ese combustible nuclear, más de la mitad por encima de ese 3,67 %, e incluso 43 kilos al 60 %, por debajo del 90 % necesario para alimentar un arma, pero a sólo un salto de ese nivel.

Los límites que impuso el JCPOA buscaban que Irán necesitara al menos un año para hacerse con el arma atómico, dando tiempo a la comunidad internacional a reaccionar.

Ese plazo es ahora de días o semanas y sería de unos seis meses si se restaura el acuerdo, según reconoció el pasado mayo Robert Malley, enviado especial de EEUU para Irán.

Incluso si Irán se deshace de ese material, el conocimiento y la tecnología acumulada, que podría usarse en fabricar armas atómicas, no pueden ya borrarse.

Organización terrorista 

Uno de los asuntos que, aparentemente, ha dejado de obstaculizar el acuerdo es la exigencia de Irán de que EEUU retirara a la Guardia Revolucionaria de su lista de organizaciones terroristas. Ese asunto, según fuentes de la UE, será debatido por los dos países cuando retomen sus contactos diplomáticos directos.