Alertan del fin de la patata española

Alertan del fin de la patata española

Los datos de la última década son muy preocupantes: se ha perdido más de la mitad de las hectáreas dedicadas a su cultivo en quince años.

Varias cestas con patatasTONO BALAGUER

Uno de los productos estrellas en cualquier cocina española -aunque podría decirse del mundo- es la patata. Su versatilidad, utilidad y bajo coste, la han convertido durante siglos en uno de los alimentos más recurrentes en infinidad de platos cotidianos debido a su gran aporte energético y beneficios que tiene su consumo.

Por ello, en España históricamente ha sido una hortaliza con gran peso en el mundo agrícola, al que hasta hace unos quince años, se le dedicaban unas 200.000 hectáreas, mientras que ahora ese espacio se ha reducido a 8.000 hectáreas. Este es el principal problema al que se enfrenta la patata española.

Según informa Alberto Duque, con una experiencia de 30 años en el sector, a El Español, la patata española se encuentra en un momento muy delicado debido a las dificultades y al encarecimiento de los costes. En este sentido, las variedades de patata que desde siempre se han cultivado en España, como la noha, soprano, la agria, etc. están viendo como son reemplazadas a un ritmo vertiginoso por las patatas de terceros países en los que los costes de producción son muy inferiores.

Concretamente, Duque señala a la patata egipcia como la principal enemiga de la española. Esto ocurre fundamentalmente porque, mientras que en España se necesitan unos 14.000 euros para producir una hectárea, en Egipto el precio es muy inferior: 5.000 euros.

Esta disminución en los gastos también se aprecia de forma evidente en el salario que perciben los jornaleros Mientras que en España se pagan de media unos 80 euros al día, en Egipto tan solo se pagan 4, lo que supone una diferencia abismal y que se ve reflejada en los márgenes de beneficios de unos y otros.

Holanda, el principal beneficiado de la patata egipcia

Este asunto supone un problema serio para los agricultores de patatas en España, sobre todo en Andalucía, Murcia y Castilla y León, regiones en las que la patata es un producto muy recurrente para sembrar.

En este sentido, Duque asegura que "cada año está bajando la producción de patata en nuestro país por la competencia con Egipto y porque los costes económicos son muy altos". Esto lo ha experimentado él en primera persona, al tener que reducir su producción de patatas de 20 a 9 hectáreas.

Además señala que el principal problema se encuentran en las "grandes empresas, holdings y brokers de Holanda que han invertido en Egipto para producir patata que comercializan por toda la UE" y contra los que no se puede competir a título particular, ya que cuentan con un gran respaldo financiero.

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Según informó los neerlandeses cuentan con unas 30.000 hectáreas dedicadas a la siembra de la patata en el país africano, y que una vez cosechadas, se trasladan por mar en barcos cargados de contenedores, hasta el puerto de Ámsterdam", desde donde las llevan a las grandes superficies comerciales de toda Europa en camiones frigoríficos.