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Mikel Ayestaran: "Lo que estamos viendo en Gaza es una animalización absoluta del ser humano"

Mikel Ayestaran: "Lo que estamos viendo en Gaza es una animalización absoluta del ser humano"

El periodista experto en Oriente Medio lanza su nuevo libro 'Historias de Gaza'. En él, pone el foco en las víctimas de uno y otro lado: "Israel continúa con un marcado victimismo después de más de 50.000 muertos en Gaza, la mayoría mujeres y niños".

El periodista Mikel Ayestaran.CEDIDA

Mikel Ayestaran (Beasain, Guipúzcoa, 1975) es uno de los periodistas españoles que mejor conoce la situación en la que se encuentra Oriente Medio. Tanto en sus libros como en sus crónicas, ha sabido contar con un lenguaje muy cercano un conflicto que con el pasar de los años sigue asombrando.

En sus planes no entraba ni mucho menos un ataque de Hamás como el que perpetró en Israel el 7 de octubre de 2023. Se enteró porque un amigo suyo le llamó por teléfono. No dudó en encender la televisión, entrar en la red social X y permanecer atento ante lo que estaban viendo sus ojos: "Esta vez fue Hamás la que tiró la primera piedra y lo hizo de una forma muy dura. Esto no tiene nada que ver con lo que habíamos visto antes".

560 días después, la respuesta de Israel y de su presidente, Benjamín Netanyahu, la sigue viviendo y sufriendo de primera mano la población de Gaza. Con más de la mitad de Gaza ocupada por las tropas israelíes, Ayestaran comparte en Historias de Gaza el relato de las personas que habitan en "una prisión a cielo abierto".

Mientras todo el mundo sigue hablando de los nombres propios, el periodista vuelve a contar con todo lujo de detalle el sentir de la gente de a pie. Como el miedo de Fahe, su conductor habitual en Tel Aviv, tras el ataque de Hamás. "Era la primera vez que realmente los israelíes se habían sentido vulnerables", defiende.

Pero Mikel Ayestaran también pone el foco en lo que están viviendo los gazatíes. Cree que "vamos hacia una Gaza invivible" y avisa de que las que decenas de miles de víctimas "no son ni números ni cifras". "Lo que estamos viendo es una animalización absoluta del ser humano. Esto no tiene nada que ver con lo que habíamos visto hasta ahora", razona.

Vamos al inicio de la escalada. ¿Cuál fue tu primera reacción al enterarte de que Hamás había atacado Israel?

La primera reacción fue de incredulidad. Recibí una llamada de teléfono por parte de un amigo palestino para decirme lo que estaba pasando. Era muy confuso al principio. Me enteré por esta llamada y me conecté a diferentes canales de televisión, enchufé mi tuitline a ver qué decía la gente y es cuando te das cuenta de que ha pasado algo extraordinario. Nadie se lo podía imaginar. En un primer momento, no sabíamos cuál era la magnitud y ya con el paso de las horas nos dimos cuenta de que aquello era muy gordo. Fue una sorpresa total.

Sin comparar ambos conflictos, se produjo en un momento en el que todo el mundo empezaba a ‘normalizar’ lo que estaba pasando en Ucrania…

Cada uno tiene su timing. Estos dos conflictos no están muy relacionados, pero cuando estaba uno perdiendo tirón informativo, vino este. Y lo que pasa, además, es que cada vez que Gaza ruge, eclipsa a todo lo demás. No importa lo que esté abierto. Es uno de los conflictos más mediáticos que conozco.

Destacas con claridad que lo que ocurrió el 7 de octubre no es algo nuevo y que fue un punto y seguido en la guerra en Oriente Medio…

Sí, esa es la tragedia de todo esto. Al final te das cuenta de que van llegando a acuerdos entre las dos partes, cuando hay un estallido de violencia, pero es, solamente, una tirita, un pequeño paréntesis hasta el próximo. Y no sabes la magnitud del próximo. Siempre estamos a la espera del siguiente y ahora va a pasar lo mismo. No veo ninguna intención de que tras lo ocurrido el 7 de octubre se vaya a llegar una solución al conflicto. Otra vez están apostando por aunar fórmulas del pasado que no funcionan. Aquí hay un problema que tienen que resolver. Hay un conflicto. Tienen que llegar a un acuerdo y para llegar a él necesitas líderes fuertes, no líderes cobardes.

Hoy he leído un dato que hablaba de que el 70% de Gaza es inaccesible. ¿Vamos a la desaparición de Gaza como pueblo?

Lo que hemos visto en este último año y medio va en esa dirección. Vamos hacia una Gaza invivible. Con los datos que tenemos en la mano y el tipo de operación que está realizando Israel de ataques sistemáticos contra todo lo que son núcleos urbanos, infraestructura de todo tipo… Nos hemos habituado a los ataques a los hospitales, a las escuelas, a las plantas desalinizadoras, acuíferos. Objetivos que están totalmente lejos de lo que podrían ser objetivos legítimos dentro de una guerra. Creo que el objetivo es ese, hacer de la Franja un lugar invivible para intentar que en el futuro próximo haya la menor cantidad de gente posible.

¿Crees que Israel ha aprovechado este atentado para perpetrar unos planes que llevaban tiempo en el tintero?

Creo que lo que estamos viendo ahora, a diferencia con lo que hemos visto en anteriores operaciones de Israel, es que quién ha tirado la primera piedra ha sido Hamás. En las ofensivas fuertes de 2008, 2012 y 2014 que recojo en el libro, lo que tenían en común es que había sido Israel el que tiró la primera piedra. Esta vez fue Hamás y lo hizo de una forma muy dura. No tiene nada que ver con lo que habíamos visto antes. Yo no hablaría de una hoja de ruta previa al 7 de octubre, diría que se genera una nueva desde aquel día. Una venganza de tintes bíblicos, como anunció el propio ‘Bibi’ (Benjamín Netanyahu). Ahora ya no hay ningún tipo de línea roja.

  Foto de Mikel AyestaranCEDIDA

En el libro hablas de que cuando aterrizaste en Tel Aviv viviste una situación que no habías vivido con tu conductor habitual, Fahe, sobre su seguridad. ¿Qué percepción has tenido durante tu visita a Israel?

Por primera vez veía esa percepción de tanto miedo. Quieras o no, al final, la desproporción de fuerzas entre un lado y otro es incomparable. Era la primera vez que realmente los israelíes se habían sentido vulnerables. Les había fallado el megasistema de seguridad que habían creado y, en esos primeros momentos, tenían miedo de que hubiera milicianos infiltrados. Había una situación de paranoia. Es una de las consecuencias más graves. Esa sensación de sentirte vulnerable en tu propia casa, por un enemigo que sabes que es infinitamente inferior a ti. Fue algo nuevo.

Era la primera vez que los israelíes se habían sentido vulnerables. Les había fallado el megasistema de seguridad que habían creado

Hablemos de Benjamín Netanyahu, ¿qué opinión tienes de un líder que tiene una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad?

‘Bibi’, ante todo, es un monstruo de la política de Oriente Medio. En la era actual que estamos viviendo de líderes narcisistas, egocéntricos y tan autoritarios, juega en esa liga. En ese club tan selecto de los Trump, Putin, Orban. Estamos ante una persona que estaba obsesionada con pasar a la historia con ser el primer ministro de Israel con más tiempo en el cargo. Y va a pasar a la historia, para su desgracia, como el primer ministro que estaba en el poder el sábado negro, en el brutal ataque de Hamás del 7 de octubre. Por eso es el más interesado en que esta guerra no pare. Quiere seguir para evitar que se pare todo y se investigue, porque él es el máximo responsable en ese momento.

Uno de los principales apoyos incondicionales ha sido el de la Casa Blanca. ¿En qué lugar queda EEUU en todo esto?

Es básico. Para EEUU, Israel es política doméstica, no es política internacional. La estrella de David es una estrellita más dentro de la bandera estadounidense y es la que más brilla. No importa el que sea el inquilino de la Casa Blanca. La política de EEUU es una política de la mano de Israel. En el caso de Trump se dan otras circunstancias. Es impredecible, pero en Oriente Medio, va de la mano con Netanyahu. En su primer mandato, reconoció la soberanía israelí sobre los Altos del Golan, concedió la capitalidad indivisible de Jerusalén para el Estado judío y, en este segundo mandato, va a haber dos cosas fundamentales: este plan para hacer una riviera en Gaza y el reconocimiento de Israel sobre Cirsjordania. Van de la mano, totalmente.

De hecho, el propio Trump ha compartido imágenes con inteligencia artificial con sus planes de futuro en Gaza…

Esto es un plan, negro sobre blanco, que ha presentado Trump y al Gobierno ultranacionalista israelí les parece muy bien. Aquí hay una cosa que choca y es que Gaza no forma parte del ideario del Gran Israel. Lo que pasa es que, para los ultranacionalistas, como ya tienen ahí colonias, quieren volver a recuperarlas.

¿En qué lugar queda la población palestina?

Ha quedado en una especie de sándwich entre los milicianos de Hamás que están en los túneles y el ejército de Israel que está tirando con todo, por tierra, mar y aire. En este caso es brutal. No son ni números ni cifras. Lo que estamos viendo es una animalización absoluta del ser humano. Esto no tiene nada que ver con lo que habíamos visto hasta ahora.

¿Es la palabra paz una utopía en Oriente Medio?

Yo no la utilizo. En este conflicto, yo estoy con la opinión de muchos expertos y analistas que dicen que no se puede hablar de paz mientras haya ocupación. Se puede hablar de acuerdos, de alto el fuego, de más cosas, pero paz es demasiado. Una palabra demasiado fuerte como para malgastarla en este conflicto. Tarde o temprano caerán las armas, como pasa siempre, pero eso no va a traer el final ni mucho menos.

Uno de tus anteriores libros se titula ‘Oriente Medio, Oriente roto’. ¿Crees que habrá alguna opción futura de tener un Oriente recuperado?

Creo que va a ser muy difícil mientras haya ocupaciones. El ministro israelí ha dicho que la ocupación en Gaza ya es del 70% y que va a ser indefinida. Mientras haya este tipo de situaciones, va a ser muy complicado. Tienen que resolver los problemas de otra forma. Va a haber picos, en diferentes grados, pero esto se va a mantener. El conflicto se va a perpetuar, no se va a solucionar.

En todos estos años, desde aquel libro al nuevo, ¿cómo ha cambiado tu perspectiva del conflicto en Oriente Medio?

(Resopla) En todo este tiempo han pasado muchas cosas… Echando la vista atrás, yo sí pensaba que ofensivas como la de 2014 en Gaza sería un punto de inflexión cambiarían las cosas. Pero me he dado cuenta de que las cosas no solo no han cambiado, sino que han ido a peor. Con lo cual, con el paso de los años te vuelves más realista, pierdes el optimismo y el pesimismo. Ves las cosas de una forma más real. Te das cuenta de que mientras Israel tenga este apoyo militar y diplomático por parte de EEUU no hay vuelta. No estamos en esa dirección. Todo lo contrario.

Tengo en el recuerdo de cómo hace una década en los informativos se hablaba de la situación en Oriente Medio. Noticias nada positivas. Pero miraba a la gente de mi alrededor y casi nadie le prestaba atención. ¿Crees que puede ser un símil de cómo se ha actuado con Gaza y Oriente Medio desde el principio?

Yo creo que estamos un poco aburridos, hastiados, de este tema. Yo lo califico como la tumba del periodismo. Lo hemos contado por todos los formatos posibles. En documentales, revistas, reportajes, en la radio, televisión, en todos los lados y hasta que uno no va ahí y lo ve en directo no se da cuenta de la magnitud que está pasando. Por ahí hemos pasado periodistas de todo tipo y se ha producido ese hastío informativo. Pero hay una cosa curiosa que hay que decir. Israel sigue siendo una isla en Oriente Medio. Puedes ir y trabajar. Si te fijas en sus vecinos, son países en los que, como periodista extranjero, es muy difícil trabajar. Mi conclusión es que nos dejan trabajar porque les da igual lo que tú digas. Ellos van a seguir adelante con su agenda y están por encima de lo que tú puedas decir o denunciar.

Israel va a seguir adelante con su agenda y está por encima de lo que
 tú puedas decir o denunciar

¿Qué papel crees que debería tener Europa en Gaza?

Hasta el momento, tenemos un papel testimonial. Somos testigos de lo que está pasando. Se emiten mensajes de consternación, alguno de condena, con alguna palabra más fuertes que la otra. No se toman acciones. Cuando veo que España reconoce el Estado palestino, dices, pero ¿dónde? No hay posibilidad física, ahora mismo, de hacer un Estado palestino, si tú no adoptas unas medidas concretas que obligan a Israel a dar marcha atrás en la ocupación. Cuando Rusia invade Ucrania, se tomaron medidas contra los rusos. Aquí no pasa nada. Al contrario, es alfombra roja para todos los dirigentes israelíes. Si no tienes una voluntad política, las cosas van por el camino que van. Es una pena y una gran desconexión entre nuestros políticos y nuestras calles. En nuestras calles, sí hay un movimiento de solidaridad muy fuerte. Es imposible que haya paz si no hay justicia.

Ahí también tienen que ver los intereses comerciales…

Creo que, sobre todo, entra también el peso de la culpabilidad histórica. Francia o Alemania nunca van a adoptar medidas sancionadoras contra Israel. Es un momento en el que se pueden adoptar medidas contra este Gobierno. Medio país está contra él. Parece que, si adoptas medidas contra el Gobierno de Israel, son contra el Estado judío y no es así. Si repasas la propia hemeroteca de los periódicos israelíes, te das cuenta de cómo ha llegado al poder un Gobierno en manos de fundamentalistas religiosos y de ultranacionalistas sionistas de lo más radical y racista que te puedes echar a la cara. Y, sin embargo, no hay ningún cambio.

Y el año que viene hay elecciones en Israel. ¿Cuál puede ser el devenir?

El sistema político que tienen es de alianzas. Ahí es donde ‘Bibi’ se mueve muy bien. Ha trazado esta alianza con la extrema, extrema, extrema, extrema, extrema, extrema derecha. No solamente en Israel, vemos cómo a nivel global está avanzando. Netanyahu tiene una mayoría sólida en la Cámara. Si no cambian muchísimo las cosas, podría seguir repitiéndolas. Hay una minoría minoritaria de judíos de izquierdas. Como tienen este sistema de alianzas, ‘Bibi’ es muy astuto. Es un superviviente. Necesita seguir en el poder por todos los casos de corrupción que tiene abiertos.

Otro de los aspectos importantes es la propaganda por parte de Israel en redes sociales...

Tienen una lucha por el relato muy fuerte. Desde que empieza el 7 de octubre y hasta hoy, ponemos las víctimas de uno y otro lado, el punto esencial, y ellos (Israel) siguen mostrándose como las víctimas. Israel sigue un marcado victimismo después de más de 50.000 muertos en Gaza, la mayoría mujeres y niños. Tienen un impacto muy fuerte, pero la gente ya se ha dado cuenta de que se han traspasado todos los límites.

Se habla mucho de lo que hay alrededor y nos olvidamos a veces de lo más importante, que son las víctimas…

Es interesantísimo poder ir a Israel y trabajar con esas familias de los rehenes que están en Gaza. Eso es clave. Pero ¿por qué no podemos trabajar con los 50.000 del otro lado? Si hablamos de víctimas, vamos a hablar de todas las víctimas.

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Sergio Coto es redactor en El HuffPost. Nació en Madrid, en 1995, y estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar a El HuffPost, trabajó como redactor en '20 Minutos', 'El Mundo', 'La Sexta', 'Bankinter' y 'El Plural'. Puedes contactar con él en sergio.coto@huffpost.es