¿Serán suficientes estos ataques quirúrgicos para detener a los hutíes?

¿Serán suficientes estos ataques quirúrgicos para detener a los hutíes?

Los hutíes, armados, entrenados y provistos de inteligencia por parte de Irán, se han mostrado cada vez más desafiantes.

Sala de operaciones del HMS Diamond, de Reino Unido, durante el ataque de anoche en el mar Rojo.UK Ministry of Defence via AP

Estados Unidos ha confirmado esta noche que ha lanzado una acción militar conjunta, con apoyo de varios países, contra los rebeldes hutíes de Yemen, tras el aumento de ataques de estos contra embarcaciones en el mar Rojo, una respuesta a los ataques de Israel sobre Gaza que dejan ya más de 23.000 muertos.

El presidente norteamericano, Joe Biden, ha explicado en un comunicado que bajo su dirección las fuerzas militares estadounidenses, junto con el Reino Unido y el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos, se han llevado a cabo con éxito ataques contra varios objetivos en Yemen utilizados por los rebeldes hutíes. Golpes quirúrgicos que son un aviso claro para que paren la presión en un cuello de botella por el que pasa entre el 10 y el 15% del comercio mundial. 

La pregunta es: ¿van a parar los hutíes tras esta andanada? Los planificadores militares de los países occidentales que han dado el paso seguro que tendrán la esperanza de que así sea, de haber cumplido con el propósito de disuadir a los grupos armados de nuevos ataques, pero eso, a estas alturas de partido, o sea, de crisis en Oriente Medio, parece poco probable.

Los hutíes, bien armados, entrenados y provistos de inteligencia por parte de Irán, se han mostrado cada vez más desafiantes. Han logrado presentarse con éxito como defensores de Hamás y la causa palestina y como adversarios de Israel, algo que encaja bien con la opinión popular árabe, sobrepasada por el grado de aniquilación que se ve en la franja de Gaza. Los Gobiernos de la zona no están logrando frenar la ofensiva de Tel Aviv, ni siquiera se alcanza un alto el fuego temporal que permita la entrada de ayuda humanitaria. 

Más allá de la postura de defensa de una parte, están obviamente los intereses de los hutíes y su patrocinador, Irán. La suya no es una postura que se abandone a la ligera. Cuando en abril de 2015 los saudíes comenzaron su campaña aérea contra la toma ilegal del poder por parte de los hutíes en Yemen, confiaban en que la guerra terminaría a finales de año. Y aquí estamos, en 2024. 

Casi una década después, los hutíes están más firmemente arraigados que nunca. Han visto reforzado su sentido de desafío e impunidad. Es de esperar que EEUU y sus aliados buscarán que esta sea una campaña corta, limpia, con una pérdida mínima de vidas, que paralice sus planes, pero los hutíes pueden tener otros planes. La situación es absolutamente abierta, volátil. 

De dónde vienen

Los hutíes son un grupo armado de una secta de la minoría musulmana chiíta de Yemen, los zaidíes. Toman su nombre del fundador del movimiento, Hussein al Houthi. Conocido formalmente como Ansar Allah (Partidarios de Dios), el grupo se formó en la década de 1990 para combatir lo que consideraban la corrupción del entonces presidente, Ali Abdullah Saleh.

El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, respaldado por el ejército de Arabia Saudí y con ayuda de Emiratos, intentó eliminar a estos rebeldes, pero los hutíes los repelieron a ambos, enquistando el conflicto, parido al calor de las Primaveras Árabes. Así, los hutíes llevan librando una guerra civil abierta desde 2014 contra el Gobierno de Yemen. A principios de 2022, la guerra había causado unas 377.000 muertes y desplazado a cuatro millones de personas, según la ONU.

A la hora de pelear, sigue el modelo del grupo armado chiíta líbanes, Hezbolá, con quien tienen una relación estable: les ha proporcionado amplia experiencia y entrenamiento militar desde hace una década casi, según el Combating Terrorism Center de Estados Unidos. 

Los hutíes también consideran a Irán como un aliado, porque Arabia es su enemigo común. Es la alianza más peliaguda, porque se sospecha que Teherám suministra armas a los rebeldes y, dice Washington, la inteligencia iraní es fundamental para permitirles atacar barcos. "Sabemos que Irán estuvo profundamente involucrado en la planificación de operaciones contra buques comerciales en el Mar Rojo", dijo la portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson. "Esto es consistente con el apoyo material a largo plazo de Irán y su estímulo a las acciones desestabilizadoras de los hutíes en la región".

A los hutíes se les considera directamente parte del "Eje de Resistencia" liderado por Irán contra Israel, Estados Unidos y Occidente en general, junto con Hamás y Hezbolá, más milicias armadas chiitas de Irak, Afganistán y Pakistán y el régimen de Siria. Muchos flancos distintos, todos activados desde que comenzó la guerra en Gaza, que hacen temer al mundo una internacionalización de la contienda inmediata, que EEUU ha intentado evitar con una intensa labor diplomática, pero que por ahora no ha dado resultado. 

Estados Unidos y Arabia Saudí denuncian públicamente que Irán ha suministrado los misiles balísticos que los hutíes dispararon contra la capital saudí, Riad, en 2017, pero que fueron derribados. Riad también culpó a Teherán de aportar los misiles de crucero y los drones que los hutíes utilizaron para atacar las instalaciones petroleras sauditas en 2019.

Los hutíes han disparado decenas de miles de misiles de corto alcance contra Arabia y también han atacado objetivos en los Emiratos Árabes Unidos. También han disparado misiles balísticos y drones hacia Israel desde el inicio de la guerra en Gaza, sin consecuencias. 

El suministro de estas armas violaría un embargo de armas impuesto por la ONU, pero los ayatolás niegan estar detrás de las entregas. 

El papel de Irán

Pese a la ligazón de los hutíes con el régimen de los ayatolás, Irán insiste en que no tiene relación con los ataques que se están llevando a cabo en el mar Rojo. La sensación es de que no quiere una escalada del conflicto, como no la quiere Washington, por lo que su papel será esencial para que los hutíes paren o no. ¿Harán la guerra por su cuenta? ¿Hasta dónde estirarán la cuerda? ¿Pueden parar a tiempo su presión? 

Los medios de EEUU han vuelto a citar a funcionarios que dejan claro que ven a Irán como quien mueve los hilos en esta reciente ola de ataques.  "Han proporcionado información e inteligencia a los hutíes. Les han proporcionado las mismas capacidades que han utilizado para llevar a cabo estos ataques", afirmó un alto funcionario de la administración estadounidense en una llamada a medios como el New York Times y la BBC.  "Creemos que ciertamente han estado involucrados en cada fase de esto", afirma el funcionario.

Pero hay un énfasis diferente en los mensajes desde arriba. En particular, el anuncio del ataque del presidente Biden no mencionó a los iraníes. Ni por asomo. Parece que está evitando señalar con el dedo a Teherán, en el calor de este momento. Mucha prudencia será necesaria para que el desbordamiento no vaya a más. Lleva meses intentando evitar la propagación de la guerra en la región pero ahora estaba en juego la credibilidad de su ejército en la región y había que dar el paso, dicen los funcionarios. 

De momento, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Nasser Kanani, ya ha condenado los ataques de esta noche como una "clara violación de la soberanía y la integridad territorial de Yemen" y una violación del derecho internacional. "No tendrán más resultado que alimentar la inseguridad y la inestabilidad en la región", afirmó en un grupo de Telegram. 

El golpe se centró únicamente en los rebeldes hutíes y en un ataque "dirigido" que, según el Pentágono, tiene como objetivo degradar y alterar sus capacidades; hay más pruebas de que esto es parte de una apuesta calculada que intenta disuadir de más ataques hutíes pero evitar a la par un mayor estallido en la región. Nadie sabe aún si ese enfoque puede funcionar y ahora está por determinar la respuesta, que depende también de la magnitud del daño infligido sobre el terreno, aún desconocido. 

La primera reacción de los hutíes ha sido confirmar que los ataques seguirán y que sus agresores lo pagarán. Pinta feo.