Todo lo que está mal del discurso de Rubiales

Todo lo que está mal del discurso de Rubiales

El presidente de la RFEF se ha negado a dimitir, ha hablado de "falso feminismo" y de que es víctima de un "asesinato social".

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis RubialesRFEF/EFE

Un golpe de efecto en el último momento y repetido, por si no quedaba claro, hasta en tres ocasiones: "No voy a dimitir". Después de rumores de renuncia, Luis Rubiales ha negado su dimisión este viernes en la Asamblea Extraordinaria de la RFEF con un duro discurso en el que ha cargado contra un "falso feminismo", ha asegurado vivir una "cacería" y un "asesinato social" y ha recalcado que el beso forzado con Jenni Hermoso fue "consentido".

El discurso ha levantado a todas las jugadoras de la seleccióny también a las 15 que se rebelaron contra Vilda y la RFEF en septiembre de 2022— así como a jugadores masculinos de primera división como Héctor Bellerín o Borja Iglesias, que se han negado a volver a ser convocados por la escuadra nacional y a equipos de fútbol como el FC Barcelona. 

Su contundente mensaje, en el que ha llegado a amenazar con tomar medidas legales contra ministras de Podemos como Ione Belarra o Irene Montero, ha llegado tras unos días en los que Rubiales se ha visto acorralado por la FIFA, por el CSD y el Ministerio de Cultura y Deporte.

No se trata del primer escándalo del presidente de la RFEF, previamente ya investigado por amaño de partidos o por el escándalo del negocio de la Supercopa en Arabia Saudí junto a Gerard Piqué. Pero sí el primero que ha logrado que se plantee su cese. Tras la negativa a abandonar el cargo, la Fiscalía ha mandado a la Audiencia Nacional la denuncia del beso forzado de Rubiales a Hermoso.

El discurso, cargado de puyas hacia el movimiento feminista y con comparaciones como que el "pico, que no beso" que le dio a Hermoso se lo podría haber dado a sus hijas, culminó con un ascenso económico al seleccionador Jorge Vilda, a quien iba dirigido su gesto de agarrarse "los huevos" en la celebración en el palco. También para la segunda entrenadora Montse Tomé como directora deportiva de la selección femenina. Todo regado de aplausos de la mayoría de asistentes, especialmente del seleccionador masculino Luis de la Fuente y de Vilda. 

Estas son algunas de las frases (e ideas) del bronco discurso de Rubiales que demuestran que queda mucho por hacer en pedagogía feminista.

El consentimiento y el deseo, dos ideas diferenciadas

"Quien vea el vídeo entenderá que ante 80.000 personas, ante millones de personas de manera televisada, ante toda la gente que había ahí, entre ellas parte de mi familia, mis hijas, el deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo que podía tener dándole un beso a una de mis hijas. Ni más ni menos", ha empezado diciendo el presidente de la RFEF.

Rubiales ha seguido su justificación haciendo una supuesta recreación de los hechos: "En el momento en el que apareció Jenni, me levantó ella a mí del suelo, que casi nos caemos, y al dejarme en el suelo, nos abrazamos. Ella fue la que me acercó a su cuerpo. Nos abrazamos, le dije 'olvídate del penalti, has estado fantástica y sin ti no hubiéramos ganado este Mundial'. Ella me contestó 'eres un crack'. Le dije '¿un piquito?' y ella me dijo: 'vale".

Sin embargo, basta con tener los conceptos básicos de feminismo para entender que la relación de poder entre Rubiales y Hermoso no hace que el símil sea válido así como el contexto en el que tuvo lugar. 

Marina Cortijo, presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes, recuerda que "muchas veces el consentimiento se entiende como ‘ella lo ha admitido". "El entorno puede estar viciado como es el caso, por una exposición pública y un contexto en el que tenía nada menos que a la infanta y la reina al lado", recalca. "Los consentimientos están totalmente viciados y el verdadero consentimiento aquí son las palabras de la mujer, que dijo que no quería y que no lo deseaba. El consentimiento puede estar viciado, pero el deseo es intrínseco a las personas", añade.

Sara Vélez, de la consultora de formación feminista Equipo Ágora, coincide con ella. "Este señor puede ser un peligro saliendo de fiesta si no es capaz de reconocer lo que es una situación de abuso de poder y una agresión sexual", sentencia. "Estoy alucinada con el machismo de este señor para ser capaz de ver que no ha hecho absolutamente nada malo en su comportamiento. Además con esa agresividad a la hora de intentar mantener su posición en lugar de admitir que se ha equivocado, me parece brutal", añade.

La ley del solo sí es sí establece que si no hay consentimiento —como manifestó Hermoso tras el incidente en el vestuario y como hizo días después a través de un comunicado— se trata de una agresión sexual. "El beso lo está dando una persona en una posición de superioridad laboral con respecto a la otra", explicó María del Prado Escoda, coordinadora de la Comisión de Violencia de Género de Juezas y Jueces por la Democracia, a la agencia EFE.

"No solo es violencia sexual, también es una violencia y un abuso de poder. No se debe poner el foco en la víctima, en si quería o no quería, sino en él, que es quien no hubiera tenido que dar ese beso a una persona en un plano inferior sin tener claro si ella realmente quería", añadió en la magistrada en su entrevista.

La revictimización y la "cacería"

Rubiales no solo ha querido dejar claro que el beso fue "espontáneo, mutuo, eufórico y consentido" también venderse como víctima de toda el escándalo mediático. "Aquí no se está tratando de hacer justicia, eso es falso. Se está ejecutando un asesinato social. Se me está intentando matar a mí. ¿Ustedes creen que es para esta cacería?", declaró el presidente de la RFEF. 

Además, buscó la complicidad Vilda señalando que le habían "intentado hacer lo mismo a él", en referencia a las 15 jugadoras que pidieron su cese. Ambos se presentaron como víctimas de una supuesta conspiración de las futbolistas.

Este discurso, que se suma a los medios y tuiteros que estos días han tratado de poner a Rubiales como víctima de Hermoso, se ve en otras relaciones de abuso y maltrato. Además, tal y como cuenta Vélez, este tipo de discursos pueden tener consecuencias en cualquier mujer que lo escuche. "Son peligrosos porque es lo mismo de siempre: nosotros somos las víctimas, vosotras las mujeres sois unas brujas. Una mujer que vive este tipo de situaciones se va a hacer más pequeñita y no lo va a contar, no va a denunciar", señala.

"[Estos discursos] son peligrosos porque es lo mismo de siempre: nosotros somos las víctimas, vosotras las mujeres sois unas brujas. Una mujer que vive este tipo de situaciones se va a hacer más pequeñita y no lo va a contar, no va a denuncia"
Sara Vélez, de Equipo Ágora

Para Cortijo, esto es muy común en los casos de agresiones sexuales mediáticas en el que se suele emplear un discurso de "qué malas las mujeres". "Además, era uno de los argumentos que ponía en tela de juicio la ley del solo sí es sí, que si una mujer solo con denunciar y decir que la habían agredido podía mandarles al calabozo. Era un discurso además que legitimó la ultraderecha contra la ley del solo sí es sí", añade.

Cortijo apunta a que llega a ser una técnica aplicada por abusadores llamada "luz de gas". "Es como las disculpas que dio él de ‘bueno si a alguien le ha molestado’. Está recogido en el Código Penal, está penado y si va a salir a hacer lo que ha hecho, lo que tiene que ser este discurso es un agravante", añade. 

El "falso feminismo"

A lo largo de su discurso, Rubiales habla en varias ocasiones de que se ha visto perseguido por un "falso feminismo", encumbrado tanto por las ministras de Igualdad y Derechos Sociales como los medios de comunicación. "No hay deseo y no hay posición de dominio, aunque se esté vendiendo otra cosa en muchos de los medios, tanto los que están rindiendo pleitesía al señor Tebas, como los que están rindiendo pleitesía al falso feminismo, que es una gran lacra en este país", añadió.

Con esto, también trata de deslegitimar una serie de críticas que han venido de todos los signos políticos —desde Yolanda Díaz (Sumar) a Cuca Gamarra (PP), pasando por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez— y un movimiento feminista que ha demostrado ser más potente que algo "falso". De hecho, según datos de Ipsos, el 53% de los españoles y españolas se consideran feministas siendo el país europeo "más feminista".

Vélez resalta que sea Rubiales quien explique qué es el feminismo: "Me parece brutal también que este señor que ha escuchado la palabra feminismo de casualidad es capaz de darnos un discurso sobre lo que es el feminismo y llamarnos falsas feministas a todas estas personas que hemos visto estos comportamientos machistas de una manera tan clara". 

Además, apunta que se ha intentado eclipsar el mérito de las jugadoras recalcando que la victoria era también de él y de Vilda. "Ha sido gracias a su esfuerzo y a todo lo que han hecho ellas se ha roto un techo de cristal. Lo han conseguido ellas solas y con más obstáculos", añade.

Cortijo deja claro que no hay feminismo falso o verdadero. "Hay un único feminismo que defiende los derechos de las mujeres, el consentimiento y que decidamos qué actos sexuales queremos tener", sentencia.

"¿Qué pensarán las mujeres que han sido agredidas sexualmente?"

Con esta cuestión, Rubiales dejaba claro de nuevo que no considera que ha cometido una agresión sexual y vuelve a la idea de que para que haya una agresión sexual tiene que haber una intimidación física, algo que cambiaba el Código Penal en la ley del sí es sí y era el principal avance de la legislación. 

"Nos queda mucha pedagogía y mucho por educar para que se quite ese estigma de que solo te agreden sexualmente si te pegan, si te violentan, si te dejan ahí tirada en el suelo sin poder levantarte"
Marina Cortijo, presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes,

Desde Equipo Ágora dejan claro que es algo más común de lo que parece y que muchas mujeres han vivido una situación de agresión sexual. "A la gran mayoría nos ha pasado una situación así, que en una situación de superioridad ha decidido sobrepasarse porque 'solo es un beso, un abrazo, cogerte una cacha", explica. "La agresión parece que es solo la punta del iceberg que es la violación, pero ese camino se construye", añade Vélez.

Para Cortijo, este comentario "deja en evidencia que queda mucho por hacer". "Nos queda mucha pedagogía y mucho por educar para que se quite ese estigma de que solo te agreden sexualmente si te pegan, si te violentan, si te dejan ahí tirada en el suelo sin poder levantarte", añade. "Una agresión sexual es todo acto sexual que no sea consentido", sentencia. 

Además, la presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes recuerda que "besar por la fuerza" se incluye como agresión sexual en el propio protocolo de actuación de la RFEF frente a la violencia sexual.

La mención continua a sus hijas y el ascenso de Tomé

Para hacer gala de su supuesto feminismo, Rubiales ha querido encumbrar a sus hijas. De hecho, ha sido él el encargo de explicarles lo que es ese verdadero feminismo. "Quiero decir, mirando a mis tres hijas que están ahí, que hoy tiene que aprender una lección sobre lo que es la igualdad. La igualdad no es diferenciar cuando hay una opinión entre lo que dice el hombre y lo que dice la mujer. Hay que diferenciar entre la verdad y la mentira. Vosotras sí sois feministas de verdad, no el falso feminismo que hay por ahí", señaló.

El argumento de tener hijas —hermanas, mujer o madre— es utilizado por muchos hombres como argumento de que son verdaderamente feministas. Sin embargo, como recuerda Vélez es "totalmente inválido". "Es como decir 'no soy racista porque una vez le dirigí la palabra a un negro", sentencia. 

"Si a individuo, que se ve con esa agresividad y esa prepotencia, le viniera su hija diciendo que su jefe se ha propasado con ella, diría que va a buscarlo y le pega o montaría un pollo. Es muy curioso que hasta que no ven que le tocan a alguien que quieren no ven la gravedad. El resto no importa y da igual, ese es el problema", recalca.

Para Cortijo, este cariño condiciona la relación que puedes tener con las mujeres y no te hace intrínsecamente feminista. 

"Hay que hacer mucha pedagogía. Una cosa es ser mujer y otra como hombre querer defender la integridad de las que están a tu alrededor por el cariño, por esos vínculos que te unen y otra ser feminista, de querer defender los derechos de las mujeres a pesar de todo, de perder tu posición de responsabilidad, de jugarte tu trabajo, de decirle a un compañero que algo no está bien...", explica y deja claro que Rubiales no lo es.

Del mismo modo, Cortijo apunta a que el ascenso de Tomé, anunciado durante su discurso, ha sido "un acto muy intencional y muy grave" y lo ve como una instrumentalización clara de una figura femenina para "colgarse la medalla de feminista". "Cómo no voy a ser feminista si tengo dos hijas, cómo no voy a ser feminista si en el mismo discurso que asciendo a una mujer, estoy negando una agresión sexual a una empleada", apostilla.

Los aplausos, la fraternidad y la complicidad

Empezó su discurso haciendo referencia al gesto de tocarse los genitales en el palco junto a la reina Letizia y la infanta Sofía. Se justificó diciendo que era un signo de camaradería con Vilda: "Nada más ganar el Mundial, tu primera reacción fue girarte al palco y dedicármelo. En ese momento hice esa señal de 'ole tus huevos".

Y los gestos de camaradería se vieron también entre los asistentes a la Asamblea, que rompieron a aplaudir cuando mencionaba que estaba siendo víctima de una "cacería" por el "falso feminismo". 

Para Vélez, ha sido la evidencia de la situación de poder dentro de la federación. "Si no hubiera escuchado ningún aplauso, igual se habría venido un poco abajo. Igual no hay que señalar solamente a Rubiales, sino a todos aquellos que le hacen el juego", indica y apunta a que "el hecho de que haya habido hombres aplaudiéndole es un paso atrás".

"Esa permisividad entre grupos de hombres, el compadreo y esta fraternidad tóxica, que permite que uno de los nuestros agreda y se le tape me parece tremendamente peligroso y es donde deberíamos incidir", añade y explica que en los puntos violeta que lanzan desde Equipo Ágora, precisamente tratan de formar a los hombres para que sean parte del movimiento feminista y no se les perciba como "cómplices" o "agresores".

Con ella, coincide Vélez a quien apena que este discurso todavía esté muy interiorizado: "No solo él, también cómplices, no solo los que aplaudían, también los que guardaban silencio, que también dice mucho".

Para Vélez, además de las brutas palabras del presidente de la RFEF, este ambiente le traía a la cabeza el conflicto de las 15 del pasado mes de septiembre y a las que renunciaron a estar en la selección: "Con todo lo que ha pasado con su entrenador que se lo han impuesto por narices, cuando había bastante malestar por parte de las jugadoras con él y se lo han tenido que comer".

Desde este viernes se han iniciado los procesos por parte del CSD para que el próximo jueves se reúna el TAD y decida las medidas oportunas hacia Luis Rubiales. Pero lo que también se ha iniciado es un movimiento que apunta a ser más fuerte, todo un MeToo en el mundo del fútbol. Las campeonas del mundo se han levantado y han dicho "se acabó" ante el machismo para que se pueda hablar de un antes y un después en el fútbol femenino.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es