José Ignacio Conde-Ruiz: "El envejecimiento va a cambiar la economía global"

José Ignacio Conde-Ruiz: "El envejecimiento va a cambiar la economía global"

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Es el envejecimiento, estúpido. ¿Qué será de mi pensión? (Península, 14,95€), está impregnado de esa frase que, sin embargo, José Ignacio Conde-Ruiz (1969, Madrid) no ha escrito. Miembro del comité de expertos que inspiró la última reforma de las pensiones, las páginas de su ensayo gritan a quien quiera leerlas que una nueva reforma es necesaria.

Conde-Ruiz, economista y subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), advierte de que la generación del baby boom hará imposible que en el futuro se mantenga el pacto intergeneracional de las pensiones, que consiste en pagar las pensiones a los mayores para que la siguiente generación financie las de uno. La alternativa, según él, no está en la congelación permanente a la que las condena el Partido Popular.

-¿Vamos a un sistema de pensiones sostenibles para el Estado pero insuficientes, con las que los ciudadanos no podrán vivir?

En nuestra propuesta dijimos algo sencillo: las pensiones tienen que ser sostenibles. No se pueden financiar con la deuda, por lo que el ingreso tiene que ser igual al gasto. ¿Cuál es la solución? Aumentar los ingresos, reducir los gastos o ambas cosas. El Gobierno optó por aceptar el principio y decidió que, cuando el ingreso era inferior al gasto, las congelarían. Y el 0,25% es una congelación, teniendo en cuenta que en España en unos años la inflación volverá a estar en el 2% o superior.

-Si las pensiones están casi congeladas y el precio de la vida sube, al final es como bajarlas.

Esta fórmula de congelación casi perpetua de las pensiones sé que es sostenible, pero con un coste que recae en la pérdida de poder adquisitivo. Y esto crea una gran incertidumbre sobre la pensión. Por ejemplo: cada año me voy de vacaciones y puedo ir autorregulándome para tener el dinero que necesito, pero si te preguntan cuánto dinero te hace falta para la jubilación, eso dependerá de muchas cosas, empezando por cuánto vivas. Hasta ahora, sabías lo que ibas a cobrar y que se iría revalorizando según el nivel de vida. Ahora, esa pensión perderá nivel de compra con la antigüedad. Esto es ineficiente, injusto y no tiene ningún sentido. Genera un estrés innecesario al jubilado. Puedes jubilarte con 1.000 euros que en menos de 20 años serán 500.

-La reforma de 2011 estuvo motivada por la crisis, por lo que muchos se preguntan por qué hay que reformar algo que hasta entonces parecía sostenible e incluso registraba superávit.

Cuando la Seguridad Social tenía superávit muchos decíamos ya que el sistema no era sostenible. Puedes tener un superávit hoy, o en el año 2004, por el efecto de los inmigrantes, pero ese dato no te dice nada sobre la sostenibilidad del sistema. Esos superávit que tienes hoy porque hay más gente cotizando son un derecho a pensión en el futuro. El sistema de pensiones es un pacto intergeneracional. Yo pago algo hoy confiando en que en el futuro alguien me pague algo a mí. Por ese motivo, un superávit hoy es también un pasivo para el futuro.

El gran cambio de las últimas décadas, que es un gran avance social, es que la gente de 80 años ya no se muere como se moría antes. Y hay que pagarle la pensión.

-Dos tercios de la gente que ha llegado en el mundo a los 65 años están vivos hoy, como recuerda en su libro.

Claro, esa es la clave de las reformas de los sistemas de pensiones, ante los que siempre hay mucha resistencia. Todos queremos jubilarnos lo antes posible con la máxima pensión. En ese sentido, los mercados o las crisis pueden ayudar a hacer presión, pero en al final las pensiones siempre se acaban reformando por el pacto generacional. Si para asegurarte tu pensión la generación que sigue tiene que dedicar el 80% de sus ingresos, ese pacto se va a romper.

-¿Cómo puede evitarse esa ruptura?

Con reformas. Lo entendieron los mercados financieros o el FMI. Se estaba recortando a corto plazo y la población lo pasaba mal, pero saldría más rentable hacerlo pensando en el largo plazo, algo que además era inevitable. La reforma hubiera ocurrido tarde o temprano.

-Dice que hay tres opciones. O no hacer nada y esperar a que el problema reviente, que las pensiones sean para todos pero por muy poca cuantía (asistenciales), o un sistema contributivo de cuentas nacionales. ¿En qué consiste este último?

La primera anticipo que no pasará. Sobre la segunda hay indicios de que ya está empezando a pasar. Cuando el FMI recomienda bajar las cotizaciones sociales y subir el IVA es poco menos que pedir que se costeen las pensiones con el IVA. Es decir, se camina hacia un sistema asistencial, en el que se recibe la pensión con independencia de lo que contribuyes. Es el modelo de Reino Unido o EEUU. La tercera asume que tienes que bajar la pensión media, pero con dos principios: que todas las cotizaciones cuenten por igual, algo que ahora no ocurre porque se toman los últimos años de la vida laboral. El otro principio es el de jubilarse más tarde, pero en esto creo que debería haber flexibilidad. Habría que tomar toda la vida laboral como referencia, llevar una cuenta virtual de las cotizaciones y que el trabajador pueda decidir si se jubila antes o después en función de eso.

-Carga contra los analistas o tertulianos que aseguran que las pensiones pueden volver a ser sostenibles si aumenta la productividad. ¿Por qué no está de acuerdo?

Me preocupa que haya gente que no quiera entender el problema. Que reconoce que hay un problema pero que dice que cuando seamos mucho más ricos desaparecerá. Pero si aumenta mucho la productividad, aumentarán los salarios y, con ellos, las pensiones. Si no quieren romper la relación entre productividad y salario tendrán que romper la contributividad, la relación entre lo que aportas para la pensión con un salario más alto y lo que recibirás. En otras palabras: se encaminan hacia un modelo asistencial. Y eso es posible, pero hay que decirlo y aceptarlo, no puede hacerse sin hablarlo antes

-¿Deberían prepararse las bajas pensiones del mañana?

Una persona joven no debería preocuparse para nada del ahorro, sino sólo de su capital humano. Debería preocuparse por formarse, por estar a la última. Porque el mundo está en cambio y ese joven tendrá que trabajar hasta muy tarde, por lo que la mejor inversión para una persona de 30 años es su capital humano. Si no sabes inglés, no te metas en un fondo de pensiones. Incluso para gente de la generación del baby boom, que aún le queda gran parte de la vida laboral.

-Al principio del libro apunta que lo ideal sería establecer un sistema con doble pacto generacional. Además de que los trabajadores costeasen las pensiones actuales, deberían costear la formación de los jóvenes.

Es una reinterpretación del pacto intergeneracional. Yo pago las pensiones a la generación que me pagó mi educación. Y mis hijos harán lo mismo. Si fuéramos capaces de pensar que nuestras pensiones dependerían de la educación de nuestros hijos, que es capital humano imprescindible para la economía, pediríamos en las urnas una educación de calidad. No pasa de un análisis conceptual, pero lograríamos que la educación dejara de darnos igual. Y cuanto mejor sea la educación, mejores serán nuestras pensiones.

"EL ACTUAL SISTEMA ES UNA LOCURA"

-Se hicieron dos reformas de las pensiones. ¿Qué incentivos ves para que se aborde una nueva reforma?

No soy muy optimista. El PP se opuso a la reforma de 2011, que venía con el aval del diálogo social. Luego llegaron y asumieron algo razonable: que el ingreso sea igual al gasto y que las pensiones no se pagaran con deuda: y los socialistas se opusieron. Quiero pensar que los políticos son en el fondo responsables, por lo que deberían hacerlo ya.

-¿Se hará sin otra gran crisis?

Espero que sí, porque el sistema actual es una locura y la presión subirá. Cuanto antes, mejor. Hace falta un gran pacto de Estado por las pensiones para hacer las cosas bien. Deberían sacarlo del juego político.

-¿Por qué cree que es mejor un sistema contributivo y de reparto (la pensión depende de lo que se cotice) y no uno asistencial que cubra a todos?

No defiendo el sistema asistencial porque es distorsionador. Las cotizaciones sociales pueden verse como un impuesto, pero en realidad son un salario en diferido. Si no tuvieras cotizaciones a la seguridad social, tendrías que dedicar más a ahorrar. Si las pensiones son asistenciales y para todos, no animarán a cotizar, ya que la pensión está garantizada. También es más injusto, porque unos no trabajan y van a recibir su pensión.

-¿Cómo serán las pensiones futuras?

No somos conscientes de cómo va a cambiar el mundo con el envejecimiento. El 50% de la población tendrá más de 50 años. El 30% tendrá más de 65 años. Esa generación generará también otras oportunidades y negocios. El envejecimiento va a cambiar la economía global.