De frutas a plástico y pañales: cuánto tarda la naturaleza en eliminar nuestros residuos

De frutas a plástico y pañales: cuánto tarda la naturaleza en eliminar nuestros residuos

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El tiempo que se necesita para que los residuos que terminan normalmente en el vertedero —y algunos en la naturaleza— se deshagan por completo es para la mayoría una incógnita. ¿Cuántos días, semanas, meses... son necesarios para que dejen de constituir parte de la basura?

Lo primero que debemos saber es que esta respuesta es relativa. Depende, en la mayoría de los casos, de las condiciones de cada sitio de depósito y de las inclemencias del tiempo. Aún así, tras consultar en diferentes fuentes cuál es el tiempo real que requieren para descomponerse de manera natural, el resultado es que los números no distan mucho unos de otros. Y la conclusión es que debemos tener cuidado con lo que dejamos abandonado en la montaña o cualquier entorno natural: ni cuando las condiciones ambientales son favorables se consigue que estos residuos se degraden rápidamente.

Éstos son algunos ejemplos:

MANZANAS

Esta fruta forma parte de los desechos orgánicos, por lo que si se abandona en el campo finalmente no producirá efectos adversos al descomponerse en la tierra. Puede tardar unos seis meses en degradarse. Conviene recordar que antes de depositarla en su contenedor correspondiente se puede hacer, junto con las hojas secas y otros materiales orgánicos, un excelente compost para mejorar la tierra de jardín o macetas.

PAPEL

Nada menos que un año es lo que tarda en degradarse el papel. Al estar compuesto básicamente de celulosa, si lo dejamos tirado sobre tierra y le acompaña un invierno lluvioso, no tardará en degradarse, aunque lo ideal sería reciclarlo. Con ello evitaríamos que se sigan talando árboles para su fabricación y no contribuiríamos a la deforestación de los bosques.

COLILLA

Si la colilla no tiene filtro desaparecería en tres o cuatro meses; pero si tiene filtro, aunque esté directamente bajo los rayos del sol, puede tardar en desaparecer de uno a dos años. El filtro de los cigarros es de acetato de celulosa y las bacterias del suelo, acostumbradas a combatir materia orgánica, no pueden atacarlo de entrada. Si cae en el agua, la desintegración es más rápida, pero más contaminante.

CHICLE

El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorantes. El trozo de chicle que hemos masticado y arrojamos sin piedad a las aceras de las calles se convierte, por acción del oxígeno, en un material muy duro que luego empieza a resquebrajarse hasta desaparecer. Una vez que se degrada no deja rastro pero se necesitan cerca de cinco años para que esto suceda.

LATAS DE BEBIDA

Una lata de cerveza, refresco, zumo, etc. tarda 10 años en degradarse. Una lata es acero recubierto de barniz y de estaño. Se necesita mucha lluvia y humedad para que el óxido la cubra totalmente y, después, desaparezca. Por eso lo mejor es depositarla en el contenedor amarillo para que tome una nueva vida porque este material se puede recuperar casi por completo.

ENVASES DE TETRABRIK

Tardan hasta 30 años. Están compuestos en un 75% por celulosa, que al aire libre, desaparece en poco más de un año. Pero también tiene un 20% de polietileno puro de baja densidad y un 5% de aluminio. Lo que tarda más en degradarse es este último elemento.

MECHERO DE ACERO Y PLÁSTICO

Son un duro enemigo a la hora de su degradación. Un siglo puede tardar en desaparecer un mechero. El acero expuesto al aire libre solo empieza a dañarse y enmohecerse levemente después de 10 años. En ese tiempo, el plástico, ni siquiera pierde el color. Además, algunos modelos contienen mercurio y otros zinc, cromo, arsénico, plomo o cadmio que se liberan y contaminan.

PLÁSTICO

Empezando por las archiconocidas bolsas de plástico, diremos que tardan unos 150 años en degradarse. Por eso es importante reutilizar bolsas de tela o cartón una y otra vez o, en todo caso, usar bolsas de bioplástico que se degradan de forma natural. El

polipropileno necesita entre 100 y 300 años para reciclarse naturalmente. Es el componente principal de muchos artículos que usamos cada día, como los envases de yogurt, de natillas y de otros postres, los corchos de plástico, las pajitas, algunos

juguetes y tapas de botellas, determinado tipo de zapatillas y una enorme lista más.

PAÑALES DESECHABLES

Los pañales desechables, las toallitas íntimas y los productos afines pueden pasarse aproximadamente unos 500 años en un basurero antes de descomponerse por completo. Muy bienvenidos son los programas que ofrecen pañales absorbentes basados en otro tipo de materiales (como el papel, por ejemplo) y el poder optar por el reciclaje adecuado de los productos similares. Ojo con deshacerse de las toallitas a través del inodoro, atascan y contaminan las plantas de tratamiento de agua.

PILAS

Se debe esperar entre 500 a 1.000 años para que desaparezcan. Con un peligro añadido: si la capa protectora que las recubre se degrada, se liberan los metales que contiene y puede comenzar un proceso de contaminación. Si el mercurio entra en contacto con el agua, se produce metilmercurio, compuesto que se concentra en la cadena alimentaria produciendo graves desórdenes del sistema nervioso en los seres vivos. Una pila de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua; una de zinc-aire, 12.000 litros; una de óxido de plata, 14.000 litros; y una pila común, 3.000 litros.

BOTELLAS DE PLÁSTICO

Son de los objetos más contaminantes. La mayoría están fabricadas con tereftalato de polietileno (PET), un material que los microorganismos no pueden atacar. Al aire libre se fragmentan y se dispersan, pero este proceso se prolonga de entre 100 a 1.000 años. Enterradas aún duran más. Lo mejor, depositarlas en el contenedor amarillo para dar una nueva vida a sus componentes.

ENVASES DE VIDRIO

Las botellas de vidrio son, en cualquiera de sus formatos, objetos muy resistentes. Con un simple golpe se rompen, sí, pero los pequeños trocitos permanecen en la naturaleza unos 4.000 años. Es mejor depositar los envases de vidrio en su contenedor correspondiente porque son reciclables al 100%.