Los riesgos de la homeopatía para los niños
La aplicación de las terapias de esta pseudociencia a los menores conlleva riesgos graves para su salud y la salud de otros.
La homeopatía es, según la Organización Mundial de la Salud, una pseudociencia inútil para curar enfermedades y sin avales experimentales. Cada vez son más las autoridades sanitarias que hablan de ella como un fraude, puesto que los tratamientos que ofrece suelen ser mezclas inocuas de compuestos sin principio activo y agua azucarada. Pero la reciente muerte de un niño italiano de 7 años por una otitis ha puesto sobre la mesa, de nuevo, una faceta fundamental de la cuestión: que estas pseudoterapias también pueden ser nocivas. Construidas como un sistema de creencias, en ocasiones alejan a las personas del tratamiento médico real que necesitan cuando están enfermas.
Ahí es donde radica su peligrosidad, que se agrava cuando hablamos de niños. El pequeño italiano ha muerto por otitis, una dolencia banal, muy habitual entre niños de su edad, que podía haber sido controlada sin problemas con antibióticos. Pero sus padres optaron por aplicarle sólo tratamientos homeopáticos. Los padres alegaron que el niño se había curado así en ocasiones anteriores, pero esta vez soportó fiebre alta durante dos semanas. Cuando le llevaron a la sala de urgencias de un hospital, después de que perdiera el conocimiento, ya era demasiado tarde.
La Asamblea Nacional de Homeopatía de España emitió un comunicado lamentando la muerte del niño y hablando de la homeopatía como "una herramienta más". Pero el niño fue víctima de las ideas, y la credulidad o la sinrazón, de sus padres.
Esto es algo mucho más habitual de lo que se puede pensar. La buena voluntad de los padres y la idea equivocada de que "lo natural" es bueno per se expone a los hijos a prácticas que no siempre son responsables.
Lucía Galán, pediatra y escritora, conocida en internet como Lucía, mi pediatra, lo ha visto en su consulta: "Los padres se dicen: bueno, si puedo evitar darle químicos, pues mejor. Y como creen erróneamente que lo natural casi siempre es inofensivo... El problema es que lo natural casi siempre es inofensivo si el niño no tiene ninguna dolencia. Si tiene alguna enfermedad que debe ser tratada, te puede costar la vida".
Ella misma se ha enfrentado a casos así: "Recuerdo el de un niño que sufría un asma muy grave. Sus padres decidieron suspender el tratamiento que yo había prescrito y probar una alternativa homeopática. El niño empeoró mucho y tuvieron el suficiente sentido común como para dar marcha atrás". Ese caso no era el primero y seguramente no será el último: según la encuesta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología FECYT sobre alfabetización científica, la mayoría de españoles confía "mucho", "bastante" o "algo" en la homeopatía.
La Asociación Española de Pediatría publicó en 2013 un informe en el que desaconsejaba los tratamientos homeopáticos y tachaba de "inadecuado" el uso de "cualquier medicamento que no haya demostrado su eficacia y seguridad en ensayos clínicos". Además, advertía contra la prescripción de productos homeopáticos a la población pediátrica sin informar a los padres de la falta de pruebas y de la ausencia de experimentos.
Pero la palabra de los pediatras cuenta poco para quien ya está convencido de que debe alejar a sus hijos de la medicina. Internet está lleno de foros para padres en los que se les recomienda ignorar cualquier recomendación del pediatra de sus hijos, buscar un "terapeuta" y administrar a los niños sólo terapias homeopáticas.
Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid y médico de familia, cree que se trata de ciclos: "Están influidos por la información que circula en redes y aparecen modas. El problema es que un médico sabe cuáles son las ventajas y los inconvenientes y un padre no. Por eso éste puede tomar decisiones drásticas sin saber los riesgos que esa decisión implica".
Los niños tienen muchas más infecciones que los adultos, su sistema inmunológico es más pobre y el riesgo de complicaciones es mayor. Están mucho más expuestos, pues, a las consecuencias negativas de una mala decisión irreflexiva y extremista.
Ahí están, por ejemplo, los antivacunas. Lucía Galán no tiene dudas: "Son responsables de la muerte de miles de niños. Afortunadamente, España es uno de los países con mejores coberturas vacunales de Europa y el movimiento antivacunas es pobre y poco numeroso aunque muy ruidoso". La pediatra cree que el argumento de libertad individual para elegir qué medicina reciben sus hijos no se sostiene: "No sólo exponen a sus hijos, sino a los niños que van con ellos al colegio y que pueden verse afectados por las enfermedades que ellos contraigan".
De hecho, eso ya está ocurriendo. "Ya hemos empezado a apreciar mayor incidencia de algunas enfermedades que, debido a la baja vacunación que ha habido, están teniendo un pico de aparición", reconoce Sánchez Chillón. El presidente del Colegio de Médicos de Madrid, con todo, es optimista: "Hay colectivos para todo, más o menos radicales, pero creo que al final todo vuelve a su cauce".
Roi Cal, farmacéutico, no es tan optimista. Por eso, ha impulsado Farmaciencia, un colectivo de profesionales de la salud que persigue concienciar a la sociedad de que la homeopatía es un fraude: "Puede que sea una moda, pero es una moda con muchos años de antigüedad y no podemos dejar de intentar que la gente esté informada y haga caso de las recomendaciones de sus médicos".
"El caso del niño italiano", explica, "demuestra que la homeopatía es peligrosa. Pero no es el primero, ni mucho menos". Cal enumera algunos otros casos en los que se sospecha de la homeopatía como causa de muerte o agravamiento de enfermedades en niños y apunta a la cuestión central: "El peligro de la homeopatía es que te aleja de la medicina convencional, que es la que realmente cura".
Si los productos homeopáticos no curan, no atraviesan controles y además pueden ser peligrosos de una manera tan evidente, ¿por qué siguen gozando de predicamento entre la población y cuesta tanto expulsarlos del ámbito científico? El responsable de Farmaciencia lo tiene claro: "Porque es un negocio millonario". Boiron, el mayor fabricante de productos homeopáticos del mundo, tiene una sección completa de su página web en España dedicada a los niños. Pero ellos son sólo una parte de su facturación millonaria (aunque decreciente). En los últimos años, explica Roi Cal, "las cifras de negocio de Boiron han ido poco a poco a menos, pero siguen teniendo mucha capacidad de influencia".
Una influencia que pasa por la presencia de los productos homeopáticos en las farmacias. Ésa es la principal batalla de Farmaciencia: "No pretendemos decirle a nadie a qué puede recurrir, pero no queremos la homeopatía en las farmacias, porque estar en ellas le da a esa pseudociencia una falsa imagen de seguridad y eficacia que no le corresponde". Lucía Galán insiste en esa idea: "Cuando va a una farmacia y ve un stand entero de productos homeopáticos, ese ciudadano recibe un mensaje equivocado, porque ¿quién va a pensar que en una farmacia te venden algo que no es útil o que te puede perjudicar?".
El Colegio de Farmacéuticos, denuncia Roi, mira para otro lado y evita tomar medidas sobre la presencia de la pseudoterapias en los catálogos de las farmacias. Por eso, mira con cierta envidia movimientos como el que el Colegio de Médicos de Madrid ha llevado a cabo hace poco: la eliminación de todas sus secciones de homeopatía y terapias alternativas: "Al poner una norma general para todas las secciones, obligadas a presentar evidencias, éramos conscientes de que muchas de estas pseudoterapias iban a quedar fuera cuando intentaran justificar sus prácticas y no encontraran evidencia científica suficiente".
Se trata de una acción enérgica, pero sólo el principio de una responsabilidad de todos, como reclama Lucía Galán: "De los profesionales de la salud, que nos tenemos que mojar en este tema, y de los Gobiernos, que no deberían permitir que la homeopatía campe a sus anchas por nuestro país sin control de ningún tipo".