Un conocido chef español prueba la pizza más famosa de Nápoles y lo primero que le llama la atención no es el tomate: "Es algo casi inexplicable"
El cocinero Txaber Allué se da un auténtico homenaje en tierras napolitanas para quedar encantado con los clásicos italianos, además de la pizza.

Viéndole comer se hace la boca agua y deseas coger un vuelo a Nápoles ipso facto. A quien no le gusta la pizza, pero no una cualquiera: ¿Qué te parece en una de las mejores pizzerías del mundo? Txaber Allué se da una vuelta gastronómica por la ciudad del Vesubio y nos lo cuenta todo en su canal de YouTube elcocinerofiel, con 254.000 suscriptores.
Y es que Nápoles conserva un carácter que otras ciudades europeas han perdido, y esa autenticidad marca también su gastronomía. Así lo relata este conocido chef español que ha viajado hasta la ciudad italiana para probar algunos de sus platos más icónicos, incluida la pizza más famosa del maestro pizzero Franco Pepe en su mítica Pepe in Grani.
La experiencia, lejos de quedarse en una simple cata, se convierte en un recorrido sensorial por mercados, salumerías y pescaderías, previo a un descubrimiento sorprendente: lo primero que le impacta de la mítica pizza no es el tomate, sino su masa, que describe como "aromática y suave. Es algo casi inexplicable".
El cocinero arranca su viaje señalando que "Nápoles resiste" y que, a diferencia de otras ciudades europeas "tomadas por turistas", esta sigue siendo "una ciudad caótica, dura, donde se vive con intensidad". Tras recorrer el mercado y desayunar una sfogliatella -que define como "una auténtica bomba" por su masa crujiente y su relleno de ricota con cítricos- llega la primera parada gastronómica clave: las salumerías.
En Montelatari le preparan un bocadillo de prosciutto, mozzarella, fiordilatte y melanzane al funghetto, tan contundente que admite que "casi me quedo sin hambre para el resto del día, pero un profesional es un profesional".
De los espaguetis con vongole a la cerveza local: un recorrido previo imprescindible
La ruta continúa en las peculiares pescaderías napolitanas, donde el pescado se expone a pie de calle bajo un hilo constante de agua. En una de ellas prueba los espaguetis a la boloñesa, sorprendentes por el añadido de tarallo sbriciolato, una rosquilla salada y picante que aporta textura. Aun así, matiza que estaban "excesivamente salados para mi gusto", aunque el balance general fue positivo gracias a la "cerveza local, una nartichana bianca del estilo Blanch belga".
Pero todo ese recorrido es solo el preámbulo de la meta real: la visita a Pepe in Grani, en el pequeño pueblo de Caiazzo, considerada por muchos como una de las mejores pizzerías del mundo. "No las he probado todas, creo que hay más de 200.000. Ahora no he probado una mejor", afirma.
La margarita esbagliata: una pizza que rompe las reglas
Bajo la lluvia, el chef llega finalmente al local de Franco Pepe y pide la elaboración que tenía clara desde el principio: la margarita esbagliata, cuya traducción literal es "margarita equivocada". Su nombre se debe a que el proceso se invierte: "En lugar de empezar con el tomate, sobre la masa la mozzarella, así que es una pizza bianca durante el horneado". El tomate se incorpora después, junto con "pasata de tomate, ricotta de caciocavallo y aceite de albahaca”.
Y es ahí cuando llega la frase que ha dado la vuelta viral a su reseña: “Lo primero que llama la atención es la masa, que no es elástica como la napolitana tradicional, tampoco crujiente. Es aromática y suave. Es algo casi inexplicable. Sobre los sabores, sentencia: "El queso es abundante y el tomate dulce y sabroso. Una auténtica maravilla".
Como extra, prueba la pizza viandante, con mortadela IGP, ricota de búfala DOP, pistacho y ralladura de limón. La describe como algo "entre la frontera de una pizza y una coca, algo seca, pero muy rica también".
El postre que nunca olvidará y un precio que sorprende
El broche final llega con un postre que le deja impactado: la crisommola del Vesubio, un corte de pizza frita con ricota de búfala DOP, mermelada de albaricoque, avellanas, aceitunas deshidratadas y menta fresca. "Algo espectacular… un final por todo lo alto", resume.
Y pese a la fama mundial del lugar, el chef destaca un detalle inesperado: "La clásica margarita está a 7 euros. No me digáis que no es algo extraordinario". Un precio que considera propio de "un auténtico tesoro" en una pizzería célebre en todo el mundo.
