El Hospital Al-Aqsa, en el sector medio de la Franja y considerado vital en medio de la destrucción de la red sanitaria, ha sido afectado por los ataques del fin de semana.
El Ejército israelí ha encontrado rifles, granadas y chalecos militares, pero hasta ahora ningún centro de mando de Hamás. Afirma que ya revisa supuestos túneles.
El mayor complejo de la franja, centro universitario y con fama internacional, está cerrado por los bombardeos y los combates. La falta de electricidad y suministros está matando a adultos y bebés prematuros. "Casi un cementerio", dice la OMS.
El "hay que proteger los hospitales" se refería, dice, a "la carga adicional que enfrentan las Fuerzas de Defensa de Israel a medida que avanzan hacia Gaza porque Hamás en realidad se refugia en estructuras civiles".
Mientras la ayuda entra a cuentagotas y el mundo espera la operación "total" de Israel, la franja se apaga y ya no puede ni atender decentemente a los enfermos. Los centros muestran "niveles sin precedentes de devastación", indica Naciones Unidas.
El Ministerio de Salud gazatí eleva a al menos 500 los muertos en el centro anglicano, donde un proyectil impactó en el patio, entre la zona de atención médica y la capilla.