Los primeros mensajes acerca de la 'cuestión china' en la guerra comercial a golpe de aranceles que ha desatado la Administración Trump tenían un tono muy distinto antes de la serie de tropiezos de la Bolsa a escala mundial y las advertencias de la Reserva Federal que se saldaron con la petición de la cabeza de su máximo responsable, Jerome Powell, por parte de Trump.

El mandatario republicano ha recogido cable en la práctica totalidad de cuestiones, en una serie de bandazos que han sumido en la incertidumbre a los mercados y amenaza la credibilidad de la economía estadounidense. Mas ha podido capear esos derrapes sobre el parqué bursátil con viradas que han generado otro tipo de dudas. ¿También son faroles o realmente definirán las próximas políticas económicas de Washington?

Pausó los aranceles a todos excepto a Pekín, en un cambio de estrategia que ha tenido que explicar a su votante señalando que todo era para negociar y conseguir mejores acuerdos. Ha hecho las paces con Powell, ha filtrado a The Wall Street Journal que reducirá a la mitad las tasas a Pekín y ha asegurado que hay un acuerdo cerca. Pero el Gobierno chino tiene otra versión de la historia.

Las conversaciones "diarias" que anunció Trump son "informaciones falsas" para China

El Gobierno de Xi Jinping se ha pronunciado este jueves por primera vez, en boca del propio portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, y número dos de la diplomacia del gigante asiático. Según éste, donde los de Trump aseguran que hay conversaciones en marcha para un acuerdo comercial, unos contactos "diarios" según el propio Trump que China tacha firmemente de "informaciones falsas".

"Hasta donde sé, China y Estados Unidos no han mantenido consultas o negociaciones sobre el asunto de los aranceles, por no hablar de alcanzar un acuerdo", ha subrayado Jiakun en declaraciones recogidas por el diario oficialista Global Times. 

Con todo, el portavoz de Exteriores ha remarcado que la postura de Pekín sobre esta materia no se ha movido un milímetro. Si EEUU quiere volver a las mesas de negociación lo harán, pero si quiere mantener la guerra comercial, China aguantará el pulso: "Lucharemos si hay que luchar. Nuestra puerta está abierta si Estados Unidos quiere hablar. El diálogo y la negociación deben ser igualitarios, respetuosos y recíprocos".