Dónde y cómo están los rehenes israelíes aún secuestrados por Hamás en Gaza

Dónde y cómo están los rehenes israelíes aún secuestrados por Hamás en Gaza

Tel Aviv ha confirmado que al menos 31 de los 136 prisioneros aún en la franja ya habrían muerto, una quinta parte. 

Manifestación en Tel Aviv reclamando la vuelta a casa de los rehenes, el pasado 3 de febrero.Amir Levy / Getty Images

Los nervios se enredan con la esperanza en Oriente Medio. Las negociaciones impulsadas por Qatar y Egipto, con el aval de Estados Unidos, podrían dar fruto en las próximas horas con una nueva tregua en Gaza, que su atacante, Israel, asumiría a cambio de los rehenes que aún están en poder de Hamás en la franja. 

La pelea de los familiares de los secuestrados y de los supervivientes de las matanzas del Movimiento de Resistencia Islámico del pasado 7 de octubre por devolver a casa a los suyos ha elevado la presión sobre el Gobierno de Benjamin Netanyahu para que se negocie una salida, como la permitió liberaciones parciales en noviembre. 

¿Pero cuántos rehenes quedan por retornar? ¿Cómo podrían salir? ¿Dónde y cómo están en estas horas?

El Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos de Israel, una asociación creada para batallar por su vuelta, dijo este martes que 31 de los 136 israelíes que aún están secuestrados por Hamas están muertos. Confirmaron esta cifra después de que el diario norteamericano The New York Times publicase con fuentes oficiales que habían fallecido ya 32 y estallase un importante duelo nacional, por más que la cifra fuera esperada y temida a un tiempo. Esto supone que una quinta parte de los 136 ciudadanos, civiles y militares, aún encerrados en la franja ya no viven. Un golpe de realidad. 

En total, 253 personas fueron secuestradas por los milicianos de Hamás en el Sábado Negro, tanto en los kibbutzim del sur de Israel como en el festival de música Nova, los puestos defensivos de la frontera e instalaciones militares próximas. La organización islamista, considerada terrorista por Estados Unidos o la Unión Europea, ya liberó a 105 rehenes a finales de noviembre, en un acuerdo de tregua temporal que permitió, a la vez, la puesta en libertad de 240 prisioneros palestinos que estaban en cárceles israelíes. 

Además de los 136 rehenes restantes, Hamás retiene también los cuerpos de dos soldados de Israel, caídos en 2014, así como dos civiles, que se cree que están vivos tras entrar en la Franja por su propia voluntad en 2014 y 2015, casos extraños de personas que se cree que tienen algún problema de salud mental y cuyo estado se desconoce. 

La campaña de Israel sobre la franja deja ya más de 27.585 muertos desde el 7 de octubre y unos 67.000 los heridos, además de unos 8.000 cuerpos que se estima siguen bajo los escombros. Pese a la dureza de su ofensiva, por tierra, mar y aire, sus objetivos no se están cumpliendo: igual que Hamás no ha sido descabezado ni destruido, no han sido liberados los cautivos. En estos cuatro meses, sus fuerzas sólo han podido recuperar a una soldado, usando su fuerza y su Inteligencia. Nada más. 

Incluso, el país ha vivido con enorme rabia el conocimiento de que al menos tres más, tres varones, fueron tiroteados por sus propias tropas cuando portaban una bandera blanca y gritaban en hebreo que eran rehenes. Se les confundió con "amenazas", dijo un alto mando militar. 

Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de EUU, reveló en diciembre que tras la negativa de Hamás para liberar al menos a mujeres y niños que aún siguen como rehenes puede haber un motivo: evitar que cuenten los abusos sexuales que sufrieron y que entienden fueron brutales, según el testimonio de quieres han podido retornar y contarlo. "Parece que una de las razones por las que no quieren entregar a las mujeres que han estado manteniendo como rehenes y la razón por la que esta pausa fracasó es que no quieren que hablen sobre qué les pasó durante el tiempo que estuvieron bajo custodia", dijo en una rueda de prensa.

El alto funcionario norteamericano aseguró entonces no tener plena certeza de esa conclusión, señaló que "casualmente" y "casi al final, Hamás todavía se aferraba a mujeres que deberían haber sido las siguientes en ser liberadas", que deberían haber salido en los convoyes seguros de la Cruz Roja. Acto seguido "rompieron el trato e inventaron excusas", manifestó. Israel ha llevado testimonios de estos casos a Naciones Unidas. 

Se supone que los supervivientes están en manos de la llamada Shadow Unit, una unidad especial de Hamás sólo para secuestros. Está dedicada retener rehenes y se cree comandada por el líder del ala militar de Hamás, Muhammed Deif. Su primera acción fue mantener oculto durante cinco años al soldado Gilad Shalit, que fue liberado tras ser intercambiado por 1.000 prisioneros palestinos. Se supone que mantienen a los israelíes en la red de túneles subterráneos que cruzan toda la franja y que han complicado notablemente las acciones de las IDF. 

Israel ha confirmado que en algunos tramos neutralizados han localizado cadáveres de retenidos y también estos de su vida diaria en los túneles, de comida a colchones pasando por ropa o dibujos, pero siempre han llegado cuando ya habían sido desalojados. En estas infraestructuras, dice Tel Aviv, también se han localizado celdas con rejas. 

Mejor liberar que ir a por Hamás

Los testimonios de los rehenes liberados o de los supervivientes en los ataques de Hamás han calado hondo, explicando cómo se vieron desamparados, sin ayuda de su Ejército, el mayor y mejor de Oriente Medio, mientras recibían el ataque de la milicia. La defensa no llegó y, de hecho, hay publicaciones de prensa local que insisten en que algunas víctimas perecieron por disparos amigos, de soldados o fuerzas de seguridad que llegaron tarde. Los avisos sobre lo que preparaba Hamás se multiplicaban en las mesas de los dirigentes y la pregunta es por qué no fueron tomados como verdaderamente graves. 

Este martes, una encuesta desvela que la mayoría de los israelíes ven prioritario liberar a los rehenes antes que acabar con Hamás, como repite Netanyahu, apoyado por el gabinete más ultraderechista de la historia del país. Según el Instituto para la Democracia de Israel (IDI), el 51% de israelíes afirmó que pensaban que traer a los rehenes a casa debería ser el principal objetivo de la guerra, mientras que el 36% indicó que derrocar a Hamás debería ser la meta principal. El 13% de encuestados respondió no saber si el principal objetivo de la guerra debería ser erradicar a Hamás o liberar a los secuestrados. 

Mientras las familias piden un acuerdo como el que ahora se negocia, el primer ministro ha insistido en que la mejor opción para liberar a los rehenes es la presión militar.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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