Asesores de la Casa Blanca filtran a 'Axios' que las imágenes de niños palestinos sufriendo han molestado al republicano y por eso quiere que Tel Aviv "ponga fin al asunto".
La decisión se produce después de una reunión mantenida esta mañana entre el conseller de la Presidencia, Albert Dalmau, y la líder de los Comuns en el Parlament, Jèssica Albiach.
La amenaza de Reino Unido, Canadá y Francia de sancionar a Israel por sus ataques y el anuncio de la UE de que revisará el Acuerdo de Asociación con Tel Aviv cambia ligeramente la dinámica de inacción internacional, 53.000 muertos después.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió ayer de que tomará el control de "todas las zonas de la Franja de Gaza", y que su Gobierno permitirá una entrada "mínima" de ayuda humanitaria al enclave para poder continuar con la ofensiva.
No sólo planea la ocupación de un territorio reconocido mundialmente como palestino, sino que quiere echar a su población, en consonancia con el plan de hacer una Riviera que defiende Trump. Eso supone violar el derecho internacional.
Pese a que el país europeo es signatario de esa Corte (ratificó el tratado en 2001), Orbán ha asegurado que la orden de arresto es "descarada" y "cínica", y no tendrá ningún efecto en su territorio.
Los recortes ordenados por el nuevo departamento de Elon Musk, alentados por Trump, llegan a la Universidad de Yale, que investiga el robo de niños ucranianos por parte de Putin. Hay una orden de arresto por ello de la Corte Penal Internacional.
Aumentan a dos los muertos por un ataque con dron del Ejército israelí contra el sur de la franja, en lo que sería una violación del armisticio temporal. Mientras, llega a Israelun cargamento de bombas pesadas de EEUU, que Biden vetó.
Los palestinos de la franja se apresuran, todo lo que los cascotes y las carreteras reventadas les dejan, a revisar sus pasados bienes y a buscar a sus familiares y amigos. Puede llegarse al doble de muertos cuando se remuevan los escombros.
No se puede restar valor al logro diplomático que ha supuesto el acuerdo de Israel y Hamás, pero el conflicto queda lejos de terminar con el silencio temporal de las armas. Hay esperanza pero también una fúnebre sensación de fragilidad.
Una inocente foto de vacaciones o un vídeo en un medio de comunicación son los puntos habituales de partida con los que trabaja la Fundación belga Hind Rajab.
Ya son 201 los informadores que han muerto en Gaza a causa de la ofensiva israelí. Además, un ministro ultra del gabinete de Netanuahu ha vuelto a irrumpir en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.
La Corte Penal Internacional avala la petición de su fiscal y entiende que hay motivos para procesarlos por crímenes de guerra y contra la humanidad, como a los líderes de Hamás. En la práctica, será muy complicado que eso ocurra.
"Los ataques contra refugios y edificios residenciales siguen matando a un número desmesurado de civiles: mujeres, hombres, jóvenes y ancianos. Los ataques contra las denominadas zonas seguras demuestran que ningún lugar de Gaza es seguro".
El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó en suelo israelí el ataque más dañino de su historia. Tel Aviv replicó con una ofensiva que aún dura y a la que nadie le ve el fin. La dinámica del conflicto, viejo de 80 años, ha saltado por los aires, a pura muerte.
"La protección de los periodistas empieza por la lucha contra la impunidad", sostiene la ONG, que insta a que se presenten cargos contra los autores identificados por su investigación.