Jaume Asens: "Iglesias es un grande y le admiro, pero a veces dispara con un calibre demasiado grueso"
Política
Política

Jaume Asens: "Iglesias es un grande y le admiro, pero a veces dispara con un calibre demasiado grueso"

El eurodiputado, que acaba de publicar su libro "Los años irrecuperables", aboga por un entendimiento entre Podemos y Sumar: "Los líderes que no sean capaces de superar los recelos y los rencores tendrán que hacerse a un lado".

Jaume AsensEuropa Press via Getty Images

Jaume Asens (Barcelona, 1972) ha estado en el centro de los acontecimientos políticos más decisivos de las últimas dos décadas en nuestro país. Desde sus inicios en el activismo y el 15-M hasta su papel en la reciente negociación de la amnistía, pasando por su trayectoria en Podemos y Sumar. El actual eurodiputado ha plasmado todos estos recuerdos en Los años irrecuperables (Ediciones Península), un relato revelador sobre cómo se idearon las acciones que han redefinido el mapa político español.

En el libro, de más de 500 páginas, Asens no duda incluso en analizar y opinar sobre la actual división en la izquierda a la izquierda del PSOE. "Hay que olvidar las rencillas y volver a levantar un proyecto de futuro ilusionante", plantea. Una idea que repite en la entrevista que concede a El HuffPost: "Los líderes que no estén a la altura de este momento histórico deberán hacerse a un lado y dejar paso a las nuevas generaciones".

A lo largo de la charla, el eurodiputado también 'se moja' sobre Pablo Iglesias, la problemática de la vivienda, la difícil relación entre PSOE y Junts o su opinión sobre Pedro Sánchez: "Yo pensaba que, detrás de su belleza ortodoxa, había una persona vacua. Pero me di cuenta de que era un tipo listo, con cultura política y que entendía cuáles eran las reglas del juego".

  Jaume Asens, junto a Pablo Iglesias en el Congreso en 2019Europa Press via Getty Images

- Su libro lleva por título Los años irrecuperables y, aunque al final lanza un mensaje optimista asegurando que hay “una oportunidad para construir algo nuevo” y que se pueden abrir “grandes alamedas”, la sensación que deja su libro es que el espíritu del 15-M ha muerto y que la izquierda transformadora que representaron Podemos, los comunes, las mareas… ya no existe como tal. ¿Es usted pesimista ante el futuro de la izquierda a la izquierda del PSOE?

- Primero hay que reconocer lo obvio y es que las cosas suceden una vez. El primer beso no será el último, pero sí será siempre el último primer beso. Y lo mismo ocurre con todo lo demás: las situaciones que hemos vivido son irrepetibles. A veces produce un poco de zozobra ser conscientes de que hay un mundo que, con el paso del tiempo, desaparece. Pero es importante mirar atrás porque ese mundo no va a volver, pero puede renacer otro a partir de las cenizas del anterior. Yo conservo la esperanza de que esto ocurra. Ciertas luchas tienen sentido y hay que proyectarlas de cara al futuro para seguir construyendo un mundo mejor. Y más en el contexto actual de ascenso de la extrema derecha. Nosotros también nos alzaremos de nuevo para lograr que esas grandes alamedas vuelvan a florecer.

- En estos últimos días, Yolanda Díaz ha tendido la mano a Podemos para repetir la alianza de las generales de 2023. Pero Podemos no parece estar muy dispuesto. ¿Cree que hay una mínima opción de acuerdo en estos dos años que quedarían para las elecciones? Sobre todo teniendo en cuenta que ese auge de la extrema derecha que usted menciona es más fuerte que nunca en España, pero también en otros países de la UE, Estados Unidos y Latinoamérica.

- Yo creo que es posible, aunque no va a ser fácil. Hay una brecha, una oportunidad para la reconciliación y hay que ampliar esa brecha. No podemos permitirnos el lujo de ignorarla. Las palabras de Yolanda Díaz van en ese camino y los líderes que no estén a la altura de este momento histórico deberán hacerse a un lado y dejar paso a las nuevas generaciones. Hablo de aquellos líderes que no sean capaces de superar las pasiones tristes, los recelos, los rencores… Tanto en la política como en la vida es muy importante saber olvidar y estar por encima de estas cosas. Y para eso es importante también el perdón. Todos nos merecemos un cierto perdón colectivo porque todos hemos cometido errores. Vivir sin perdón es vivir en una cárcel del pasado, y toda la gente que esté mirado al pasado y que no sea capaz de salir de ahí, tiene que dejar que otra gente que no esté manchada de la pelea y que tenga amplitud de miras, pueda jugar un rol. Con eso no digo que haya gente que sobre. Los liderazgos que quedan de ese ciclo político han acumulado un capital político importante y hay que ponerlo al servicio del proyecto. Pero ahora toca una etapa de desinflamación, reconectarnos, mirarnos a la cara y volver a hablarnos. 

Cabe recordar que somos el único bastión del progresismo europeo que queda en Europa y si fracasamos, será un fracaso de la izquierda española y de la europea. Ahora, todo el mundo nos mira a nosotros. El futuro del gobierno de coalición depende de que seamos capaces de entendernos entre aquellos que, en estos últimos años, nos hemos peleado. Ante el ascenso de la extrema derecha, no valen actitudes sectarias que llevan a la desmoralización y frustración de nuestra gente. Esa guerra genera mucha desafección.

  Jaume Asens, junto a Ada Colau en 2024Europa Press via Getty Images

- En su libro dedica palabras muy elogiosas a muchas personas que formaron parte o siguen todavía dentro de los comunes, Podemos o Sumar. Pero las figuras más destacadas son las de Ada Colau y Pablo Iglesias. ¿Usted habría llegado a entrar en política si no hubiera existido Ada?

- Yo diría que fue gracias a ambos, no solo Ada. Los dos me arrastraron a la política. Iglesias me propuso ir en las listas para las europeas y Ada, en las del ayuntamiento de Barcelona. Al final mi mundo está más volcado hacia Barcelona y opté por lo segundo. En todo caso son dos personas que me empujaron a asumir responsabilidades, pero yo podría haber seguido comprometido con un proyecto político desde mi posición de abogado.

- Usted tuvo que cerrar su despacho cuando entró en el gobierno de la ciudad de Barcelona. A día de hoy, ¿se considera más político o abogado?

- Yo creo que por encima de todo soy abogado, porque pienso y actúo como abogado. Lo que me constituye es mi forma de entender el Derecho. Eso es lo que me define más. La etiqueta de político es incómoda, sobre todo para la gente que venimos del activismo. La mayoría nunca hemos sentido que fuera lo nuestro y hemos acabado aquí por accidente. Somos gente que está de paso.

- Sobre Pablo Iglesias también cuenta muchos detalles, como por ejemplo cómo se conocieron o que, en estos últimos tiempos, la relación se ha deteriorado por su acercamiento a Sumar. ¿Mantienen comunicación ahora? ¿Entiende ahora la figura del Iglesias comunicador y empresario?

- Es verdad que hablé con Pablo hace unas tres semanas, pero ya no existe esa fluidez de intercambio de opiniones que teníamos antes. Ahora él está en otra posición. Es un periodista al frente de un proyecto comunicativo, que a su vez está vinculado a otro político. Y eso hace que no haya una coincidencia entre nosotros. Estamos en diferentes proyectos. Pero siempre hemos logrado blindar esa amistad. Alguna vez ha sufrido algunos daños, es verdad, pero creo que hemos sido capaces de estar por encima. Hay amistades que vienen de tan lejos que es difícil que se rompan. Y yo creo que él también siente un cariño profundo hacia mí que va más allá de las discrepancias. 

Pablo no ocupa ningún cargo orgánico en Podemos, pero sigue siendo el referente del partido. Para la sociedad española, Pablo es Podemos. Y cuado él da una opinión, no es una opinión cualquiera. Eso hace que cuando Pablo critique a Yolanda o a Sumar de forma regular, eso afecte a mucha gente y genere desazón hacia un excompañero con el que tenemos tantas cosas en común. Es un grande y le admiro, pero a veces dispara con un calibre demasiado grueso. Yo nunca he criticado a nadie del espacio del cambio, y es un error que otras personas sí lo hagan. Y en el caso de Pablo causa daño tanto a él como a su espacio. Lo mismo que cuando Sumar ataca a Podemos, aquí no hay equidistancia. 

- En el libro también habla de sus experiencias negociando con Puigdemont los últimos dos gobiernos de coalición. Me interesa, sobre todo, hablar de la última. En un momento dado, usted cuenta que Puigdemont le dice que el rey puede ayudar. Algo que me sorprende conociendo la animadversión que genera en Junts y en el independentismo en general la figura del monarca. ¿A qué cree que se refería?

- Ha pasado bastante tiempo de esa reunión y me cuesta recordar ese pasaje. Sí que recuerdo que hizo mención a la jura de la Constitución de la hija del rey y a que ahí había una posible oportunidad, algo que a mí me sorprendió porque yo recuerdo decirle que este rey no tiene nada que ver con el anterior. A ver, el jefe de Estado actual y el anterior me parecen personajes nefastos que deberían irse a su casa, pero la capacidad que pudo tener el rey anterior de mediar no la tiene el actual monarca. La prueba mas evidente es el discurso del 3 de octubre, donde (Felipe VI) tomó partido dando un discurso propio de Vox.

- Lo cierto es que Junts y PSOE mantienen tensas negociaciones desde el inicio de la legislatura y parece que la cuerda puede romperse en cualquier momento. ¿Cree que se acabará rompiendo o que la legislatura no peligra?

- Es verdad que llevamos caminando sobre la cuerda floja durante mucho tiempo, pero al final uno se vuelve equilibrista. A medida que uno va andando sobre la cuerda adquiere ciertas habilidades. Con eso lo que quiero decir es que cuanto más se avanza, más se llega a acuerdos. 

Dicho esto, reconozco que el punto de partida es de máxima desconfianza. Sánchez dijo en su momento que él traería detenido a Puigdemont presumiento de que la Fiscalía depende del Gobierno, dando muestras de una gran ignorancia sobre la separación de poderes. Y desprestigiando de paso a la Fiscalía. Por eso es normal que los recelos entre las dos partes sean grandes. Pero yo estoy confiado en que el sentido común y el de la resposabilidad se impondrán. Al final, es una cuestión de interés mutuo. Al otro lado, hay un PP y un Vox que quieren recentralizar el Estado, volver a la España en blanco y negro y, en el caso de Vox, acabar con las autonomías. Junts es consciente de esa realidad y de que Cataluña es antifascista. 

- En el libro habla usted de Pedro Sánchez y de cómo su opinión sobre él ha ido cambiando en estos años. Pero también recuerda que le vetó como ministro por su proximidad al independentismo. ¿Le guarda cierto rencor por ello o cree que es lo mejor que le pudo pasar?

- (Ríe). Yo la verdad es que nunca me llegué a plantear eso de ser ministro. Al día siguiente de constituirse el gobierno de coalición, recibí una llamada de Iglesias diciéndome que el presidente me vetaba porque había destacado en la defensa de los derechos de los independentistas. Y es una ironía del destino porque al final fui yo quien tuvo que intermediar entre los independentistas y Sánchez. Y no sólo eso: su gobierno acabó haciendo lo que dijo que no haría y que a mí me recriminó en su día, como aprobar una ley de amnistía después de hartarse a decir que en Cataluña no había un conflicto político, sino de convivencia. En política, comerte tus propias palabras es una dieta muy sana. Y eso que Sánchez es un profesional de decir una cosa hoy y la contraria mañana. Pero también es cierto que cuando nos reunimos superamos ciertos prejuicios mutuos. Me encontré con una persona más sagaz de lo que me pensaba. Yo pensaba que, detrás de su belleza ortodoxa, había una persona vacua. Pero me di cuenta de que era un tipo listo, con cultura política y que entendía cuáles eran las reglas del juego.

  Asens, junto a Yolanda Díaz en los días previos a las elecciones europeas de 2024Europa Press via Getty Images

- En el libro también relata muchas de las batallas que tuvo usted junto a la PAH en materia de vivienda. Lo cierto es que la cosa está mucho peor ahora. ¿La problemática de la vivienda será lo que acabe con este Gobierno? ¿Cree que el PSOE hace realmente todo lo posible para atajar este problema?

- Evidentemente, no hace todo lo posible. El PSOE siempre ha mirado demasiado a los intereses de las imobiliarias y los grandes bancos. Y no es por casualidad. Joan Clos, que fue alcalde socialista, ha sido presidente de la patronal inmobiliaria durante muchos años. Y el PSOE siempre ha supeditado su política a los intereses de los grandes poderes económicos. Cuando Sánchez va a Davos, no tiene problemas en reunirse con los fondos buitres. Pero nunca se ha reunido con la PAH, el sindicato de inquilinas… Puede parecer algo simbólico, pero es ilustrativo de dónde está el PSOE, cuáles son sus preocupaciones y a quién quiere representar.

En todo caso, la crisis de la vivienda de hace casi dos décadas y la de ahora son muy diferentes. La que explico en el libro era una crisis de hipotecas, con miles de desahucios en un contexto de recesión económica, recortes de derechos, corrupción y degradación democrática. Ahora el problema son los alquileres y, a pesar de todos los esfuerzos que se están haciendo, es una crisis que no se puede atajar de la noche a la mañana. Tiene que ver con décadas y décadas de políticas erróneas. El problema es colosal porque tenemos un porcentaje de vivienda pública raquítico comparado con otros países. Necesitamos muchos años para revertir eso. Pero, sin duda, este asunto es el talón de Aquiles de la izquierda y tenemos que correr más de lo que estamos corriendo para ponerle solución.

- Ha decidido guardarse para usted, por el momento, los motivos que le llevaron a renunciar en el último minuto a liderar la lista de Sumar por Barcelona en las generales del 23-J. ¿Alguna vez conoceremos qué pasó para que tomara esa decisión?

- Creo que en política es importante comprometerse, pero también es importante descomprometerse. Y cuando uno se va tiene que hacerlo de forma elegante, sin rencores y sin portazos. Hay que bajarse del barco sin intentar hundirlo. La dimisión de Alberto Garzón, por ejemplo, fue muy elegante. Yo quise hacer algo parecido. Quizá ahora podría contar lo que pasó porque no es lo mismo explicar ese momento a las puertas de una campaña que hacerlo tiempo después. Pero, de momento prefiero guardarme ese episodio para mí.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy jefe de Hard News en El HuffPost España. Coordino la cobertura de actualidad política con la misión de explicar lo que pasa en España y en el mundo de una manera directa, clara y comprometida para una audiencia exigente y crítica como la nuestra. Puedes contactar conmigo a través de un correo a javier.escartin@huffpost.es

 

Sobre qué temas escribo

Me dedico a informar sobre la actualidad política en España, poniendo el foco en las decisiones del Gobierno, los movimientos de la oposición y el funcionamiento tanto del Congreso de los Diputados como de los partidos políticos. Creo que la política no es algo lejano, sino que influye directamente en la vida de cada persona: desde la aprobación de una ley de vivienda hasta una reforma laboral. Por eso trato de contar la vorágine política de una manera clara y accesible, sin perder la profundidad que exige cada asunto. Me interesa especialmente abordar temas que despiertan inquietud ciudadana, como la corrupción, la vivienda o la transparencia de las instituciones, y hacerlo siempre con una mirada crítica y social. Entiendo el periodismo político no como una mera narración de lo que ocurre, sino como un ejercicio de contexto y responsabilidad que ayude a la gente a entender por qué esas decisiones afectan a su día a día. Y como todo el mundo tiene su lado freak también me gusta mucho el Festival de Eurovisión, que llevo cubriendo para diferentes medios desde el año 2009. Quizá, algún día, pueda contar la victoria de España en el certamen...

 

Mi trayectoria

Nací en Zaragoza, pero en 2005 me mudé a Madrid para estudiar periodismo en la Universidad Carlos III. Antes de El HuffPost, trabajé nueve años en ABC, cuatro en COPE y un año en Mediaset. Previamente, de una manera más aficionada, escribí sobre cine y la temporada de premios en Hollywood e hice una serie documental sobre el Camino de Santiago que se llamó "Diario de un peregrino".

 


 

Cómo contactar conmigo:

 


Comentar:
comentar / ver comentarios