Marchas de la Dignidad del 22M: Las columnas quieren llenar Madrid de "dignidad y rebeldía"

Marchas de la Dignidad del 22M: Las columnas quieren llenar Madrid de "dignidad y rebeldía"

AFP

"Pan, trabajo y techo para todos". Con este lema al frente, seis columnas caminan desde distintos puntos de España rumbo a Madrid en las llamadas Marchas de la Dignidad, que confluirán en la capital este sábado 22 de marzo.

Columnas humanas que han cubierto a pie todos los puntos cardinales de la península y cuyo trayecto culminará en una manifestación que recorrerá, a partir de las 17:00 horas, desde Atocha hasta Colón.

Estos han sido los recorridos de las columnas hacia Madrid:

Ruta Noroeste: Columnas Asturias, Galicia, Cantabria, Castilla y León.

Ruta Norte: Columnas La Rioja – País Vasco – Burgos.

Ruta Nordeste: Columnas Aragón, Navarra y Cataluña.

Ruta Este: Columnas Comunidad Valenciana y Murcia.

Ruta Sur: Columna Andalucía.

Ruta Oeste: Columnas Extremadura – Castilla La Mancha.

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EL MANIFIESTO POR LA DIGNIDAD

Estos son los cuatro puntos con los que se inicia el manifiesto de las Marchas de la Dignidad:

  1. No al pago de la deuda
  2. Ni un recorte más
  3. Fuera los gobiernos de la troika
  4. Pan, trabajo y techo para todos y todas.

En él, se insta a dar "una respuesta colectiva y masiva de la clase trabajadora, la ciudadanía y los pueblos" a una situación "de emergencia social".

"Se está desperdiciando el talento colectivo de una sociedad, hipotecando indefinidamente su futuro. Los trabajadores y trabajadoras no se merecen este atropello a nuestra dignidad colectiva", prosigue el manifiesto.

Critica que los jóvenes tengan que marcharse del país para buscar su futuro, los recortes impulsados por el actual Gobierno de Rajoy y medidas como la reforma del aborto. Tampoco se libra el PSOE, al que se critica por modificar la Constitución para priorizar el pago de la deuda.

En el capítulo de las reivindicaciones, el manifiesto exige "que se vaya el Gobierno del PP" y "todos los gobiernos que recortan derechos sociales básicos". En definitiva, "todos los gobiernos que colaboran con las políticas de la troika".

El manifiesto concluye pidiendo a la gente que llene Madrid "de dignidad y rebeldía".

"QUEREMOS REVENTAR MADRID"

"La idea es reventar Madrid, meter allí un millón de personas. No creo que lo consigamos, pero la intención es esa", explica Héctor, de 31 años, desde la columna asturiana, en declaraciones a El Huffington Post. Él partió el día 1 de marzo desde Langreo, junto con otras 40 personas más.

Tras casi tres semanas de caminata cuenta que lo peor son los pies. "Si ves los pies de algunos compañeros, son una llaga, no un pie. Tenemos a un médico que nos ayuda para poder caminar en mejores condiciones", indica. Pero la convivencia lo cura todo. "Estamos creando un vínculo de amistad y de compañerismo y eso que no nos conocíamos al principio".

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Ángeles, militante del Frente Cívico, coincide con Héctor en que la convivencia "es algo estupendo". "Es maravillosa, todo el mundo está dispuesto a ceder todo lo que tiene". Esta mujer de 49 años camina en la columna andaluza. Partió desde Córdoba el sábado 15 de marzo junto a sus hijos de 22 y 21 años. Ellos forman parte de una de las columnas más numerosas de las Marchas de la Dignidad: la andaluza arrancó con unas mil personas, de las que ahora quedan entre 500 y 600.

"Hay unas 300 organizaciones, participan tanto el PCE como CIU, la CNT, el SAT...", responde por teléfono desde Seseña (Toledo), donde recuerda los recibimientos que han tenido en los distintos pueblos. "En general son buenos. La gente ayuda muchísimo, nos traen comida, son solidarios y nos ayudan con el alojamiento. En los dos primeros pueblos de Toledo vimos a la gente muy perjudicada por la crisis, con lo que estaban muy concienciados".

El día de los manifestantes comienza temprano. Para Agripa, que marcha en la columna valenciana, se inicia cuando los responsables de los pabellones donde duermen el centenar de personas que componen su grupo les despiertan para que prosigan su camino.

Tras desayunar ("un café y unas galletas o unas magdalenas"), emprenden rumbo hacia las distintas localidades que han de atravesar hasta completar los kilómetros de cada etapa. "A la entrada de cada pueblo leemos el manifiesto y hacemos un pasacalles o participamos en alguna manifestación organizada por las asociaciones locales", explica este hombre de 44 años. Después toca cenar y poner en común con esas asociaciones "experiencias y reivindicaciones".

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CONTRATIEMPOS EN EL CAMINO

Experiencias no siempre fáciles, como indica Ángeles, que recuerda cómo la Guardia Civil "se empeñó en que fuéramos por caminos interiores en lugar de por la autovía, como solicitamos y se nos autorizó". "Eso nos hizo perder el ritmo y el tiempo", asegura.

También Agripa tiene quejas sobre el trato de algunos consistorios gobernados por el PP, "con todo tipo de trabas y zancadillas". Pero recuerda que la presión popular logró que en algunas localidades se habilitaran espacios para los manifestantes. "Lo mejor es ver cómo te apoya el pueblo a pesar de las adversidades", indica.

Los tres coinciden en recalcar el apoyo de los colectivos sociales y de Izquierda Unida. Los tres también coinciden en las razones que les llevaron a enfundarse las zapatillas y caminar por sus derechos.

"Las políticas criminales del PP contra todo el pueblo sin ningún tipo de distingo", se expresa Agripa. Héctor, por su parte, piensa que el sábado 22 ha de ser "un punto de inflexión". "Es importantísimo que consigamos la unidad entre todos los explotados y perjudicados por la crisis. Es histórico que la izquierda se haya unido en torno a los cuatro puntos que se reivindican en la marcha", añade Ángeles.