Educación de calidad para todos: La revolución de los cursos masivos abiertos online

Educación de calidad para todos: La revolución de los cursos masivos abiertos online

Un paseo por la India rural puede deparar sorpresas, como certificados de haber cursado cursos en universidades de élite, como Stanford en EEUU, colgados en modestas cabañas. Es la revolución de los cursos masivos abiertos on line (conocidos como MOOC, del inglés Massive Open On-line Courses).

Un paseo por la India rural puede deparar sorpresas, como certificados de haber cursado cursos en universidades de élite, como Stanford en EEUU, colgados en modestas cabañas. Es la revolución de los cursos masivos abiertos online (conocidos como MOOC, del inglés Massive Open Online Courses).

Se trata de cursos avanzados impartidos por profesores de las mejores universidades del mundo, incluyendo tests e interacciones con tutores, y disponibles para ser seguidos en sesiones programadas a través de internet de forma gratuita.

Los MOOC surgieron, como muchos desarrollos en internet, de forma casi causal, con cursos colgados en la web sin una idea clara de hasta que punto serían seguidos que se encontraron con un éxito inesperado. Fueron desarrollados inicialmente por la Stanford University y el Massachusetts Institute of Technology y se han desarrollado rápidamente, dando lugar a empresas como Coursera, edX y Udacity que agregan cursos de distintos consorcios de universidades y que están revolucionando el mundo de la educación superior.

Pero, ¿por qué universidades de élite, como Stanford, con tasas académicas de decenas de miles de euros por curso académico se lanzarían a ofertar cursos de forma gratuita en internet?

La respuesta está en el enorme impacto de estos cursos sobre la reputación y branding de estas universidades. Por ejemplo, hace un año más de 300.000 estudiantes estaban matriculados en los 38 cursos MOOC que ofertaba la universidad Stanford. Una estima reciente apunta a que hay más de 2,4 millones de estudiantes siguiendo los más de 214 cursos online ofertados por 33 universidades. Las encuestas a estudiantes demuestran que los MOOC pueden ser incluso más atractivos que los cursos presenciales, pues muchas de las plataformas permiten establecer chats y grupos de trabajo y discusión entre estudiantes que mejoran sus experiencias y ofrecen más oportunidades de interacción real que muchos cursos presenciales.

Aunque, evidentemente, las instituciones que se han lanzado a ofertar MOOC perciben un claro beneficio, lo cierto es que estas plataformas han hecho la educación de élite disponible de forma universal y gratuita a todos aquellos que tienen acceso a internet.

Inicialmente los estudiantes matriculados en MOOC no recibían ningún certificado, pero ahora es posible que, pagando unas tasas opcionales muy modestas en torno a pocas decenas de euros, el estudiante que supera las pruebas reciba un certificado de la universidad que ofrece el MOOC. Si consideramos que estos cursos son seguidos por decenas o centenares de miles de estudiantes, los ingresos para las universidades superan en centenares o miles de veces los que consiguen con clases presenciales con pocas decenas de estudiantes que pagan tasas académicas desorbitadas.

Entonces, ¿por qué las universidades españolas no se han lanzado a ofertar MOOC para cuadrar sus mermados presupuestos? Muchas universidades españolas ofertan cursos online, pero lo hacen por tasas académicas comparables a los cursos presenciales, sin apreciar que si los ofreciesen abiertos con tasas muy reducidas para obtener certificación podrían obtener ingresos muy superiores. La presencia de universidades españolas en las plataformas MOOC es escasa, por ejemplo con la participación de la Universidad Autónoma de Barcelona en Coursera.

Pero esto no es tan sencillo, porque la capacidad de atraer miles de estudiantes a cursos MOOC depende del prestigio de las universidades. Es evidente que no tiene el mismo valor un certificado de la Universidad de Stanford, situada entre las 10 mejores del mundo en distintos índices, que uno de una universidad española desconocida internacionalmente (ninguna universidad española aparece entre las 200 mejores del mundo). Las universidades españolas no pueden seguir ajenas a su prestigio internacional porque la educación superior es ya un mercado global.

Pero hay, sin embargo, una oportunidad para que MOOCs ofertados por universidades españolas tengan éxito, particularmente si lo hacen en áreas donde puedan presentar indicios de excelencia. Esta oportunidad es que los MOOCs son, en su inmensa mayoría, ofertados en inglés e ignoran la demanda de educación superior en lengua española.

Con una población de cientos de millones de hispanohablantes el potencial para que las universidades españolas puedan consolidar en MOOCs en español una nueva fuente de ingresos y de prestigio internacional es enorme.

La cuestión es, ¿existen universidades españolas con suficiente reputación en Iberoamérica como para atraer decenas de miles de estudiantes a sus MOOC?

Los MOOC son solo el principio de una revolución en la enseñanza superior que el Internet 2.0 ha hecho posible.

Os animo a matricularos en algún MOOC de las plataformas que indico arriba o cualquier otra y mejorar vuestra preparación. Muchos de los cursos son estupendos y quizás os podrá dar un soplo de airea fresco ayudando a dejar la consulta compulsiva de los titulares de los medios de nuestro país: corrupción, paro, desahucios, privatización, reformas, Bárcenas-Rajoy (nueva pareja de moda como Brad-gelina), Urdangarin... mejor usar nuestro tiempo en internet para aprender cosas nuevas de la mano de los mejores profesores del mundo.

En breve podréis seguir el MOOC que estoy preparando con la ayuda de mi estudiante Ainsling Fontanini sobre Ocean Solutions for Humanity's Grand Challenges que ofreceré a través de la plataforma Class2Go de la University of Western Australia. ¡Espero que os guste!