Apple Maps, un análisis de fondo tras la decepción inicial

Apple Maps, un análisis de fondo tras la decepción inicial

Un producto inacabado en el que los errores tan llamativos han impedido evaluar con objetividad las mejoras que presenta. El primer producto novedoso presentado en la era post Steve Jobs ha adolecido por completo de su gusto por el detalle, las cosas bien hechas, y los acabados perfectos.

Decepción. Una palabra que pocas veces había estado asociada a un nuevo producto de Apple, pero que refleja el sentimiento más extendido por parte de los usuarios de la manzana ante el nuevo sistema de mapas de la compañía.

Los múltiples errores del servicio han inundado estos días las páginas de medios informativos y blogs, en una especie de justicia poética para una compañía que siempre se había enorgullecido de que su mejor publicidad era la que realizaban los usuarios de sus aplicaciones.

Sin embargo, más allá de constatar la evidencia de que el servicio de mapas de Apple todavía no está lo suficientemente maduro para competir con Google Maps, es necesario hacer un análisis más de fondo del producto, teniendo en cuenta las verdaderas razones que han llevado a la compañía de Cupertino a desarrollar su propia aplicación de mapas, y lo que esperan llegar a ofrecer a sus usuarios.

Como elemento central de esta decisión está, sin ninguna duda, la lucha soterrada entre Google y Apple por el dominio del mercado de dispositivos móviles inteligentes, un conflicto que ha derivado en un tortuoso proceso de demandas y acusaciones.

Comprobar cómo el servicio de mapas de Google ofrecía más funcionalidades en la versión para Android que en los sistemas operativos iOS, lo que decantaba a muchos usuarios a adquirir un móvil con software de Google, supuso importantes quebraderos de cabeza a una compañía acostumbrada a dar a sus consumidores siempre los mejores productos y aplicaciones.

Ante esta amenaza latente, a una compañía con el ADN de Apple no le quedó más alternativa que desarrollar su propio sistema de mapas, asumiendo el reto de intentar ofrecer un producto mejor que el ofrecido por su principal competidor.

Una vez tomada la decisión, tocaba plantearse la mejor forma de ejecutarla pero, ¿cómo se puede competir con un gigante como Google que lleva más de 7 años desarrollando su propio sistema de mapas, y que cuenta con una muy buena valoración de los usuarios?

En Apple tuvieron claro que, para conseguir el servicio de mapas que deseaban tener, en un corto periodo de tiempo, era imprescindible aprovechar el conocimiento de empresas especializadas del sector. Por este motivo, al acuerdo con TomTom para usar sus mapas y servicios, siguieron otros no menos importantes como los establecidos con Localeze, Urban Mapping, o MapData Services, entre otros muchos. Todo ello para tratar de conseguir una herramienta superior a lo ya existente.

¿El resultado?

Un producto inacabado en el que, por desgracia, los errores tan llamativos han impedido evaluar con objetividad las mejoras que presenta. Sin duda, el primer producto novedoso presentado en la era post Steve Jobs ha adolecido por completo de lo que caracterizó al excéntrico y genial CEO de la compañía: el gusto por el detalle, las cosas bien hechas, y los acabados perfectos.

Sin embargo, el escenario tampoco se puede plantear de una forma tan catastrófica como estamos leyendo en los medios estos días. A los errores ya conocidos -destacando los graves problemas de localización y la falta de información en los mapas- hay que contraponer las novedosas funcionalidades presentadas, como el espectacular sistema Flyover (que permite "sobrevolar" de una forma increíble cualquier ciudad, con una calidad elevadísima), la integración del sistema Siri de voz (lo que unido al navegador GPS para el coche que también integra puede suponer un servicio realmente útil), los intuitivos giros del mapa, o sus veloces gráficos vectoriales.

Resulta difícil llegar a un mercado con una hegemonía tan clara (si no, que se lo pregunten a Microsoft y su buscador Bing), y por ello es tan peligroso no hacerlo con un producto "completamente acabado". Sin embargo, Apple nunca se ha caracterizado por ir siguiendo la estela de nadie, sino por proponer nuevas funcionalidades y servicios innovadores, y en el escenario de los mapas, seguro que lo mejor está por llegar.

Teniendo claro que los errores de localización de su sistema se acabarán solucionando a corto plazo, pero también que junto a Apple y Google hay importantes actores en este sector, como OpenStreetMap o recientemente Amazon, ¿quién creéis que dominará durante la próxima década el mercado de los mapas digitales?