Así perjudica el abuso del móvil en una relación

Así perjudica el abuso del móvil en una relación

Si veis que pasáis más tiempo pegados al móvil que con la pareja, puede que sea la hora de tener una charla.

Al principio, a Steph le resultaba frustrante lo mucho que usaba su novio el móvil. Llegó un momento en el que se enganchó y no paraba de hablar con los amigos, pero tardaba horas en contestarle a ella, y en ese momento su autoestima se vino abajo.

"Siempre priorizaba los sentimientos (y los mensajes) de sus amigos por encima de los míos y de nuestra relación. Me afectó mentalmente porque pensaba que no era lo bastante buena para él", afirma esta joven de 20 años que prefirió mantener en secreto su verdadero nombre.

"Se tumbaba en la cama a mi lado y se ponía a responder mensajes de la gente y a jugar en vez de a hablar conmigo. Era un asco. Acabamos cortando porque el único momento en el que conseguí su atención fue cuando su móvil se estropeó", recuerda.

En un estudio realizado en el Reino Unido se descubrió que los británicos miran el móvil cada 12 minutos, un hábito dañino para una relación, según el asesor de relaciones de Relate Peter Saddington, quien asegura que experiencias como la de Steph se están volviendo cada vez más frecuentes en sus sesiones de asesoramiento.

"El uso del móvil puede provocar tensiones en la relación. Si una persona está pendiente del teléfono y otra no, esta se da cuenta de que está sola", explica.

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Estar enganchados al móvil puede entenderse como una buena señal si estáis empezando la relación, como síntoma de un amor floreciente, según expresa Saddington: "Es muy emocionante y placentero recibir mensajes de una persona que está interesada en ti".

Sin embargo, conforme la relación avanza, mucha gente empieza a utilizar menos el teléfono para conectar emocionalmente con la pareja y más para asuntos externos a la relación, como navegar por las redes sociales, hablar con los amigos y ponerse al día en el trabajo.

Un estudio realizado en 2016 por la Universidad Brigham Young preguntó a mujeres casadas o viviendo ya con el novio cómo afectaba la tecnología (móvil, televisión y ordenador) a su relación y la mayoría de ellas dijeron que interrumpía con frecuencia sus interacciones, ya fuera una conversación o la hora de comer.

El estudio descubrió que las personas que más se veían afectadas por la tecnología eran también las personas con menor satisfacción en sus relaciones y sus vidas.

"Al permitir que la tecnología interrumpa o interfiera en las conversaciones, actividades y en el tiempo de pareja, aunque sea sin querer o durante momentos muy breves, esas personas están pueden estar mandando un mensaje implícito sobre lo que valoran más".

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Durante las sesiones de asesoramiento, los miembros de la relación que resultan afectados por el abuso del móvil suelen mostrar celos, molestia, frustración y tristeza, según Saddington: "Pueden acordarse de una época en la que solían estar pegados al móvil para hablar el uno con el otro en vez de hablar solo con el resto de la gente".

Como sucede con cualquier otro problema de una relación, Saddington asegura que la mejor forma de abordar el abuso del móvil es tener una conversación sincera al respecto. "Dile cómo te está afectando y qué te gustaría que sucediera", recomienda.

Podéis iniciar el diálogo y establecer unas normas básicas, como fijar determinados momentos del día en los que esté prohibido para ambos utilizar el móvil de forma que podáis desconectar de vuestros dispositivos y volver a conectar el uno con el otro.

El abuso del móvil puede no ser intencionado, puntualiza Saddington, pero los nuevos móviles y las redes sociales también han hecho que sea más sencillo que nunca iniciar una aventura emocional por internet que puede llegar a ser física en la vida real.

Han Wright, de 27 años, asegura que está muy atenta de los hábitos de la gente con el móvil porque sufrió varias infidelidades en el pasado. "He tenido novios que me pusieron los cuernos y que siempre tenían el móvil con la pantalla hacia abajo, se lo llevaban a todas partes, incluso al baño, pero nunca lo miraban cuando estaba yo cerca. Ese comportamiento sospechoso era siempre consecuencia de que estaban haciendo algo que no deberían estar haciendo. Creo que este tipo de comportamiento es una alerta roja", declara.

Al igual que sucede con el abuso del teléfono, Saddington recomienda ser sinceros y abiertos con la pareja sobre la sospecha de una posible infidelidad. Le dices: "Creo que tienes una aventura" y explicas por qué lo crees así. Hay que darle a la otra persona la oportunidad de responder y abrir un diálogo sobre cómo podéis reconstruir la confianza entre ambos, si es que decidís continuar con la relación.

"Puede implicar daros permiso para mirar el móvil sin contraseñas hasta que empieces a notar un cambio que te haga sentir que puedes volver a fiarte de tu pareja", indica.

Saddington también señala que el abuso del móvil puede no ser un problema para todas las parejas, ya que algunas pueden considerar que la tecnología es útil para mantener relaciones sanas con personas de fuera de su relación. Eso sí, si veis que pasáis más tiempo pegados al móvil que con la pareja, puede que sea la hora de tener una charla.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.