El verano es inminente. Es por ello que, aprovechando el calor y el parón en colegios y oficinas, la búsqueda de destino de vacaciones está a la orden del día. Los hay que prefieren quedarse en territorio nacional y los que se decantan por un destino algo más lejano y necesitan trasladarse en avión. 

En este sentido, es muy común que haya que facturar. Eso implica separarse de las pertenencias personales de cada uno y que las maletas vayan en la bodega del avión. Hay quien, con intención de tenerla más controlada cuando llegue al aeropuerto y por si hubiera una parecida, le ponen una pegatina o un distintivo. 

Desde el portal web italiano Greenstyle, no recomiendan seguir haciéndolo. El motivo no es otro que, desde los aeropuertos asignan a las maletas un código de barras o etiqueta RFID. Este dispositivo es el que permite rastrear el equipaje desde que sale hasta que llega.

Y, en caso de colocar algún tipo de accesorio, es probable que la lectura de la misma se vea dificultada. 

Ese no es el único contra que destacan desde el sitio web. También mencionan de la posibilidad de que un distintivo de estas características pueda llamar la atención de los responsables de la seguridad del aeropuerto. Por lo tanto, las horas de espera o los controles pueden aumentar para el usuario que lleve la maleta decorada. 

Por lo tanto, instan a viajar ligero, tanto en lo que a equipaje se refiere como a accesorios decorativos.